¡°Es m¨¢s inquietante que muchas pel¨ªculas de terror¡±: la comedia de miedo que nos dibuj¨® como los zombies del capitalismo
¡®Zombies Party¡¯ cumple 20 a?os convertida en un cl¨¢sico contempor¨¢neo con diversas capas de lectura y una legi¨®n de fans que ruegan una segunda parte que no llegar¨¢
Cuando los atentados del 11-S permitieron al p¨²blico hacerse una idea de c¨®mo ser¨ªa un Apocalipsis televisado, la caligraf¨ªa del cine de terror cambi¨®. Y, con ello, resucitaron las pel¨ªculas de zombis. Si La noche de los muertos vivientes (1968), de George A. Romero, canaliz¨® las tensiones raciales y la desconfianza en las instituciones de los Estados Unidos de finales de los sesenta, pel¨ªculas como 28 d¨ªas despu¨¦s (2002) o Amanecer de los muertos (2004) se nutr¨ªan de la est¨¦tica documental de los horrores modernos para hablar de la fragilidad de nuestro confort y la velocidad a la que un orden social aparentemente estable podr¨ªa desmoronarse. En ese contexto, la comedia brit¨¢nica Zombies Party, estrenada en abril de 2004 en Reino Unido y en oto?o de ese mismo a?o internacionalmente, se convirti¨® en uno de los t¨ªtulos clave de la nueva oleada del subg¨¦nero al proponer otro giro: ?y si el confort y el orden social dominante ya est¨¢, de base, profundamente zombificado?
S¨¢tira con muertos vivientes sobre el paso a la madurez y la frustraci¨®n de las expectativas generacionales, Zombies Party cumple 20 a?os con varios reestrenos en todo el mundo (en Madrid tendr¨¢ lugar una sesi¨®n especial el s¨¢bado 14 de septiembre, en los cines Paz) y se mantiene a¨²n como el m¨¢s celebrado trabajo de su director, Edgar Wright, y su dupla protagonista, Simon Pegg y Nick Frost. El tr¨ªo hab¨ªa coincidido antes en la serie Spaced (1999), otra comedia sobre j¨®venes adultos batallando entre la precariedad laboral y las dificultades para acceder a un alquiler. Y su debut cinematogr¨¢fico, nacido precisamente de un episodio donde el protagonista ten¨ªa alucinaciones a ra¨ªz de un videojuego de zombis, compart¨ªa notables rasgos tem¨¢ticos que iban m¨¢s all¨¢ de su excusa argumental.
Con el t¨ªtulo original de Shaun Of The Dead, chiste a costa de Dawn Of The Dead (la pel¨ªcula de George A. Romero de 1978 que en Espa?a se llam¨® simplemente Zombi, aunque el remake s¨ª llevase por t¨ªtulo Amanecer de los muertos), la comedia sigue los infructuosos esfuerzos de un casi treinta?ero, Shaun, por adaptarse a la vida adulta. Tiene un trabajo que detesta, sin mejoras laborales en el horizonte, y una relaci¨®n con su novia sumida en el aburrimiento, basada en ir todas las noches al mismo bar a encontrarse con su mejor amigo, el ¨²nico con el que parece disfrutar. Entre los pasajeros muertos de sue?o en el autob¨²s en el que va a trabajar, los borrachos en las calles y los clientes vagando por los pasillos del supermercado con la mirada perdida, los primeros instantes de la epidemia zombi pasan pr¨¢cticamente desapercibidos al protagonista, incapaz de distinguir determinadas situaciones del funcionamiento normal de la sociedad. La decisi¨®n de Shaun de poner en orden su vida y hacerse mayor, a ra¨ªz de que su novia amenace con dejarle, coincide con ese estallido: que los personajes se vean abocados a elaborar constantemente planes y estrategias para sobrevivir entre los zombis, a veces mimetiz¨¢ndose con ellos, cobra, desde ese prisma, un significado perturbador.
¡°Una de las razones por las que Zombies Party sigue gustando tanto es que, aunque es una comedia, no es una parodia. Es m¨¢s aterradora e inquietante que muchas pel¨ªculas estrictamente de terror¡±, reflexiona, preguntado por ICON, el escritor Clark Collis, periodista de Entertainment Weekly y autor del libro You¡¯ve Got Red On You: How ¡®Shaun of the Dead¡¯ Was Brought To Life (2021, in¨¦dito en Espa?a), dedicado a la pel¨ªcula de Edgar Wright.
Collis destaca el gran conocimiento y amor por el g¨¦nero de Wright y Simon Pegg, quien adem¨¢s de actor es coguionista. Adem¨¢s de explorar las met¨¢foras (muchas veces, tambi¨¦n ¨¢cidas y c¨®micas) del propio George A. Romero, que en Zombi retrataba a un grupo de supervivientes recluido en un centro comercial, la pel¨ªcula tambi¨¦n contiene m¨²ltiples referencias al cine de terror italiano; por ejemplo, un restaurante aparece bautizado como Fulci¡¯s ¨Cen homenaje a Lucio Fulci, director del cl¨¢sico Nueva York bajo el terror de los zombies (1979)¨C y se utiliza m¨²sica de Goblin, el grupo de rock progresivo que puso banda sonora a las obras maestras de Dario Argento. A Romero le hizo gracia: tras telefonear a Wright para felicitarle, invit¨® al director y al actor a hacer un cameo caracterizados como zombis en su siguiente pel¨ªcula, La tierra de los muertos vivientes (2005).
