¡°Funcion¨® hasta que nos dimos cuenta de que nos odi¨¢bamos¡±: Frankie Goes To Hollywood, el grupo que rompi¨® las reglas durante cinco minutos
Hace 40 a?os esta banda de tecno-punk abiertamente gay arras¨® en las listas de ¨¦xito y desapareci¨® al poco tiempo. Su historia deja varias lecciones sobre la industria, la identidad y la crueldad de las listas de ¨¦xitos
El grupo Frankie Goes To Hollywood se dieron a conocer desde Liverpool al mundo reci¨¦n comenzado 1984. Lo hicieron con el videoclip de Relax, toda una oda al exceso de aquella d¨¦cada con un sonido de tecno-pop pasado de rosca y las im¨¢genes de una bacanal en un club fetichista. La est¨¦tica, a medio camino entre Fellini y Mad Max, induc¨ªa a lo orgi¨¢stico mientras el vocalista del grupo, Holly Johnson, repet¨ªa una y otra vez a una segunda persona que se relajase... y no se corriese todav¨ªa. La BBC lo censur¨® por considerarlo obsceno, pero las ventas se dispararon y, en cuesti¨®n de meses, ya era el single m¨¢s exitoso de la historia en Reino Unido.
Aquel verano fueron desbancados por ellos mismos. Su segundo clip, Two Tribes fantaseaba con el apocalipsis nuclear a partir del sonido de un bajo machac¨®n y las im¨¢genes de una multitud delirante que apostaba y jaleaba en torno a un c¨ªrculo en el que se peleaba a muerte dos hombres muy parecidos a Ronald Reagan y Konstantin Chernenko (los dirigentes de EE UU y la Uni¨®n Sovi¨¦tica en aquel momento). Holly Johnson cantaba ¡°el sexo y el terror son el nuevo Dios¡± y, finalmente, el planeta explosionaba. Curiosamente, ese v¨ªdeo no se censur¨®, pero el single subi¨® al n¨²mero 1 y Relax se qued¨® en el 2 durante todo aquel verano. No suced¨ªa tal cosa en el Reino Unido desde que otro grupo de Liverpool, The Beatles, consiguiese copar tambi¨¦n los dos primeros puestos en 1968.
En diciembre lleg¨® el tercer e inesperado v¨ªdeo. The Power Of Love era una balada pomposa, sobre una secci¨®n de cuerdas, mientras que el clip tiraba de la m¨¢s manida iconograf¨ªa cristiana navide?a. Aparentemente, no hab¨ªa ah¨ª iron¨ªa ni mensajes subversivos, salvo, tal vez, la demostraci¨®n de que el grupo pod¨ªa subvertirse a s¨ª mismo. ¡°El amor es peligro/ El amor es placer/ El amor es puro¡±, cantaba Johnson al final del tema, sugiriendo que quiz¨¢ no hab¨ªa ninguna diferencia esencial entre aquel villancico y su l¨²brico primer single. Justo antes de que Do They Know It¡¯s Christmas?, de Band Aid, y Last Christmas, de Wham!, se disputasen el pastel gordo en las navidades discogr¨¢ficas m¨¢s pantagru¨¦licas que se recuerdan en Gran Breta?a, el tercer single de Frankie Goes To Hollywood tuvo tiempo de estar una semana en la c¨²spide de la lista de ventas. No suced¨ªa tal cosa en su pa¨ªs desde que otro grupo de Liverpool, Gerry And The Peacemakers, consiguiese tambi¨¦n tres n¨²meros 1 consecutivos con sus tres primeros sencillos. Cuando, a finales de aquel a?o, la banda lanzaba su ¨¢lbum, Welcome To The Pleasuredome (Bienvenidos a la c¨²pula del placer), ya llevaba diez millones de sencillos vendidos.
¡°Fue una perfecta secuencia de singles que abordaban los temas m¨¢s grandes posibles: el sexo, la guerra y la religi¨®n. Al tiempo, los v¨ªdeos y el empaquetado maximizaban el impacto de choque de la homosexualidad hardcore de sus dos l¨ªderes. La explicitud gay era uno de los pocos tab¨²es que quedaban en el pop por aquel entonces¡±, escribe el cr¨ªtico musical Simon Reynolds en su libro Rip It Up And Start Again. Postpunk 1978-1984¡å. Pero el m¨¦rito no se lo atribuye al grupo, sino al ilustre productor Trevor Horn y a su c¨®mplice e ide¨®logo en el sello ZTT (Zang Tuub Tumb), el periodista Paul Morley, un antiguo cr¨ªtico musical que proyect¨® toda una campa?a de mercadotecnia ¡°como un asalto militar al pop¡±.
