Morrissey: c¨®mo el cantante m¨¢s admirado de los ochenta se convirti¨® en el m¨¢s odiado
El pol¨¦mico exvocalista de The Smiths acaba de publicar una estupenda nueva canci¨®n y promete regresar en 2023 con dos nuevos discos que podr¨ªan reencauzar una trayectoria en picado tras a?os de desplantes a su p¨²blico y flirteos con la ultraderecha
¡°El peor a?o de mi vida concluye con el mejor ¨¢lbum de mi vida¡±, escrib¨ªa recientemente en un comunicado Steven Patrick Morrissey (Davyhulme, Reino Unido, 1959). Conociendo un poco al autor de Bigmouth Strikes Again, hay que relativizar la vehemencia de este tipo de sentencias. Lo del peor a?o no hay claros indicios de por qu¨¦ lo dice, aunque podr¨ªa referirse a la rescisi¨®n de contrato por parte de su discogr¨¢fica, BMG. En cuanto a la primera parte de la sentencia, cuesta creer que el vocalista pueda superar ya no solo lo obtenido al frente del grupo que le lanz¨® a la fama, The Smiths, sino tambi¨¦n a ¨¢lbumes en solitario como Viva Hate (1988), Your Arsenal (1992) o You Are The Quarry (2004). Este ¨²ltimo se sigue considerando por seguidores y cr¨ªticos como su ¨²ltimo gran trabajo. Pero Rebels Without Applause, el single de adelanto del que ser¨¢ su decimocuarto ¨¢lbum, s¨ª ha sido aplaudido como su mejor tema en a?os, casi un retorno a los viejos tiempos en que recupera aquel sonido de guitarras tan caracter¨ªstico de The Smiths y, al tiempo, es una eleg¨ªa nost¨¢lgica por colegas de la generaci¨®n punk, la misma con la que ¨¦l hizo sus primeros pinitos musicales en M¨¢nchester en 1977: ¡°Generation X y X-Ray Spex / Me encantaban todos / todav¨ªa les veo / los quer¨ªa a todos¡±, canta en ella.
Bonfire Of Teenagers ser¨¢ el t¨ªtulo de este nuevo larga duraci¨®n. Se grab¨® en Los ?ngeles, donde el m¨²sico reside desde hace a?os, y contar¨¢ con las colaboraciones, todas ellas sorprendentes, de Iggy Pop, Miley Cyrus y tres componentes de Red Hot Chili Peppers. Su salida estaba prevista para febrero de 2023, aunque un comunicado posterior del m¨²sico corrigi¨® el dato para decir que no hay fecha prevista y que, en Reino Unido, no hay sello que lo vaya a publicar por el momento y que se vender¨¢ por subasta a la discogr¨¢fica que m¨¢s pague. Pero la sorpresa salt¨®, d¨ªas despu¨¦s, con una nueva nota de prensa en la que afirmaba que ya ten¨ªa otro disco m¨¢s compuesto y que, a principios de a?o, se encerrar¨ªa a grabarlo con sus m¨²sicos habituales de los ¨²ltimos a?os. Incluso hay titulazo confirmado: Without Music The World Dies. Sobre ¨¦l, ha dicho Morrissey: ¡°Las canciones, por supuesto, son magn¨ªficas, e incluso las implacables dificultades que hemos experimentado recientemente han sido insuficientes para matarnos¡±.