Aqu¨ª, sobreviviendo
El absurdo t¨ªtulo espa?ol (aunque formulado en ingl¨¦s) de Zombies Party ¨Cdistribuida adem¨¢s oficialmente con el a?adido Una noche¡ de muerte¨C ha sido motivo habitual de sorna a lo largo de los a?os por parte de Edgar Wright, que ha declarado que tiene colgado un p¨®ster de la versi¨®n castellana en su casa.
I have a large framed poster for ZOMBIES PARTY.
— edgarwright (@edgarwright) April 9, 2020
La broma fue m¨¢s all¨¢ cuando en su siguiente pel¨ªcula, Arma fatal (2007, otro licencioso cambio de t¨ªtulo a partir del original ingl¨¦s, Hot Fuzz), introdujo un ejemplar del DVD espa?ol en una escena. Aquella pel¨ªcula fue la segunda parte de lo que se acabar¨ªa denominando la Trilog¨ªa del Cornetto, al aparecer un helado de distinto sabor en cada una de ellas vinculado a un subg¨¦nero: rojo sangre para Zombies Party, azul policial para Arma fatal y verde extraterrestre para la entrega que complet¨® el tr¨ªptico, Bienvenidos al fin del mundo (2013).
Todas comparten elementos tem¨¢ticos y ansiedades generacionales, como el miedo a crecer y las razones fundadas para no querer integrarse en el statu quo, si bien el tiempo ha acabado otorgando a la trilog¨ªa tambi¨¦n un valioso car¨¢cter de radiograf¨ªa social inmediatamente previa al Brexit. La nostalgia reaccionaria, el conservadurismo extremo, la xenofobia, el nacionalismo, el supremacismo o la gentrificaci¨®n son cuestiones que aparecen inequ¨ªvocamente en su narrativa, con especial intensidad en la segunda y tercera entregas. ¡°Creo que la salsa secreta de la Trilog¨ªa del Cornetto es que cada pel¨ªcula explora temas serios, ya sea la familia y la vida urbana en Zombies Party, o la adicci¨®n y las presiones conformistas en Bienvenidos al fin del mundo. Pero nunca se piensa en ellas como pel¨ªculas sobre asuntos importantes, porque tambi¨¦n son muy divertidas¡±.
Sobre Zombies Party, los acad¨¦micos Kathryn A. Cady y Thomas Oates llegaron a definirla como una pel¨ªcula que ¡°imagina una generaci¨®n de familias heteronormativas como resultado de la invasi¨®n zombi¡±, dentro de su equivalencia entre lo zombi y la cultura de rutinas capitalista. Adem¨¢s de la plasmaci¨®n de esos procedimientos casi mec¨¢nicos del d¨ªa a d¨ªa que Wright relata mediante planos detalle encadenados, como partes de un gran engranaje, en la pel¨ªcula hay una serie de chistes recurrentes sobre esas rutinas, como la respuesta por defecto ¡°Sobreviviendo¡± que Shaun da a una amiga cada vez que se la encuentra en la pel¨ªcula y le pregunta qu¨¦ tal, en momentos diferentes.
El periodista brit¨¢nico David Jenkins escribi¨® en 2017 que el n¨²cleo de la Trilog¨ªa del Cornetto era ¡°el miedo a la alienaci¨®n cultural¡±, con Arma fatal como ¡°pel¨ªcula anti-Brexit definitiva¡±. ¡°Nunca imaginar¨ªas a Wright necesariamente como un cineasta pol¨ªtico. Sus personajes son construcciones cinematogr¨¢ficas descaradas, cuyos rasgos se nutren m¨¢s de la tradici¨®n de la gran pantalla que de la realidad. (...) [Pero habla de que] Rechazar el progreso puede ser peligroso, al igual que aferrarse a un falso sentimiento de nostalgia por un tiempo que nunca fue o un lugar que nunca existi¨®. Al final, Wright solo quiere que conduzcamos con seguridad¡±, escrib¨ªa, con coda dedicada a su entonces ¨²ltima pel¨ªcula, Baby Driver (2017), otra historia con la nostalgia (y el p¨¢nico a abandonar una forma de vida t¨®xica, pero acostumbrada) en el centro.
Lejos de los tiempos del Cornetto, Wright permanece establecido como director de grandes estudios, a pesar del fracaso comercial de su primera incursi¨®n estadounidense, la reivindicada Scott Pilgrim contra el mundo (2010), y un desencuentro con Marvel, que le despidi¨® de Ant-Man (2015) por diferencias creativas. Simon Pegg, por su parte, ha vuelto a coprotagonizar algunas comedias con su colega Nick Frost, sin el mismo ¨¦xito, y se afianzado como secundario de lujo en franquicias como Misi¨®n imposible (donde aparece a partir de la tercera entrega, de 2006) o Star Trek (desde 2009). Aunque ambos retomaron a sus personajes de Zombies Party para ofrecer recomendaciones sanitarias y fomentar el confinamiento contra el coronavirus en 2020, Pegg ha rechazado de plano la posibilidad de una secuela de su pel¨ªcula m¨¢s popular. En una entrevista en The Guardian en 2023, el actor parec¨ªa haber llevado al extremo las lecciones sobre la madurez de su trilog¨ªa, afirmaba que prefer¨ªa ver Succession antes que cualquier cosa de ciencia ficci¨®n, que hab¨ªa dejado atr¨¢s mucho de lo que la gente pensaba de ¨¦l y que ya no era ¡°un friki¡±. ¡°Cada vez que hago un directo de Instagram o alguna cosa as¨ª, me viene alguien y me dice ¡®Necesito Zombies Party 2 en mi vida¡¯. No, necesitas la puta Zombies Party 2 en tu vida. Es lo ¨²ltimo que necesitas. Ya pas¨®. Sigue adelante¡±, declaraba. Un hombre hecho y derecho para una nueva vida, como aspiraba Shaun.
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