¡°Hoy esta pel¨ªcula no se estrenar¨ªa en cines¡±: la nostalgia y la revancha que han reunido a Disney y a Lindsay Lohan
Una segunda parte de ¡®Ponte en mi lugar¡¯ se estrenar¨¢ 22 a?os despu¨¦s de la original aupada por una generaci¨®n ¡®millennial¡¯ que ya tiene hijos a los que llevar al cine y a una nueva visi¨®n m¨¢s emp¨¢tica sobre los llamados ¡°juguetes rotos¡± del cine infantil
Ver a estrellas adolescentes abandonar Disney de forma estruendosa, tras una breve carrera como ni?os actores o presentadores, es una tradici¨®n con d¨¦cadas de arraigo. Tommy Kirk, de Fiel amigo (1957) o Los robinsones de los mares del sur (1960), fue apartado del estudio conforme las noticias sobre su homosexualidad emerg¨ªan. Jodie Foster pas¨® bruscamente de las producciones infantiles de Disney a interpretar a una menor prostituida en Taxi Driver (1976). Britney Spears, Miley Cyrus, Selena Gomez o Ashley Tisdale reaparecieron como estrellas pop con una imagen abiertamente sexualizada, una rebeli¨®n contra el aspecto ani?ado que la factor¨ªa les hab¨ªa obligado a mantener. Por eso mismo, en el pasado D23 ¨Cla convenci¨®n bianual en la que Disney presenta nuevos proyectos y se autohomenajea¨C, celebrado entre el 9 y el 11 de agosto, llam¨® la atenci¨®n ver a dos de esas figuras emprendiendo el camino de vuelta: Miley Cyrus, que se convirti¨® en la persona m¨¢s joven en obtener la distinci¨®n de Leyenda Disney, y Lindsay Lohan (Nueva York, 38 a?os), flamante coprotagonista de Freakier Friday, una de las grandes apuestas comerciales de 2025.
Se trata de la secuela tard¨ªa de Ponte en mi lugar (2003), en ingl¨¦s Freaky Friday, que llega m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s con el mismo reparto: en la pel¨ªcula, que ya ha sido rodada, Lohan vuelve a estar acompa?ada de Jamie Lee Curtis, su madre en la ficci¨®n, adem¨¢s de Chad Michael Murray, Mark Harmon, Lucille Soong o Rosalind Chao. Esta segunda entrega se estrenar¨¢ con 20 a?os de diferencia respecto a la ¨²ltima colaboraci¨®n de Lindsay Lohan con el estudio, Herbie: A tope (2005). Entre aquella pel¨ªcula, por la que se rumore¨® que Disney hab¨ªa reducido digitalmente los pechos a la estrella para infantilizarla, y esta reuni¨®n, Lohan ha lidiado con diversas adicciones, ha sido arrestada al menos siete veces, seis de ellas sentenciada a prisi¨®n y entrado cinco veces a rehabilitaci¨®n. La actriz lleva una d¨¦cada viviendo en Dubai (Emiratos ?rabes Unidos), ha amagado con convertirse al islam y, desde el a?o pasado, tiene un hijo con el empresario kuwait¨ª Bader Shammas.
La carrera de la int¨¦rprete, que salt¨® a la fama con 12 a?os encarnando a las dos gemelas de T¨² a Londres y yo a California (1998), atraviesa una ¨¦poca pr¨¢cticamente en barbecho. En el ¨²ltimo lustro ha experimentado t¨ªmidas reapariciones de la mano de dos comedias rom¨¢nticas para Netflix y un superficial cameo en Chicas malas (2024), el remake musical de su ¨¦xito hom¨®nimo, que ya invitaba a la actriz a intuir que su regreso a primera l¨ªnea vendr¨ªa por la v¨ªa de la nostalgia. Antes, sus esc¨¢ndalos hab¨ªan hecho una mella destructiva en su imagen p¨²blica, primero para desterrarla a pel¨ªculas cada vez m¨¢s pobres y luego para convertirla en un fichaje de alt¨ªsimo riesgo. La cr¨®nica para The New York Times que el periodista Stephen Rodrick realiz¨® del rodaje de The Canyons (2013), titulada Esto es lo que ocurre cuando pones a Lindsay Lohan en tu pel¨ªcula, fue la puntilla: retrasos constantes, desapariciones, conductas err¨¢ticas y tensiones con los compa?eros conformaban, en principio, un perfil demasiado explosivo como para que a alguien en Hollywood se le ocurriera volver a contratarla.
