¡°Deja de ver a tu psicoanalista¡±: los peligrosos consejos de la astrolog¨ªa creada por inteligencia artificial
Las nuevas empresas que tiran de tecnolog¨ªa en vez de astr¨®logos para leer el futuro de los creyentes, especialmente Co-star, ponen al p¨²blico frente a un dilema: no es cre¨ªble si lo dice la Inteligencia Artificial, pero ?lo es si lo dice una persona?
La inteligencia artificial, seg¨²n estimaciones de Goldman Sachs, va a destruir alrededor de 300 millones de empleos en todo el mundo en los pr¨®ximos diez a?os. La financiera estadounidense prev¨¦ que acabe creando otros muchos, pero augura, en cualquier caso, que m¨¢s de la mitad de la actual poblaci¨®n activa va a tener que adquirir nuevas competencias profesionales para adaptarse al tsunami tecnol¨®gico que se avecina.
Entre los que van a verse obligados a muy corto plazo a cambiar de empleo, sustituidos por m¨¢quinas que ejecutar¨¢n sus tareas tal vez no mejor que ellos, pero s¨ª a coste muy inferior, figuran los astr¨®logos. Susan Miller, una neoyorquina que lleva d¨¦cadas escribiendo hor¨®scopos en medios de comunicaci¨®n de todo tipo, lo asume con resignada elegancia: los pron¨®sticos y cartas astrales del futuro los van a elaborar programas de inteligencia generativa, como el ubicuo ChatGPT. Ya lo est¨¢n haciendo. Y no siempre de forma expl¨ªcita, dado que algunos medios supuestamente anal¨®gicos ya est¨¢n empezando a delegar en los esbirros de silicio la tarea que, a faltas de astr¨®logos en n¨®mina, muchas veces se encargaba a los becarios.
Miller considera ¡°injusto¡± que la IA se dedique ahora a dejar sin trabajo a profesionales con una ¡°formaci¨®n espec¨ªfica¡± y que lidian con ¡°emociones humanas¡±. En su opini¨®n, las m¨¢quinas deber¨ªan dedicarse a ¡°partir ¨¢tomos¡±, no a observar los astros para ¡°intentar reconocer pautas que puedan resultar ¨²tiles para orientar el comportamiento humano¡±. Si se dedican a esto ¨²ltimo, siempre seg¨²n Miller, ¡°cometer¨¢n errores¡±. Y esas respuestas err¨®neas ¡°acompa?ar¨¢n a las personas que las consulten all¨¢ donde vayan¡±.
Mec¨¢nicas celestes
Pese a todo, por muy digna que pueda parecer la postura de la atribulada se?ora Miller, hay que recordar que la ¡°formaci¨®n espec¨ªfica¡± que ella se atribuye no tiene verdadero valor. La astrolog¨ªa carece de base cient¨ªfica. S¨ª tiene una tradici¨®n que se remonta, como m¨ªnimo, a la Mesopotamia del segundo milenio antes de Cristo, donde ya se confeccionaba algo similar a los modernos hor¨®scopos y cartas astrales. La ¡°sabidur¨ªa¡± caldea encontr¨® r¨¦plicas en culturas como la maya, la china, la hind¨² o la griega (derivada de la mesopot¨¢mica), pero nunca ha dejado de ser una de las m¨²ltiples sucursales de esa boyante multinacional que es el pensamiento m¨¢gico.
Constre?ida a c¨ªrculos esot¨¦ricos desde que la ¨®ptica racionalista se abri¨® paso en el mundo occidental, la astrolog¨ªa renaci¨® a mediados del siglo XX, en una versi¨®n de consumo dom¨¦stico, asociada a las espiritualidades New Age, que ni siquiera sus seguidores m¨¢s ac¨¦rrimos se tomaba del todo en serio. Visto as¨ª, lo sorprendente es que haya sobrevivido hasta bien entrado el siglo XXI. Y que la tecnolog¨ªa artificial le est¨¦ insuflando, a estas alturas, una nueva vitalidad y una viabilidad comercial con las que ya nadie contaba.
