Kylie Minogue: ¡°Hay una ¨¦poca perfecta en la vida para quemar las discotecas. Yo lo hice, lo viv¨ª y me encant¨®¡±
La estrella del pop vuelve con un nuevo ¨¢lbum, ¡®Disco¡¯, donde rinde homenaje a un lugar que le es tan natural como su Australia natal: la pista de baile. Con ella hablamos de pandemia, ¨¦xitos, fracasos, noches interminables en Ibiza, aquella inenarrable actuaci¨®n ante Aznar y Rajoy, de por qu¨¦ sirve de poco ser una perfeccionista
Cuenta Kylie Minogue desde Londres: ¡°A veces todav¨ªa me pregunto si esto ha ocurrido de verdad¡±. Habla, claro, de la pandemia que ha paralizado el mundo y le ha obligado y ponerse las pilas en las labores de producci¨®n para grabar parte de su nuevo ¨¢lbum, Disco ¨Cque este viernes sale a la venta en Espa?a¨C en su propia casa. Pero podr¨ªa estar hablando de su propia carrera, una sucesi¨®n de aciertos, fortuna y saltos al vac¨ªo que parece demasiado buena para ser verdad. Kylie Ann Minogue (Melbourne, 1968) era una actriz televisiva adolescente que durante una fiesta se subi¨® al escenario para cantar el cl¨¢sico de Little Eva Locomotion y vio como, una vez publicado en forma de sencillo, llegaba al n¨²mero uno en Australia. Poco despu¨¦s a aquella cantante novata e ilusionada los legendarios productores Stock Aitken & Waterman le escribieron una canci¨®n en media hora, tras olvidar que ten¨ªan una cita con ella, mientras esperaba fuera del estudio. El resultado, I should be so lucky, acab¨® durante cinco semanas en el n¨²mero uno en Inglaterra, hoy es un cl¨¢sico de los ochenta y cre¨® un sonido asociado todav¨ªa a la artista. Kylie se convirti¨® en la ¨²nica estrella de aquella factor¨ªa cuya carrera no se apag¨® una vez llegados los noventa: su determinaci¨®n por reinventarse la llev¨® a fichar con una discogr¨¢fica indie, hacer un dueto con Nick Cave (que afirm¨® que uno de los mayores ¨¦xitos de la cantante, Better the devil you know, tiene ¡°una de las letras de amor m¨¢s violentas y angustiosas de la m¨²sica pop¡±) y ganarse el respeto de la cr¨ªtica con un par de discos de pop oscuro y melanc¨®lico. A comienzos del siglo XXI, en pleno recambio generacional de ¨ªdolos y cuando el europop cl¨¢sico parec¨ªa muerto, lo apost¨® todo de nuevo a ¨¦l y protagoniz¨® un regreso espectacular con ese t¨®tem contempor¨¢neo que se baila tanto en bodas de provincias como en clubs gays de la gran ciudad llamado Can¡¯t get you out of my head. El pasado a?o, su actuaci¨®n en Glastonbury se convirti¨® en la m¨¢s vista de la historia del festival. Si su nuevo ¨¢lbum ¨Cun homenaje a la m¨²sica disco con la que creci¨® en los setenta¨C llega al n¨²mero uno en las listas brit¨¢nicas, ser¨¢ la primera mujer que logra esta haza?a en cinco d¨¦cadas diferentes.
Las dos cosas han ocurrido de verdad: 70 millones de discos vendidos despu¨¦s, Kylie es una de las grandes estrellas del pop de un planeta que este a?o ha paralizado la pandemia, pero hasta dos hechos tan distanciados se alinearon para que su figura ic¨®nica formase parte de uno de los memes m¨¢s celebrados del coronavirus. En una imagen que se hizo viral el pasado agosto se puede ver una flecha en el suelo junto a un cartel que advierte: ¡°Por favor, guarde un metro y medio (o una Kylie Minogue) de distancia interpersonal¡±. ¡°?Lo vi!¡±, revela la cantante. ¡°Creo que era el suelo de un estudio de televisi¨®n en Australia. Me pareci¨® muy creativo. Te dir¨ªa que yo mido m¨¢s de metro y medio, pero tampoco voy a buscarle tres pies al gato. Hay que hacer humor de todo esto¡±.
