El trofeo del Grand Prix de M¨®naco de F1 viaja en Louis Vuitton

Hay pocos eventos deportivos en el mundo que puedan presumir de reunir a Kylie Minogue, Conor McGregor, Tom Holland, Bad Bunny y Neymar. A todos se les pudo ver en el circuito del Grand Prix de M¨®naco de F¨®rmula 1 el pasado fin de semana. Cuatro d¨ªas en los que la vida normal de Montecarlo se paraliza y todo gira alrededor de un circuito urbano de 3,3 kil¨®metros. Un recorrido sinuoso y enloquecido que circula por el centro de la ciudad y que no se parece a ning¨²n otro. Una carrera que es la quintaesencia de la F¨®rmula 1. ¡°M¨®naco es especial, es magia. Puedes ser un gran piloto sin haber ganado aqu¨ª, pero es mucho mejor si lo has logrado¡±, dec¨ªa Alain Prost, mito de la F1 y cuatro veces ganador en el Principado. Visitaba el palco de Lois Vuitton en el circuito, por el que tambi¨¦n pasaron otros dos ganadores, el australiano Max Webber y el alem¨¢n Nico Rosberg. ¡°Es historia y la m¨¢s glamurosa de las carreras¡±, apuntaba este ¨²ltimo, residente en M¨®naco. Hijo del tambi¨¦n piloto Keke Rosberg, ganador en 1983, Nico creci¨® en Montecarlo y recordaba como de ni?o cada a?o ve¨ªa desde la ventana de su clase de matem¨¢ticas a pilotos que hoy son leyenda como Ayrton Senna y el mismo Prost.

Por tercer a?o, Louis Vuitton y el Autom¨®vil Club de M¨®naco presentaban el ba¨²l de viaje en el que se transporta el trofeo que recibe el vencedor: ¡°La victoria viaja en Louis Vuitton¡±, le gusta recordar a la marca. Fabricado a mano en el hist¨®rico taller de la casa en Asni¨¨res, a las afueras de Par¨ªs, el ba¨²l es otra prueba del saber hacer tradicional de Louis Vuitton, en este caso inspirado en la historia del Gran Premio de F¨®rmula 1 de M¨®naco, que celebraba su 80? edici¨®n. La ic¨®nica lona Monogram est¨¢ vestida por el tono rojo de la bandera del principado. L¨ªneas rojas trazan la V de victoria, bordeadas por una franja blanca, que recuerda el singular trazado urbano de la pista, donde la conducci¨®n de los potentes b¨®lidos ha de ser exquisita y precisa. M¨¢s si, como fue el caso en esta edici¨®n, la lluvia convierte el circuito en una pista de patinaje. El ba¨²l con los colores del Principado es otro hito para una casa que ha creado recipientes para los trofeos m¨¢s importantes, del mundial de f¨²tbol a Roland Garros pasando por la Copa Am¨¦rica de vela. El estuche pas¨® el fin de semana en la zona de Vuitton, excepto el s¨¢bado, que se movi¨® al lujoso yate Jacques Cartier, donde era posible fotografiarse con ¨¦l y el trofeo entre copas de champ¨¢n y un concierto de Kylie Minogue, que esa noche celebraba su 55 cumplea?os. El d¨ªa de la carrera ya ocup¨® el sitio de honor que le correspond¨ªa, dentro del circuito.

Al final, el trofeo se lo llev¨® Max Verstappen, de la escuder¨ªa Red Bull, un superpiloto que conduce una m¨¢quina que m¨¢s que un coche parece una nave espacial que vuela bajito. Durante los entrenamientos del s¨¢bado pareci¨® que Fernando Alonso y su Aston Martin podr¨ªan plantarle cara. De hecho, Verstappen consigui¨® arrebatarle la pole position por unas pocas cent¨¦simas en el ¨²ltimo momento, pero pronto se vio que la diferencia entre el Red Bull del holand¨¦s y los dem¨¢s b¨®lidos es tan grande y la conducci¨®n de Verstappen tan firme que este a?o no tiene rival. Como Louis Vuitton.

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