El pasado verano se produjo una de las campa?as de marketing m¨¢s pintorescas y eficaces que ha conocido la astrolog¨ªa en el ¨²ltimo medio siglo. Su responsable es Banu Guler, gur¨² tecnol¨®gica de nuevo cu?o, creadora y CEO, a sus 35 a?os, de una empresa de hor¨®scopos ¡°inteligentes¡± llanada Co-Star.
Guler y su equipo instalaron durante el mes de julio un peculiar armatoste, un cruce entre centrifugadora industrial, ordenador sovi¨¦tico y la cabina de tel¨¦fonos del Doctor Who, en la entrada principal de la librer¨ªa Iconic Magazines, una de las m¨¢s populares del barrio neoyorquino de NoLiTa. El artefacto contestaba ¡°consultas astrales¡± de manera instant¨¢nea. Cualquier transe¨²nte pod¨ªa acercarse a su visor para que le hiciese una foto e introducir, a continuaci¨®n, la pregunta acompa?ada de su fecha, hora exacta y lugar de nacimiento.
Saam Niami, cronista de The New York Times cuyo signo del zod¨ªaco es Tauro, estuvo all¨ª, entrevist¨® a una veintena de usuarios del peculiar servicio y certific¨® que la mayor¨ªa se mostraban satisfechos de la experiencia. A preguntas como ¡°?Cu¨¢les son las se?ales de alerta [red flags] de mi personalidad?¡± la m¨¢quina daba respuestas que no desentonar¨ªan en ning¨²n consultorio astrol¨®gico al uso: ¡°Tus se?ales de alerta incluyen una tendencia a crearse grandes expectativas y un miedo visceral al conflicto. La influencia de J¨²piter y Saturno indican que eres proclive al perfeccionismo, que tienes miedo al rechazo y que tu voluntad de evitar conflictos limita tu capacidad para desarrollar conexiones humanas ricas y significativas¡±. ?Da el pego? En opini¨®n de la estudiante de 19 a?os que hizo la consulta, sin duda. Le result¨® tan convincente como cualquier otra disecci¨®n expr¨¦s de su personalidad basada en la astrolog¨ªa.
?Sue?an los androides con videntes mec¨¢nicas?
Tras esa etapa neoyorquina, la m¨¢quina se embarc¨® en una gira por los Estados Unidos cuya siguiente parada, ya en oto?o del pasado, fue California. Guler reconoc¨ªa haberse inspirado en una atracci¨®n de barraca de feria que caus¨® furor en los primeros a?os del siglo XX, la echadora de cartas mec¨¢nica Zoltar, que te echaba las cartas por un par de centavos. Una variante m¨¢s sofisticada, la Verbal Fortune Teller, inclu¨ªa efectos visuales y grabaciones de voz. El ilusionista David Copperfield lleg¨® ofrecer dos millones de d¨®lares por el ¨²ltimo ejemplar de esta simp¨¢tica reliquia, que se conserva en un museo de Virginia City, en el estado norteamericano de Montana. Para Guler, tanto las m¨¢quinas del pasado como la dise?ada por su empresa tienen en com¨²n que ¡°te dan una respuesta personalizada a tus inquietudes, t¨² te la llevas a casa y, aunque tal vez no le des la menor importancia en ese momento, es posible que te la encuentres por casualidad m¨¢s adelante y te haga reflexionar¡±.
M¨¢s all¨¢ de los vistosos trucos de prestidigitaci¨®n con los que Co-Star intenta dar a conocer su marca, la empresa ha demostrado su viabilidad con un producto, la aplicaci¨®n The Void, que da respuestas ¡°altamente personalizadas¡± a consultas astrales de todo tipo por una tarifa de servicio de a partir de un d¨®lar. Con versiones para IOS y Android, la app garantiza acceso a una base de datos de observaciones astrol¨®gicas tan amplias que, en la pr¨¢ctica, seg¨²n se asegura en la web de Co-Star, ¡°equivale a tener un astr¨®logo personal, privilegio reservado hasta hace muy poco a arist¨®cratas y reyes¡±.