Hoy le¨ª otra cosa en Twitter que me record¨® a usted: ¡°Por mucho que nos mediquemos, no vamos a estar emocionalmente bien hasta que acabe todo esto porque hay cosas que solo se curan bailando con extra?os en la oscuridad¡±. ?Est¨¢ de acuerdo? S¨ª, ?me gusta esa frase! Las discotecas surgieron como un sitio donde todo el mundo pod¨ªa ser aceptado. En los inicios de la m¨²sica disco estaban presentes muchas de las cosas de las que hablamos hoy: inclusi¨®n, diversidad, libertad¡ Parte de la magia de ese lugar es que puedes ser quien t¨² quieras y mientras la m¨²sica suene va a cambiar tu energ¨ªa. Tal vez por eso las discotecas siguen existiendo, porque todav¨ªa no han inventado nada que se les parezca.
Esa energ¨ªa de la que habla, ?la siente como una responsabilidad cuando canta o compone una canci¨®n? Va a influir sobre mucha gente. No era tan consciente de ello al principio, pero con el tiempo, tras recibir miles de mensajes y de encontrarme a gente que me cuenta su historia, es una de las partes m¨¢s inspiradoras de lo que hago. Pienso a menudo en c¨®mo mis canciones conectan con las personas. A veces puedes llegar a adivinarlo, pero cada uno es tan diferente¡ Por ejemplo, Say Something [el primer sencillo de su nuevo ¨¢lbum] pas¨® por muchos momentos. La escribimos el a?o pasado, conoci¨® varias versiones a lo largo de estos meses y la terminamos durante el confinamiento. Recuerdo un momento en el que consegu¨ª abstraerme, escucharla desde fuera, y llor¨¦ porque me imagin¨¦ cant¨¢ndola en medio de un festival lleno de gente. Me transport¨®. Soy consciente de la responsabilidad de la que me hablas. No dir¨ªa que es lo primero en lo que pienso cuando escribo, pero est¨¢ ah¨ª.
La escribi¨® hace un a?o, pero la letra y la atm¨®sfera de Say Something describen asombrosamente el mundo de hoy. Le ha salido prof¨¦tica. Creo que cualquier canci¨®n forma parte del zeitgeist [el clima intelectual de una ¨¦poca], est¨¢n por encima de nosotros. Nos enamoramos de ella cuando la escribimos, pero ha adquirido una vida propia, su propio viaje. Es una canci¨®n rara, desde luego.
Y m¨¢s para una ¨¦poca en la que los artistas buscan el ¨¦xito inmediato en YouTube y Spotify con una f¨®rmula muy concreta. Da la sensaci¨®n de que usted sabe perfectamente c¨®mo se fabrica un gran ¨¦xito y podr¨ªa tener uno de nuevo si quisiera pero, simplemente, no le apetece. Creo que olvidarme por completo de las listas de ¨¦xitos ir¨ªa en contra de lo que he hecho toda mi vida, pero s¨ª que he cambiado en ese sentido. En primer lugar, las listas actuales me confunden. No las entiendo. Siempre quieres expandir tu audiencia y deseas que alguien te descubra al escuchar tu canci¨®n en la radio del coche, claro. Creo que ya no estoy en el mercado de las listas de singles. Tampoco puedo decir que no piense en ello, por supuesto que quieres que tu canci¨®n quede en un buen puesto. Pero no quiero dejarme llevar ni desanimarme. Quiero seguir creyendo en mis canciones, que sean parte de la historia de la gente. No s¨¦ c¨®mo se aplica eso a una lista de ¨¦xitos, son muy diferentes para m¨ª ahora.