The Smiths: ni sexo ni drogas ni rock and roll
Todo esto coincide con el cuarenta aniversario de la fundaci¨®n de The Smiths. En estas mismas fechas de 1982, Morrissey, junto al guitarrista Johnny Marr, el bajista Andy Rourke y el bater¨ªa Mike Joyce, grababan la maqueta que les valdr¨ªa el contrato con el sello Rough Trade. Con solo un par de sencillos, -Hand In Glove y This Charming Man- se convirtieron en pocos meses en una banda de culto exacerbado. Para muchas voces, en la m¨¢s influyente en el pop brit¨¢nico desde The Beatles. Las razones del fervor que desataron son muchas, y bien documentadas: desde la profundidad mel¨®dica de Marr y las punzantes letras de Morrissey a su deslenguada actitud de confrontaci¨®n, una est¨¦tica que romp¨ªa tanto con los c¨¢nones del rockismo como con el pop sint¨¦tico de la ¨¦poca y una ambig¨¹edad sexual que aumentaba su provocaci¨®n con afirmaciones como la sostenida por el vocalista de que era voluntariamente c¨¦libe. En el discurso de los Smiths no hab¨ªa sexo, ni drogas, ni rock and roll, pero su universo de sugerencias era infinitamente m¨¢s amplio. Buceaba tanto en un pasado idealizado de la identidad inglesa como en la cultura de clase obrera que ten¨ªa a Margaret Thatcher y la monarqu¨ªa como principales enemigas, pero tambi¨¦n a todo aquello que simbolizaba el poder en diferentes vertientes: desde la Iglesia y la escuela hasta las compa?¨ªas discogr¨¢ficas, los medios de comunicaci¨®n o los DJ¡¯s.
¡°Los descubr¨ª en una tienda en Barcelona¡±, recuerda Luis Troquel, compositor y cr¨ªtico musical, y autor del libro The Smiths (Ediciones C¨¢tedra, 1994). ¡°El dependiente me puso su primer ¨¢lbum, de 1984, y cuando son¨® Reel Around The Fountain me qued¨¦ loco sin saber ingl¨¦s. La voz de Morrissey respond¨ªa mucho a una forma lac¨®nica de cantar que me flipaba y, al mismo tiempo, era muy mel¨®dico¡±. Entre las virtudes que le engancharon al grupo, ¨¦l destaca que ¡°consegu¨ªan que no pasaran dos meses sin munici¨®n nueva, sacando continuamente singles y elep¨¦s, incluso hac¨ªan canciones muy cortas, que era algo bastante inusual en el pop de la ¨¦poca, y mucho m¨¢s propio de los a?os sesenta. La diferencia es que, lo que en aquella d¨¦cada era un requerimiento de la industria, para los Smiths fue una opci¨®n rom¨¢ntica¡±.
A nivel popular, Troquel recalca que ¡°en Inglaterra fueron un grupo de primer¨ªsima fila, pero en otros pa¨ªses eran una banda m¨¢s alternativa. Dir¨ªa que ellos fueron en los a?os ochenta un poco lo que Nirvana en los noventa, que se convirti¨® en algo mayoritario inesperadamente¡±. Pero el grupo apenas dur¨® un lustro. Las tensiones entre Morrissey y Marr provocaron la ruptura del grupo en 1987, justo cuando estaban grabando el que ser¨ªa su ¨²ltimo ¨¢lbum, Strangeways Here We Come.
Fuengirola y Benic¨¢ssim, dos experiencias surrealistas
En 1988, Morrissey debut¨® en solitario con Viva Hate y niveles similares de ¨¦xito a los obtenidos con su antigua banda. Pero ¡ªaparte de los dos recordados conciertos de The Smiths en Barcelona y Madrid, en 1985¡ª no toc¨® nunca en Espa?a hasta 2004. Su tard¨ªo debut sucedi¨® en un lugar inesperado: El AV Festival, celebrado en el patio de un castillo en la localidad malague?a de Fuengirola, con 3.000 espectadores de aforo. Aquel festival lo dirig¨ªa una mujer de 24 a?os llamada Olga Payar. ¡°La gente no se cre¨ªa que nosotros fu¨¦semos a tener a Morrissey por primera vez en Espa?a, era surrealista¡±, recuerda ella. ?C¨®mo lo consiguieron? ¡°Planteamos el festival con una base ideol¨®gica. Nos posicionamos contra el da?o animal y las corridas de toros, todo el mundo sabe que Morrissey est¨¢ en esa lucha y creo que le pareci¨® muy interesante¡±. Influyeron m¨¢s factores. ¡°Lo tuvimos una semana entera en la Costa del Sol, e incluso pens¨® en comprarse una casa all¨ª. Tambi¨¦n pagamos el cach¨¦ que ¨¦l ped¨ªa y aceptamos todas sus condiciones. Hab¨ªa exigencias muy grandes que cumplimos con creces: no pod¨ªa haber piel ni carne en el recinto, nadie pod¨ªa llevar zapatos de cuero y el c¨¢terin era superestricto. Llevaba con ¨¦l a una persona dedicada a verificarlo. Tambi¨¦n nos cost¨® much¨ªsimo trabajo conseguir un coche de alta gama que no tuviera asientos de cuero. Fue un gasto tremendo, no solo en cach¨¦¡±. A¨²n as¨ª, la exdirectora del AV tiene un recuerdo muy agradable del artista. ¡°Estaba muy contento en su hotel, ten¨ªa asistentes personales que lo ten¨ªan en un trono, y le gust¨® ver que ¨¦ramos personas muy vinculadas a los derechos sociales y LGTBI¡±.

