¡°Mi familia me rechaza, pero en mi barrio me aceptan como soy¡±: ¡®Trans¡¯, la joya recuperada del cine ¡®queer¡¯ venezolano
Un documental que rompi¨® barreras en la Caracas de los ochenta y permanec¨ªa in¨¦dito ve ahora la luz en la exposici¨®n inaugural del archivo LGTBI Arkh¨¦ de Madrid
Trans, pel¨ªcula documental sobre un grupo de mujeres transexuales que Manuel Herreros de Lemos y Mateo Manaure Arilla rodaron a principios de los a?os ochenta en Caracas, era hasta hace no tanto una joya inencontrable del cine queer. Puro cine de guerrilla cuyo rodaje fue toda una epopeya. ¡°Era una aventura imposible en la Venezuela de su ¨¦poca. Hubo momentos de gran tensi¨®n durante la preproducci¨®n, producci¨®n y edici¨®n¡±, recuerda hoy Herreros de Lemos.
La pel¨ªcula se rod¨® en 16 mil¨ªmetros de forma casi clandestina y se estren¨® en 1983 en la Cinemateca Nacional de Venezuela con la presencia de las mujeres que hab¨ªan participado. Pero su rastro se perdi¨® con el tiempo. Manaure vive en Venezuela, pero Herreros de Lemos, de padre espa?ol, dej¨® el pa¨ªs para instalarse en el pueblo toledano de Illescas con su mujer y sus hijos. En 2016 el realizador empez¨® una campa?a de crowdfunding para digitalizar un celuloide que agonizaba. Aquello apenas funcion¨®, pero ahora, gracias al oportuno rescate del marchante de arte venezolano Ignacio Ruan y de Pablo Capurro, de la librer¨ªa El Astillero, el tesoro fotogr¨¢fico y f¨ªlmico de Trans se ha podido salvar. El Institute for Studies on Latin American Art (ISLAA), con sede en Nueva York, compr¨® el corpus de 75 fotograf¨ªas y una copia de la pel¨ªcula que, a partir de ma?ana, se podr¨¢ ver en la exposici¨®n inaugural de Arkh¨¦, el archivo LGTBI de Bogot¨¢ que abre su sede en Madrid.
La mayor¨ªa de las mujeres trans que participaron en el proyecto han muerto, pero su evocaci¨®n en la pantalla las devuelve de alguna manera a la avenida Libertador y a la calle Casanova de Sabana Grande, donde fue rodada gran parte de la pel¨ªcula. La preproducci¨®n se demor¨® un a?o y las impresionantes fotograf¨ªas que hizo Herreros de Lemos pertenecen a ese trabajo de documentaci¨®n. ¡°Estuvimos un a?o investigando, conociendo las historias de aquellas mujeres. Fue una experiencia conmovedora. Eran historias muy duras y fue complicado. La hipocres¨ªa social y la homofobia eran terribles. Yo incluso acab¨¦ preso una noche porque me encar¨¦ con un polic¨ªa que hab¨ªa atado a un poste a una de ellas, la hab¨ªa dejado semidesnuda mientras la azotaba con la peinilla, un tipo de sable que sol¨ªa llevar la polic¨ªa de Caracas. Me llevaron preso con ella y pas¨¦ la noche m¨¢s larga de mi vida en una celda de tres metros con 17 personas¡±.
En el ensayo Trans, las hero¨ªnas de Herreros-Manaure, se apunta que los realizadores ¡°desde de su mirada heteronormativa¡± trataron de destacar la importancia de los transexuales como parte de la sociedad caraque?a. Por eso, entrevistan a personajes de diferentes ¨¢mbitos profesionales, incluyendo un m¨¦dico, un cura y un militar al que acaban silenciando.
El estreno de la pel¨ªcula en la Cinemateca Nacional se convirti¨® en un acontecimiento. Seg¨²n recoge un art¨ªculo de la ¨¦poca titulado Trans combate a machistas y feministas, la pel¨ªcula era una respuesta libre a las ¡°actitudes reaccionarias del Estado¡±. En una carta del director de la Cinemateca, Rodolfo Izaguirre, se se?ala la alta formaci¨®n en cine que Herreros recibi¨® en Londres, la importancia de Trans y ¡°el rigor de sus proposiciones formales¡±.
¡°Aquel estreno fue espectacular¡±, recuerda Herreros de Lemos. ¡°Pero las copias de la pel¨ªcula que hab¨ªa en la Biblioteca Nacional y en la Cinemateca han desaparecido¡±, contin¨²a el director, que cuando abandon¨® Venezuela, en 2004, cerr¨® su empresa de producci¨®n audiovisual. ¡°Hab¨ªa dejado todo, v¨ªdeo y celuloide, all¨¢, pero con el paso del tiempo consegu¨ª que un amigo que me trajese los negativos originales, que tuve que recomponer¡±.
Trans dura 22 minutos pero lleva horas de vida concentradas. El colectivo que retrata viv¨ªa en la absoluta marginalidad pero se enfrenta a la c¨¢mara con una dignidad emocionante. En uno de sus mejores momentos, una joven magn¨¦tica explica a Herreros y Manaure el desprecio que sufre por ser mujer: ¡°La gente me mira porque llamo mucho la atenci¨®n. Me gritan ¡®transformista¡¯, ¡®hombre¡¯, muchas cosas desagradables que no quiero decir aqu¨ª. Es solo una cuesti¨®n de derechos humanos. Ayer mismo enterraron a una amiga, arrollada y golpeada¡ mi familia me rechaza totalmente. Pero en mi casa nadie me trata mal, debe ser porque vivo en un barrio de lo ¨²ltimo, de gente marginal, de gente sin sociedad ni clase ni nada, pero que me aceptan como lo que soy¡±.
La pel¨ªcula se cierra con una gran performance con todas las trans caminando juntas hacia la Fuente de la Plaza Venezuela. ¡°La idea fue precisamente de Venezuela¡±, explica Herreros de Lemos en alusi¨®n a una de las int¨¦rpretes, que se presenta as¨ª despu¨¦s de hacer un n¨²mero bailando Fame, de Irene Cara: ¡°Mi nombre es Venezuela. Trabajo en este nightclub que es mi medio, pero no mi meta¡±. ¡°La secuencia final fue muy dif¨ªcil, con muchos problemas de producci¨®n, pero al final logramos los permisos y lo hicimos¡±, recuerda Herreros de Lemos sobre una meta que, a diferencia de la de Venezuela, s¨ª se cumpli¨®.
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