La relaci¨®n de Kylie con Espa?a ha sido intensa en los ¨²ltimos lustros. Suele incluir a Madrid y Barcelona en sus giras, ha grabado aqu¨ª algunos de sus mejores videoclips (como el espectacular Slow, rodado en la piscina ol¨ªmpica de Montjuic, o Some kind of bliss, una especie de Bonnie & Clyde en las carreteras de Almer¨ªa) y ella misma, siempre dispuesta a hablar con naturalidad de su vida, a?ade: ¡°?He salido con un t¨ªo de all¨ª durante a?os!¡±. Se refiere al modelo Andr¨¦s Velencoso, su pareja entre 2008 y 2014. ¡°Me encanta estar en Espa?a. He pasado mucho tiempo en la Costa Brava, es asombrosa. Mi restaurante favorito de Londres es espa?ol, lo considero un hogar. Siempre que tengo un problema me voy corriendo al restaurante espa?ol y se me pasa¡±.
Tambi¨¦n aqu¨ª dej¨® una de sus actuaciones televisivas m¨¢s virales: usted cantando Better the devil you know frente a seis se?ores trajeados, impert¨¦rritos y aburridos. ?Recuerda aquello? ?S¨ª! Cada dos por tres aparece de nuevo por las redes.
En 1993 la c¨²pula del Partido Popular de entonces acudi¨® al programa nocturno de Jes¨²s Hermida en Antena 3. En medio del debate, con Aznar, Rajoy, Cascos, Arenas y Bot¨ªn entre los invitados, Hermida dio paso a la actuaci¨®n musical de la noche. Era Kylie Minogue. El v¨ªdeo de ese momento muestra a una estrella del pop cantando un cl¨¢sico del dance noventero con una letra de enorme (e involuntaria) carga pol¨ªtica involuntaria (¡°Es cierto lo que dicen, mejor malo conocido¡±) ante cinco tipos taciturnos que la miran como quien asiste a un funeral. Se vuelve a hacer viral cada poco tiempo y no solo en Espa?a.
Era un debate pol¨ªtico. Dos de aquellos hombres acabaron siendo presidentes del gobierno en Espa?a. ?Eso es muy gracioso! No lo sab¨ªa, pero nunca sabes lo que est¨¢ pasando. Todo lo que sabes es que est¨¢s en directo. As¨ª que act¨²as y piensas en las c¨¢maras y en los espectadores que est¨¢n en su casa, no en la gente que te est¨¢ mirando y no est¨¢ reaccionando en absoluto. No es la ¨²nica vez que me ha sucedido algo as¨ª. Actu¨¦ en el palacio de Buckingham hace un par de a?os y aunque las reacciones no fueron tan serias como las de aquel programa, la gente estaba muy callada: escuch¨® la canci¨®n en silencio y al final aplaudi¨®. Eso te desconcierta. No dejas de pensar: ?estar¨¦ haci¨¦ndolo fatal? ?Por qu¨¦ no reaccionan? No s¨¦ cu¨¢nta experiencia tendr¨ªa en el programa del que me hablas, pero solo miraba los pilotos rojos e intentaba seguir adelante mientras pensaba que aquello era¡ peculiar.
Hace 10 a?os actu¨® en Madrid e hizo un curioso dueto cantando un tema de Miguel Bos¨¦ (Como un lobo). ?Por qu¨¦ no cant¨® Miguel Bos¨¦ una suya? Usted era la estrella. Creo recordar que fue una sugerencia y me gust¨® el desaf¨ªo de cantar la canci¨®n de otra persona y en espa?ol. S¨ª, tal vez tengas raz¨®n. Hubiera sido bueno hacerlo al rev¨¦s. Tengo que admitir que ten¨ªa chuletas escondidas por alg¨²n sitio para acordarme de la letra. ?l fue encantador y adorable y recuerdo que el p¨²blico se volvi¨® loco, as¨ª que estuvo bien.
Usted fue habitual de las discotecas ibicencas. Hace poco reconoci¨® en una entrevista: ¡°He olvidado por completo algunas partes¡±. ?Puede desarrollarme eso? Eran noches muy intensas. Creo que empec¨¦ a ir a las discotecas de Ibiza a finales de los noventa. En general, las noches m¨¢s divertidas son esas que no planeas, en las que no ten¨ªas pensado salir, pero una copa te lleva a otra y luego a un club y luego al siguiente. Te dir¨ªa que con esa frase estaba intentando ser graciosa, pero hay algo de verdad en ella. Me alegra haber hecho todo eso cuando lo hice. Creo que hay una ¨¦poca perfecta en la vida para quemar las discotecas. No s¨¦, ?entre los 21 y los 25? Lo hice, lo viv¨ª y me encant¨®.
