Eternamente joven con el exfoliante y ¡®serum¡¯ Marina Abramovi?

Aunque todav¨ªa no ha quedado del todo claro si es una performance, un negocio serio o ninguna de las dos cosas, Marina Abramovi? ha lanzado, a sus 77 a?os y para sorpresa de muchos, una l¨ªnea de productos de belleza para el cuidado de la piel y la salud en general, en colaboraci¨®n con la doctora Nonna Brenner. Inspirado en el mindfulness y como extensi¨®n de su famoso Marina Abramovi? Method ¡ªuna serie de t¨¦cnicas que, seg¨²n la artista, puedes aplicar a tu d¨ªa d¨ªa y con la que cuentan que Lady Gaga dej¨® de fumar¡ª, el primer lanzamiento incluye loci¨®n facial, limpiador, exfoliante o una especie de serum natural.

En el (algo dist¨®pico) v¨ªdeo de su p¨¢gina web, Abramovi? cuenta que vivimos rodeados de tantas pantallas que nuestras almas buscan la simplicidad. La verdadera longevidad, seg¨²n ella, no est¨¢ en los dispositivos tecnol¨®gicos, sino en el conocimiento de nuestro pasado ancestral. El tono casi autopar¨®dico que respira todo ha abierto la caja de las bromas: que si lo siguiente van a ser ba?os de barro de Anish Kapoor, terapia de luz en las instalaciones lum¨ªnicas de Yayoi Kusama o una l¨ªnea de m¨¢quinas de gimnasio de Jeff Koons.

Bromas aparte, el mes pasado el escritor y poeta Jordan Castro escrib¨ªa en Harper¡¯s Magazine un extenso art¨ªculo sobre su fascinaci¨®n por el levantamiento de pesas. Adem¨¢s de mejorar su fuerza f¨ªsica, el flujo sangu¨ªneo o la densidad ¨®sea, al autor de The Novelist machacar sus m¨²sculos en el gimnasio le lleva a una experiencia que va m¨¢s all¨¢ del lenguaje. Desarrollar nuestros m¨²sculos mediante la repetici¨®n de ejercicios es equiparable, para ¨¦l, a una extenuante experiencia po¨¦tica, y lo considera una manera ¨®ptima de poner en pausa nuestra ajetreada existencia. The artist is present y hace dominadas.

Pero, volviendo a los productos de belleza de Abramovi?, quiz¨¢s esta nueva l¨ªnea y su coartada art¨ªstica sea un buen reflejo de la encrucijada en la que se encuentra actualmente el arte contempor¨¢neo. Entre tanta exposici¨®n inmersiva, entretenimiento y narcicismo paralizante, el arte ha acabado rivalizando con la b¨²squeda del bienestar que ofrece una clase de yoga o la protecci¨®n de una buena crema solar mientras intenta estar a la altura de la inmediatez de un meme.

Hace nada una amiga que es chef me escribi¨® para pedirme consejo sobre un programa de m¨²sica que graba para una emisora de radio local. En su nuevo episodio quer¨ªa seleccionar las canciones que hab¨ªa ido descubriendo ¨²ltimamente en el hilo musical de Planet Fitness, una famosa cadena de gimnasios de Estados Unidos. Con su mezcla de sudor y endorfinas, quiz¨¢s el gimnasio se ha convertido en el espacio ¡°ideal¡± para que la simplificaci¨®n total del arte campe a sus anchas, pens¨¦. Una tarea m¨¢s en un entorno multitarea. Y una idea aterradora, la verdad. Quiz¨¢s lo ¨²nico que nos queda, de momento, es recordar, entre sentadilla y dominada, eso de que si algo te aburre a los dos minutos, int¨¦ntalo otra vez durante cuatro minutos m¨¢s.

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