Pero son otros tiempos. La percepci¨®n de los llamados juguetes rotos ha cambiado: la proliferaci¨®n de testimonios de actores j¨®venes ¨Cya sea a trav¨¦s de las redes sociales o de documentales¨C hablando de los abusos laborales o incluso sexuales sufridos a muy pronta edad, de la presi¨®n y escrutinios insoportables vividos antes de la madurez, han ayudado a desarrollar una mayor empat¨ªa hacia estas estrellas, cuyas pol¨¦micas ahora se ven m¨¢s como comprensibles consecuencias. Y Disney, por mucho que la imagen de Lohan (o de Cyrus) pareciera distanciarse irremediablemente de sus valores, podr¨ªa haberlo entendido tambi¨¦n as¨ª. Nada como una pel¨ªcula sobre ponerse en la piel del otro para representarlo. ?Su reconciliaci¨®n puede ser una forma de enmienda por parte del estudio?
¡°No estoy tan seguro de que esto [la secuela de Ponte en mi lugar y el reconocimiento a la protagonista de Hannah Montana (2006) como Leyenda Disney] sea un intento de reparar su relaci¨®n con antiguas estrellas infantiles tanto como de sacar partido de la nostalgia y el cari?o que despiertan¡±, dice a ICON el profesor Peter C. Kunze, del departamento de Comunicaci¨®n de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans, EE UU). Kunze es el autor de Staging A Comeback: Broadway, Hollywood, And The Disney Renaissance (2023, in¨¦dito en Espa?a), ensayo publicado el pasado a?o con motivo del centenario de la factor¨ªa y dedicado a la etapa de renacimiento de Disney desde finales de los ochenta. ¡°?Y a qui¨¦n no le gusta una historia de ca¨ªda y regreso?¡±, se pregunta el acad¨¦mico, en relaci¨®n al morbo por la vuelta de Lohan.
¡°El amor desinteresado os pondr¨¢ en vuestro lugar¡±
La continuaci¨®n de Ponte en mi lugar se da, extra?amente, poco despu¨¦s de que Disney estrenase una cuarta versi¨®n de la misma historia en 2018, en formato musical, llamada igual en Espa?a y producida para Disney Channel. Basada en una novela de Mary Rodgers, que en nuestro pa¨ªs Alfaguara tradujo como Un viernes embrujado (1972), la compa?¨ªa del rat¨®n adapt¨® por primera vez el material en la exitosa Viernes loco (1976), con Jodie Foster y Barbara Harris en el papel de hija y madre, respectivamente. Le sigui¨® en 1995 una versi¨®n televisiva, Qu¨¦ desmadre de hija. En un contexto en el que la divisi¨®n de acci¨®n real de Disney est¨¢ centrando esfuerzos en efectuar remakes de sus cl¨¢sicos animados, con la Blancanieves de Rachel Zegler y Gal Gadot anunciada para marzo, que el estudio se interese por desarrollar una secuela tan espec¨ªfica y coyuntural (en su banda sonora suenan Simple Plan o Andrew W.K., indisociables del estilo de la pel¨ªcula y de su tiempo) puede resultar llamativo. En un art¨ªculo en The Hollywood Reporter en 2023, por el vig¨¦simo aniversario de Ponte en mi lugar, el productor Andrew Gunn admit¨ªa que una pel¨ªcula as¨ª ¡°hoy no se estrenar¨ªa en cines¡±.
¡°Una lecci¨®n que [el estudio] aprendi¨® con Disney+ es que muchos abonados se sent¨ªan menos atra¨ªdos por los cl¨¢sicos animados que por el contenido de Disney Channel¡±, analiza Peter C. Kunze. ¡°En parte, esto se debe a que la generaci¨®n que creci¨® con los programas de las d¨¦cadas del 2000 y 2010 son ahora padres, por lo que vuelven a ver estos programas con sus hijos. Una nueva pel¨ªcula de Ponte en mi lugar saca provecho de esto¡±. Para el profesor, el fetiche de Disney con la novela de Rodgers, a la que vuelve una y otra vez, es f¨¢cil de entender: ¡°El n¨²cleo de la historia es la desconexi¨®n entre muchos padres e hijos, que no comprenden plenamente el punto de vista del otro. La narraci¨®n del intercambio de cuerpos es una oportunidad para la empat¨ªa y para explorar las diferencias generacionales. A medida que pasa el tiempo y cambian las concepciones culturales de lo que significa ser adulto y ni?o, Un viernes embrujado permite adentrarse en las diferentes experiencias. ?Qu¨¦ hay m¨¢s Disney que reafirmar esos lazos madre-hija que pueden tensarse pero tambi¨¦n renovarse?¡±.