No circulan historias oscuras sobre Kylie Minogue, todo el mundo la considera amable y dulce. ?C¨®mo lo ha conseguido? Cuando me enfado, cuando no estoy contenta, lo saben. Pero intento no crear tensi¨®n. No grito, digo las cosas con un tono de voz calmado. E incluso para llegar a ese punto tienes que provocarme bastante. Algunas personas se crecen creando tensi¨®n a su alrededor. Yo no soy una de ellas. Me gustan los desaf¨ªos, pero no el mal rollo.
Me pregunto si esto tiene un doble filo: ?teme decepcionar f¨¢cilmente a alguien si un d¨ªa no est¨¢ a la altura de esa imagen tan bondadosa que la precede? No me gusta decepcionar a nadie, en general. A la vez, debo ser honesta conmigo misma: si ese es el humor con el que me pillas en ese momento¡ ?soy humana! S¨¦ que tengo esa reputaci¨®n y estoy muy orgullosa de ella. Pero no quiero vivir en una burbuja en la que que no tenga derecho a sentir diferentes emociones, a estar enfadada, aturdida o infeliz. Y eso es algo que te encuentras en algunas de mis canciones favoritas, en las que se habla de melancol¨ªa. No estoy feliz y burbujeante todo el tiempo, pero me atrever¨ªa a decir que s¨ª casi todo el tiempo. Y, sobre todo, intento ser amable. Ahora se habla mucho de la aceptaci¨®n y de la amabilidad, pero eso siempre ha sido lo normal para m¨ª y trato de alentarlo.
Sobre eso dijo algo muy interesante en The Guardian: ¡°Todo el mundo tiene hueco en mis conciertos. Mucho antes de nuestra sociedad nueva e inclusiva, mis shows ya eran as¨ª¡±. Me encanta esta idea de que el mundo se parezca cada vez m¨¢s a un concierto suyo. Yo miro a mi p¨²blico desde el escenario y veo a tres generaciones de todo tipo de personas, desde musculosas a parejas heterosexuales con hijos, gente de todo tipo reunida. Me encanta eso, que las personas se sientan bienvenidas, seguras y libres para ser ellas mismas en mis conciertos.
Como icono gay me interesa su opini¨®n sobre el caso J.K. Rowling y sus declaraciones sobre el g¨¦nero y la transexualidad. Da la sensaci¨®n de que en la comunidad LGTB, tan asociada a usted y siempre tan unida, empiezan a surgir grietas. Qu¨¦ complicado, no s¨¦ qu¨¦ responder a eso. Te dir¨ªa que espero que todo el mundo pueda encontrar su lugar y que la gente deber¨ªa tener derecho a expresar sus opiniones libremente. Tal vez esa es una de las razones por las que estos asuntos de los que me hablas se convierten en debate, la gente quiere que la escuchen. Todo el mundo tiene su propia historia, su propia traves¨ªa y, a veces, las historias de unos y otros no se alinean.
?C¨®mo ha hecho para llevarse bien con la prensa y los paparazi durante tres d¨¦cadas? Apenas puedo recordar un esc¨¢ndalo o una mala cara por su parte en una foto. Oh, ?yo s¨ª puedo, te lo aseguro! Mi relaci¨®n con la prensa es bastante buena considerando que llevo mucho tiempo en esto, pero recuerdo momentos en los que no ha sido tan amable. No quiero ser victimista, s¨¦ que hay problemas m¨¢s graves en el mundo, pero es molesto ver que hay un coche continuamente detr¨¢s del tuyo. Ya es tenso si eres cualquier persona caminando por la calle, pero m¨¢s si eres una mujer caminando y ves que un t¨ªo cuya cara no puedes ver porque la tapa una c¨¢mara salta desde una esquina. Lo m¨¢s peculiar es que, desde que la fotograf¨ªa se volvi¨® digital, el recuerdo de aquellos paparazi que ten¨ªan que cambiar en tus narices el carrete se ha vuelto tierno. Pod¨ªas notar c¨®mo se preguntaban: ¡°?Disparo ahora o ser¨¢ malgastar pel¨ªcula?¡±. Ya era una pesadilla entonces, pero comparado con ahora resulta casi rom¨¢ntico.