Es una impresi¨®n muy diferente a la ofrecida por el Morrissey que dar¨ªa la espantada en el Festival de Benic¨¤ssim justo un mes despu¨¦s. ¡°La cancelaci¨®n fue tan repentina que ni su propio equipo la esperaba. Se enteraron todos en el mismo escenario, con todo montado y listo para la actuaci¨®n¡±, relata Joan Vich, miembro de la organizaci¨®n del propio FIB, en Aqu¨ª viv¨ªa yo (Libros del KO, 2022). ¡°Nosotros nunca llegamos a creernos la versi¨®n oficial, que hablaba de un ataque de p¨¢nico tras alg¨²n problema t¨¦cnico en el avi¨®n privado que deb¨ªa traerle a Espa?a con el tiempo justo para llegar al concierto. Cuando el equipo de Morrissey empez¨® a desmontar y fue quedando claro lo que estaba sucediendo, los fans que hab¨ªan venido desde todo el pa¨ªs lloraban perplejos y se resist¨ªan a abandonar las primeras filas, como si todo fuese un mal sue?o o una broma de mal gusto¡±.
Olor a carne quemada
Morrissey fue, durante toda la d¨¦cada de los ochenta y comienzos de la siguiente, el cantante m¨¢s cool de su tiempo, con un aura de adoraci¨®n que ha ido perviviendo entre generaciones. Sin embargo, a mediados de los noventa su figura p¨²blica comenz¨® a caer en desgracia. Aquel adalid de la independencia creativa y azote del sistema, el hombre que, en una encuesta de la BBC, fue elegido como el segundo icono vivo m¨¢s importante del Reino Unido ¡ªsolo le super¨® David Attenborough¡ªempezaba a ser puesto en entredicho por declaraciones que flirteaban con el nacionalismo xen¨®fobo y la extrema derecha, aunque eso es algo que ¨¦l siempre ha negado rotundamente. En 2012 lleg¨® a ganar un pleito contra el semanario musical NME que le tildaba de racista. La acusaci¨®n lleg¨® despu¨¦s de unas declaraciones del m¨²sico en las que sosten¨ªa que la identidad inglesa se estaba perdiendo por culpa de la creciente presencia de inmigrantes y que el pa¨ªs se hab¨ªa echado a perder.
Lo cierto es que ese tipo de pol¨¦micas no remiti¨®, sino que ha ido a m¨¢s. El hombre que fue investigado por los servicios secretos de su pa¨ªs en 1988 despu¨¦s de grabar un tema titulado Margaret On The Guillotine, en 2013 mostraba p¨²blicamente su admiraci¨®n por Nigel Farage, l¨ªder del UK Independence Party, as¨ª como su apoyo al Brexit. Posteriormente tambi¨¦n se confes¨® simpatizante de los pol¨ªticos antislamistas Anne Marie Waters y Tommy Robinson. Tambi¨¦n fueron muy controvertidas sus declaraciones en las que calific¨® a los chinos de ¡°subespecie¡± debido a su trato a los animales y en el escenario de un concierto en Varsovia, donde lament¨® el atentado que provoc¨® la muerte de 77 personas en Noruega para, a continuaci¨®n, decir que eso no era nada comparado a lo que sucede a diario en McDonald¡¯s y Kentucky Fried Chicken. Lleg¨® incluso a ser uno de los pocos famosos que no celebraron en absoluto su aparici¨®n en la popular serie Los Simpson. En el episodio emitido en abril en 2021 con el t¨ªtulo Panic On The Streets Of Springfield, apareci¨® un personaje llamado Quilloughby, con la voz del actor Benedict Cumberbatch, que era una clara parodia suya: una figura rom¨¢ntica idolatrada por Lisa Simpson, a quien luego decepciona tras comprobar que, con la edad, se hab¨ªa convertido en un hombre malhumorado, con sobrepeso y opiniones contrarias a la inmigraci¨®n. Morrissey, en lugar de re¨ªrse con los creadores del cap¨ªtulo, despotric¨® amargamente contra ellos.

