De Beckham a Griezmann: filosof¨ªa y peluquer¨ªa
Audaz, pero no imprudente, el delantero del Atleti domina el dif¨ªcil arte del tinte, y su influencia alcanza m¨¢s lejos que la puramente est¨¦tica
Para cuando lean estas l¨ªneas, Antoine Griezmann ya habr¨¢ cambiado de color de pelo. El d¨ªa de la sesi¨®n de fotos nuestro hombre de portada era rubio platino, pero mientras escribo veo en Instagram que acaba de te?irse de un leve rosa que torna plateado en la sien (por matizar, m¨¢s skater que Barbie). El delantero del Atl¨¦tico de Madrid es uno de los jugadores m¨¢s admirados de la Liga, y representa la vanguardia de este deporte en pelo y en pensamiento: ¡°La homof...
Para cuando lean estas l¨ªneas, Antoine Griezmann ya habr¨¢ cambiado de color de pelo. El d¨ªa de la sesi¨®n de fotos nuestro hombre de portada era rubio platino, pero mientras escribo veo en Instagram que acaba de te?irse de un leve rosa que torna plateado en la sien (por matizar, m¨¢s skater que Barbie). El delantero del Atl¨¦tico de Madrid es uno de los jugadores m¨¢s admirados de la Liga, y representa la vanguardia de este deporte en pelo y en pensamiento: ¡°La homofobia no es una idea, es un delito¡±, ha dicho, rompiendo ese retr¨®grado silencio oficial que reina en el f¨²tbol. Audaz, pero no imprudente, Griezmann domina el dif¨ªcil arte del tinte en un ¨¢mbito que nos tiene acostumbrados a las desgracias. Hablo del afilado tup¨¦ con sienes apuradas ¨¤ la Messi, por ejemplo. Cu¨¢nto talento ensombrecido por negligencias en la peluquer¨ªa, pero cu¨¢ntas cosas que interpretar, por su capacidad de influencia, en las decisiones de estilo de los futbolistas.
Antes de todos estaba David Beckham, cuyo estilo ha sido m¨¢s glosado que la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. ¡°Ha llevado sarongs, bandanas, esmalte de u?as, tatuajes y cambiaba de corte de pelo cada semana¡±, escribi¨® Ellis Cashmore ya en 2013. El mundo vibraba cada vez que Beckham pasaba de cresta a media melena. Pero, seg¨²n este soci¨®logo, la relaci¨®n del astro con la moda representaba algo m¨¢s complejo y menos superficial que la provocaci¨®n o el simple estatus. ¡°Beckham era obviamente heterosexual, pero nunca fue agresivo, ni siquiera asertivo, cuando se supon¨ªa que los futbolistas eran personajes rudos a los que lo que realmente les gustaba era una borrachera y una buena pelea, especialmente despu¨¦s de un partido. Reputaciones talladas en el granito de la clase trabajadora, donde los hombres eran secos y duros. As¨ª que debi¨® ser incre¨ªble la reacci¨®n en el vestuario cuando Beckham sac¨® de la bolsa la crema hidratante, el bronceador y sus productos capilares¡±.
El guapo futbolista se convirti¨® enseguida en ese modelo del nuevo milenio llamado metrosexual: hombres que se cuidaban, se te?¨ªan y se depilaban pero eran... hombres. La cosa se fue de madre cuando apareci¨® la mujer de Beckham, Victoria, y juntos desencadenaron un vendaval de looks enloquecidos y consumo conspicuo, dentro de la pareja pero tambi¨¦n entre las esposas de los otros futbolistas. Los tabloides llamaron WAGS (wives-and-girlfriends) a aquellas alegres comparsas de las estrellas del estadio que viajaban juntas en jet, llevaban bronceado y extensiones a juego y vest¨ªan ch¨¢ndales de terciopelo, gafas como sartenes y enormes bolsos de marca en sus desaforadas expediciones de shopping. Repasa el fen¨®meno un interesante art¨ªculo de la revista Dazed: la cosa fue in crescendo, hubo bodas en helic¨®ptero y tacones en la piscina, las wags se ganaron el apelativo de ¡°hooligans con visas¡± y, en 2009, Fabio Capello, por entonces jefe de la Selecci¨®n Inglesa, termin¨® prohibi¨¦ndoles asistir a los partidos. Demasiada diversi¨®n. Capello las culpaba del pobre rendimiento del equipo en el Mundial de Alemania.
Para entonces los Beckham ya se hab¨ªan mudado a Los ?ngeles, donde se esperaba que el futbolista, que hab¨ªa firmado por 250 millones con el Galaxy, no solo mejorara el juego, sino tambi¨¦n el estilo de sus compa?eros. ¡°A los deportistas americanos les hace falta un buen sastre¡±, declar¨® entonces Wendell Brown, editor de moda de la revista Esquire, ¡°espero que Beckham tenga efecto¡±. No est¨¢ claro que lo consiguiera pero, 15 a?os despu¨¦s, los Beckham son para los comentaristas de estilo un valor tan s¨®lido como, no s¨¦, Iberdrola. Lo importante es que la pareja permanece para el p¨²blico, y para sus herederos, como ejemplo del poder transformador de la moda. No es ninguna tonter¨ªa. David ha demostrado que se puede no ser un machista carpetovet¨®nico en el f¨²tbol. Y Victoria, antigua reina de las wags, incluso se ha hecho minimalista.
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