Can¡¯t get you out of my head es su canci¨®n m¨¢s conocida, pero me pregunto si a veces se ha hartado de ella. Parece obligada a cantarla all¨¢ donde va. Nunca me canso. En todas las giras tengo que buscar una forma de incluirla porque cantarla es como tomarme unas peque?as vacaciones. Siempre funciona, todo el mundo se la sabe, esa canci¨®n es lo que es. Ahora, ?qu¨¦ pasar¨ªa si tuviese que sacrificar alguna otra por cantar esa? No s¨¦ c¨®mo me lo tomar¨ªa. Es duro cuando t¨² tienes tus favoritas y no coinciden con las de tus seguidores. ?Cu¨¢ntas veces me han dicho mis fans por Twitter ¡°?Deja de cantar Kids!¡±?
Kids, su dueto con Robbie Williams publicado en 2000, fue uno de sus grandes ¨¦xitos en el Reino Unido y ella la ha convertido en un fijo de su repertorio que ha cantado hasta con Bono de U2, pero no parece ser la canci¨®n favorita de sus fans m¨¢s ac¨¦rrimos, que la consideran demasiado cercana al rock de estadio cuando lo que ellos desean o¨ªr es pop puro y duro. ¡°Por Twitter me dicen que no la quieren¡±, se queja, ¡°?pero luego es uno de los momentos m¨¢s intensos y ruidosos cuando la cantamos en directo en una gira!¡±. Es un ejemplo perfecto para definir la peculiar relaci¨®n de Kylie Minogue con sus seguidores, que se mueve entre la lealtad f¨¦rrea del creyente y el desencanto de un ap¨®stata al que ya no le atienden las plegarias. Minogue descoloca a cierto sector de sus propios admiradores porque hace gala de una cualidad que no casa con el pop, un terreno abonado con patrones repetitivos y zonas de confort: es absolutamente imprevisible. Tras el ¨¦xito masivo de Fever en 2001, que vendi¨® seis millones de copias, volvi¨® en 2004 con un single minimalista que no se pod¨ªa bailar: Slow. Despu¨¦s, en 2007 y tras superar un c¨¢ncer que hizo pensar a sus devotos que volver¨ªa con un himno vitalista incontestable, se marc¨® Two Hearts, una pieza de rock glam que no llegaba a los tres minutos. En 2010 public¨® una balada electr¨®nica achispada por un subid¨®n de poppers llamada All the lovers. Despu¨¦s llegar¨ªa un disco orquestal. M¨¢s tarde, uno country. Ella se toma todo esto con humor. ¡°Me gusta aparecer casi siempre con algo que es arriesgado, algo que la gente no considere adecuado como un primer sencillo. Es como cuando est¨¢s comiendo: el primer plato es solo un adelanto para que te vayas haciendo al sabor¡±.
Cuando le comento que la portada de su ¨¢lbum Disco ¨Cllena de brillos, colorines y absolutamente camp¨C ha sido recibida con tanto entusiasmo como sorna, responde socarrona: ¡°Parece que ahora todo el mundo es dise?ador gr¨¢fico¡±. ¡°A veces no s¨¦ qu¨¦ hacer con estas cosas¡±, a?ade. ¡°No puedes satisfacer a todos, y mira que intento hacerlo en la medida de lo posible. Hay canciones que insisto personalmente en poner en mis set lists, porque las adoro, como The One. Hay siempre una media docena de canciones que desde el principio s¨¦ que van a estar. En mi ¨²ltima gira fui muy firme con que quer¨ªa cantar una canci¨®n llamada Lost without you. No era un sencillo, no era la m¨¢s famosa, pero estoy en un momento de mi vida en el que quiero concederme a m¨ª misma algunos caprichos¡±.