Lo que le ha llevado de h¨¦roe a villano no han sido solo sus declaraciones y su deriva pol¨ªtica. Los seis ¨¢lbumes que ha publicado despu¨¦s de 2004 han evidenciado un claro declive creativo y de ventas. El ex Smith tambi¨¦n se ha presentado como un divo altivo, ego¨ªsta y caprichoso que ni siquiera mostraba el menor respeto por aquellos seguidores que lo hab¨ªan encumbrado, tal como se desprende de su primera experiencia en el FIB (aunque, posteriormente, actuar¨ªa en dos ocasiones en el festival). Seg¨²n Luis Troquel, todo eso no ha cambiado tanto. ¡°El personaje de Morrissey, incluso cuando hac¨ªa buenos discos, me tiraba muy para atr¨¢s. Me da repel¨²s su animalismo mis¨¢ntropo, esa cosa de amar a los animales pero odiar a la humanidad. Tiene vocaci¨®n de predicador, de decirle a la gente las cosas que tiene que hacer, y yo con eso nunca he comulgado. Y, por otro lado, cuando ves que alguien se pelea con todo el mundo normalmente la culpa no es del mundo, es de ¨¦l. Solo deja de pelearse cuando su poder sobre otros es mayor y le r¨ªen las gracias. No obstante ese divismo tambi¨¦n tiene su encanto, a m¨ª me hace gracia, me contaban cada cosa de ¨¦l que era brutal, pero todo esto tambi¨¦n te lleva a una soledad muy grande. Al final tu entorno no se atreve a contrariarte y nadie te puede tratar de t¨² a t¨²¡±. El cr¨ªtico, pese a todo, deja claro que tampoco quiere unirse al movimiento anti-Morrissey. ¡°Me importa poco lo bien o lo mal que me caiga alguien, si me gusta mucho como artista me da igual que sea un gilipollas. Soy incapaz de despedazar a alguien a quien he puesto por los cielos en mi juventud¡±.
Olga Payar recuerda varias an¨¦cdotas que pueden ayudar a definir al personaje. ¡°Antes del AV Festival organizamos un evento de bienvenida en un chiringuito de playa. ?l quiso ir, pero cuando lleg¨® vio que aquello estaba lleno de artistas, muchos de los cuales eran fans de The Smiths, y ni se asom¨®, decidi¨® que mejor se volv¨ªa al hotel. Tambi¨¦n estaba demasiado obsesionado con lo del vegetarianismo, al finalizar el concierto ¨¦l dec¨ªa que ol¨ªa a carne quemada cuando no hab¨ªa nada de nada¡±. Otro recuerdo de aquella actuaci¨®n fueron sus frecuentes alusiones a las posiciones de las canciones en las listas de ¨¦xito espa?olas ¡ªen casi todos los casos, bajas o inexistentes¡ª, algo que se debe sumar a sus habituales declaraciones culpando a sus discogr¨¢ficas de no querer promocionar sus discos deliberadamente. ¡°Creo que Morrissey tiene un poco de complejo, una rabia interna, como que todo el mundo va a por ¨¦l o no lo entiende, una actitud de ¡®c¨®mo es posible que no me vener¨¦is¡¯. Algunos no se dan cuenta de que su impacto se diluye y es algo que sucede a muchos artistas de largo recorrido¡±, concluye la promotora. Ahora solo queda confirmar si de verdad hay resurgimiento en 2023.
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