Hay m¨¢s razones por las que Un viernes embrujado podr¨ªa resultar tan funcional al discurso Disney. En una entrevista retrospectiva en 2002 a Jodie Foster, la periodista Terry Gross se sorprend¨ªa de que el estudio la hubiese elegido para protagonizar Viernes loco pese a haber hecho ya con Scorsese Alicia ya no vive aqu¨ª (1974) y estrenar ese mismo a?o Taxi Driver. Y apuntaba a un detalle: su aspecto tomboy (mujeres de aspecto vinculado a lo masculino, lo que en espa?ol se denomina ¡°marimacho¡±). Mientras en el libro de Mary Rodgers la adolescente protagonista descubr¨ªa que era guapa despu¨¦s de que su madre, en control de su cuerpo, le arreglara el pelo, la vestimenta y los dientes, la pel¨ªcula Viernes loco jugaba a domesticar y feminizar al modo tradicional la imagen de su todav¨ªa estrella adolescente.
Foster, no obstante, se?alaba tambi¨¦n en esa entrevista como el feminismo de segunda ola hab¨ªa impregnado positivamente el mensaje de la pel¨ªcula: una de las sorpresas que se llevaba la hija en el cuerpo de la madre era descubrir todo el trabajo invisible que ella realizaba, explotada por su vago e in¨²til esposo. La versi¨®n dirigida en 2003 por Mark Waters eliminaba ese aspecto de la trama, al igual que el remake de los noventa, para convertir a la madre en viuda y crear otro conflicto con su descendiente, que no acepta que ella intente rehacer su vida con otro hombre. No obstante, Ponte en mi lugar rectificaba el tema del cambio de aspecto para que sucediera en las dos direcciones, con la hija en la piel de Jamie Lee Curtis abrazando la est¨¦tica punk. Mientras el original ten¨ªa un componente m¨¢s aleccionador (en el libro, la propia madre es quien m¨¢gicamente obra el cambio de cuerpo como castigo para la adolescente), en la pel¨ªcula con Lohan y Curtis aprend¨ªan la una de la otra.
Dicha entrega pecaba, tambi¨¦n, de un orientalismo casposo y trasnochado, con una mujer m¨ªstica impulsando la parte fant¨¢stica mediante unas galletas de la suerte en un restaurante chino. No se conocen detalles del argumento de la secuela, aunque el regreso de las actrices asi¨¢ticas del establecimiento anuncia que Freakier Friday no va a obviar el problema de representaci¨®n; sea para arreglarlo o para empeorarlo. La nueva pel¨ªcula tendr¨¢ otra directora, la canadiense Nisha Ganatra, y otra guionista, Jordan Weiss, y esta vez no partir¨¢ de ning¨²n libro de Rodgers, que s¨ª escribi¨® varias continuaciones, pero ninguna con la madre y la hija otra vez de protagonistas. En A Billion For Boris (1974), el vecino y el hermano peque?o de la chica encuentran un televisor que emite el futuro e intentan hacerse ricos apostando. En Summer Switch (1982), eran padre e hijo quienes se cambiaban el cuerpo. Ambos tuvieron sendas adaptaciones televisivas.
Fallecida en 2014 a los 83 a?os, Mary Rodgers fue, adem¨¢s de una escritora infantil y juvenil de ¨¦xito, una compositora rese?able, que estren¨® un par de obras de teatro, lleg¨® a trabajar con Leonard Bernstein y tambi¨¦n cre¨® canciones para televisi¨®n. Su padre era Richard Rodgers, autor de la m¨²sica de Sonrisas y l¨¢grimas (obra de Broadway de 1959 y pel¨ªcula de 1965). El musical Carrusel (1945), del que sali¨® el himno You¡¯ll Never Walk Alone, era el favorito de la escritora. ¡°Para m¨ª habla de la relaci¨®n entre un padre y una hija. No soy de llorar f¨¢cilmente, pero hay algo en la redenci¨®n entre padres e hijos y en el perd¨®n que siempre me emociona¡±, declar¨® la autora de Un viernes embrujado en una entrevista en The New York Times en 2001. En apreciable resonancia con su popular libro sobre cambio de identidades y descubrimiento mutuo, Rodgers, que guardaba un recuerdo agridulce de su progenitor por el alcoholismo, la depresi¨®n y la adicci¨®n al trabajo que sufri¨®, dijo en otra ocasi¨®n que dudaba de que nadie hubiese tenido oportunidad de conocerle realmente bien.
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