?Cu¨¢l es el momento de su carrera que recuerda con m¨¢s felicidad? Es complicado elegir. Tras mis primeros a?os con Stock Aitken & Waterman, en los que yo no ten¨ªa apenas poder de decisi¨®n sobre la m¨²sica que hac¨ªa, puedo empezar a encontrar cosas que me gustan en muchos de ellos. Dir¨ªa que Impossible Princess (1998) porque fue muy diferente, la primera vez que hacia algo as¨ª. De Golden (2018) estoy muy orgullosa porque me encant¨® la experiencia, lo amo de verdad. Ven¨ªa de un periodo de mi vida que no fue feliz en absoluto [entre otras cosas, rompi¨® con su prometido de entonces, el actor brit¨¢nico Joshua Sasse] y pude exorcizarlo escribiendo canciones. Fue muy liberador. Todav¨ªa no tengo la distancia temporal para pensar en Disco, pero creo que dentro de unos a?os mirar¨¦ hacia atr¨¢s y pensar¨¦: ¡°?Hice casi todo eso en la habitaci¨®n de enfrente mientras hab¨ªa una pandemia!¡±.
?Y cu¨¢l cree que podr¨ªa haber hecho mejor? Kiss me once (2014). Fue un experimento, lo hice casi todo en Estados Unidos, hab¨ªa algunas cosas fant¨¢sticas en ¨¦l y pude trabajar con Sia, a quien adoro. Pero me parece un disco inconexo. Dios, en realidad podr¨ªa decir esto sobre unos cuantos discos m¨¢s, ya sea en mayor o menor medida, en los que creo que podr¨ªa haber hecho muchas cosas mejor. Incluso con este, cuando est¨¢bamos remat¨¢ndolo y decidiendo que ya estaba finalizado, en ese momento de nervios, yo no dejaba de preguntar a todo el mundo: ¡°?Estamos seguros? ?Estamos seguros? ?Estamos seguros?¡±. Y uno de los jefes de mi discogr¨¢fica me dijo algo muy bonito: ¡°Kylie, marca un punto en el calendario¡±. Ten¨ªa raz¨®n. Este es el disco que har¨¦ hoy. Ser¨ªa diferente en una semana, ser¨ªa diferente en seis meses, hubiese sido diferente ayer. As¨ª que lo entregu¨¦, me dije: ¡°Este es mi punto en el calendario¡±. En mi vida. De otra manera, jam¨¢s terminar¨¢s las cosas.
El punto en el calendario le ha quedado bien. Publicar ahora, que no podemos bailar con gente ni ir a las discotecas, un ¨¢lbum llamado Disco parece una carta de amor dist¨®pica. Se ha convertido en eso, s¨ª. Para alguien de mi generaci¨®n el disco tiene esa cualidad nost¨¢lgica. La palabra ¡°disco¡± es poderosa, solo necesitas decirla y todo el mundo tiene su propia visi¨®n, su sentimiento, su recuerdo al respecto. Y ahora se ha convertido tambi¨¦n en un deseo, el de poder agarrarnos a alguien que ni conocemos, bailar y abandonarnos.
Antes de despedirnos, Kylie me sorprende poni¨¦ndose ella en el papel de entrevistadora: ¡°Ahora quiero hacerte yo dos preguntas a ti¡±. La primera es curiosidad sobre unos cojines que se adivinan al fondo de mi pantalla (una de sus mil facetas es la de empresaria de productos para el hogar con la l¨ªnea Kylie at Home). La segunda es: ¡°?C¨®mo est¨¢ el tema de las discotecas y los conciertos en Espa?a?¡±. Se lo explico y escucha con la preocupaci¨®n de una verdadera embajadora de la causa. Porque lo es. Cuando en el a?o 2000 public¨® Your disco needs you, una de sus himnos m¨¢s excesivos, coloristas y celebrados y una reivindicaci¨®n de la pista de baile como terreno sanador y cat¨¢rtico, iba muy en serio. En aquella canci¨®n, en perfecto espa?ol y tras un estribillo con ecos a Village People y m¨¢s grande que la vida misma, dec¨ªa algo que hoy, mientras el ocio nocturno se desangra y desaparece, se revela como una imploraci¨®n para quien quiera darse por aludido: ¡°?No falles a tu pueblo / Tu discoteca te necesita!¡±.
Realizaci¨®n: David St. John James
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