La p¨¢gina presume tambi¨¦n de contar con un ¡°poderoso¡± motor de lenguaje natural que se nutre de ¡°datos suministrados por la NASA¡±, les aplica los m¨¦todos de cribado de la ¡°astrolog¨ªa profesional¡± y genera algor¨ªtmicamente respuestas ¨²nicas e irrepetibles, adaptadas a las caracter¨ªsticas astrales de cada usuario concreto. Guler y su equipo concluyen, con ardor mesi¨¢nico, que la funci¨®n de la astrolog¨ªa es ¡°poner nuestros cuerpos temporales en sinton¨ªa con la inmensidad del universo, permitiendo que una dosis de irracionalidad penetre en la tecno-racionalidad de nuestra manera de vivir¡±.
El pasado mes de diciembre, Katherine Hu, redactora de The Atlantic, dedic¨® a Co-Star un completo reportaje. En ¨¦l se pregunta si la astrolog¨ªa basada en inteligencia artificial no est¨¢ llegando ¡°demasiado lejos¡±, dado que uno de los consejos que le ofreci¨® The Void fue que prescindiese lo antes posible de su psicoanalista. Hu entrevista a Guler y examina sus argumentos con comprensible escepticismo. De entrada, no parece atribuir un excesivo cr¨¦dito a afirmaciones como que la app cuenta ya con ¡°30 millones de cuentas registradas¡±. Un an¨¢lisis de data.ai revela, en cualquier caso, que The Void ha registrado picos mensuales de hasta 800.000 usuarios, una cifra respetable, suficiente para que Hu acepte que, desde su creaci¨®n en 2017, ¡°Co-Star ha contribuido al renacimiento de la astrolog¨ªa en Occidente, un fen¨®meno al que ya se hab¨ªa referido, tambi¨¦n en The Atlantic, la escritora Julie Beck.
La era de la espiritualidad digital
Otro s¨ªntoma ser¨ªa la popularidad de AI Astrologer, un generador de hor¨®scopos diarios disponible en la web de Apple que tal vez no pase de rudimentario, pero que demuestra lo sencillo que resulta para cualquiera dar ¡°el salto¡±, seg¨²n sus responsables proponen, ¡°al reino m¨ªstico de la astrolog¨ªa, reforzada en esta ocasi¨®n por la inteligencia artificial¡±. Servicios como OnmiMind o Vedic AstroGPT prueban tambi¨¦n que, cuando se trata de desarrollar nuevas l¨ªneas de negocio, tecnolog¨ªa y misticismo arcano (es decir, el hijo emprendedor de la ciencia y uno de sus m¨¢s encarnizados rivales de mam¨¢) se complementan a las mil maravillas.
Nika Simovich Fisher afirma en un art¨ªculo en Wired que la IA nos ha hecho darnos de bruces con ¡°la nueva era de la espiritualidad digital¡±. Fisher recuerda que los primeros softwares de generaci¨®n de hor¨®scopos datan de finales de la d¨¦cada de 1970 y que hace al menos 20 a?os que existen servicios astrol¨®gicos digitalizados como Astrodienst.
El ¨²nico ingrediente nuevo en esta ensalada de vanguardia y misticismo es la consolidaci¨®n de un ¡°ecosistema de startups astrol¨®gicas¡± que, guiadas por la popularidad de la ¡°ciencia caldea¡± en redes como Instagram o Tumblr, se ha dedicado a explotar las posibilidades que ofrecen los modelos generadores de lenguaje natural. Despu¨¦s de todo, si p¨¢ginas interactivas como BibleGPT responden a cualquier consulta pr¨¢ctica, espiritual o existencial con el pasaje de la Biblia que necesitas para que tu vida recupere el equilibrio, ?por qu¨¦ no iban los signos del zod¨ªaco a ofrecerte, por un precio m¨®dico, sus propias respuestas automatizadas?
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