Cinco chicos punkis de Liverpool y dos cazatalentos habilidosos
Pero, ?de d¨®nde sal¨ªa aquella gente? En realidad, los cinco componentes de Frankie Goes To Hollywood eran chicos de clase obrera de Liverpool que hab¨ªan montado sus primeros grupos con el estallido punk y segu¨ªan en ello mientras trampeaban con la prestaci¨®n de desempleo. Holly Johnson, por ejemplo, hab¨ªa formado parte de Big In Japan, una banda m¨ªtica (a posteriori) por ser donde tambi¨¦n empezaron Ian Broudie (The Lighting Seeds), Bill Drummond (The KLF) y Budgie (Siouxsie & The Banshees).
El vocalista, un flamboyante fan de David Bowie, mont¨® Frankie Goes To Hollywood en 1980 inspirado por el anuncio de la primera pel¨ªcula de Frank Sinatra. Su aliado principal era el tambi¨¦n cantante Paul Rutherford. Ambos eran homosexuales (bastante desclasados en los ambientes punkis y callejeros de su ciudad), pero crearon una tensi¨®n bastante interesante con los tres restantes miembros de la formaci¨®n: el guitarra Brian Nash, el bajista Mark O¡¯ Toole y el bater¨ªa Peter Gill, tres hombres que, jugando al contrapunto heterosexual frente a Johnson y Rutherford, dentro de la banda se hicieron denominar the lads (los chavales).
Sus comienzos fueron arduos, en parte porque su imagen abiertamente gay enfundada en cuero asustaba a los ejecutivos de los sellos discogr¨¢ficos. Dicen que las dos frases que m¨¢s escucharon en sus primeros a?os fueron: ¡°Mis empleados tienen que vender eso por ah¨ª afuera¡± y ¡°mis empleados son hombres casados con hijos¡±. Fueron apoyados desde el principio por popes de los medios como John Peel y Tony Wilson, pero cuando montaron un concierto para las discogr¨¢ficas en la famosa discoteca londinense Heaven, solo un ejecutivo acudi¨®. En realidad, nunca lleg¨® a cruzar la puerta. En el exterior de la sala, quiso agredir a dos hombres que se le intentaban insinuar y recibi¨® una paliza.
Todo cambi¨® cuando aparecieron tocando una versi¨®n primitiva de Relax en el programa televisivo The Tube en 1983. Trevor Horn, quien acababa de montar su sello, vio all¨ª un diamante en bruto que pod¨ªa pulir a su gusto con la ayuda de Morley. Les hicieron un contrato draconiano (¡°no le pod¨ªamos decir que no a Trevor Horn¡±, declar¨® Johnson a posteriori) y los manipularon a su antojo. Al principio, el productor quiso regrabar el tema con The Blockheads (la banda de acompa?amiento del cantante punk Ian Dury) como m¨²sicos de sesi¨®n, pero no qued¨® bien. Al final lo rehizo todo con tecnolog¨ªa, utilizando el sofisticado equipamiento que ten¨ªa el productor en su estudio. Seg¨²n lleg¨® a declarar, la ¨²nica contribuci¨®n del grupo en la versi¨®n definitiva de Relax fue el sonido de ellos lanz¨¢ndose a una piscina, que aparece sampleado.
Igualmente controvertida fue su orden de que no tocaran en directo mientras ¨¦l iba perfeccionando su sonido en el estudio de cara al primer ¨¢lbum. No los sac¨® de gira hasta 1985, pero el silencio esc¨¦nico inicial llev¨® a pensar que los componentes del grupo no sab¨ªan tocar sus instrumentos y a percibirla como una banda de laboratorio. ¡°Son unos Village People post-punk surgidos de modo completamente manufacturado desde las entra?as de la cultura basura¡±, escrib¨ªa, por ejemplo, el periodista Joe Brown en The Washington Post. El m¨ªtico Jon Savage hilaba a¨²n m¨¢s fino en el art¨ªculo que les dedic¨® en New Society, en agosto de 1984: ¡°Frankie Goes To Hollywood son un producto perfecto para la manipulaci¨®n de los medios. No hay nada radical en ellos, solo un indicativo de lo r¨¢pidamente que incluso las ideas m¨¢s extremas se convierten en inofensivas a menos que est¨¦n enraizadas en la realidad¡±.
?Los nuevos Sex Pistols?
Al igual que sucediera con los Sex Pistols, con los que fueron comparados, al intentar desmentir que fuesen una invenci¨®n del m¨¢nager Malcolm McLaren, Holly Johnson tambi¨¦n se rebel¨® infructuosamente contra esas suposiciones. ¡°Se qued¨® el concepto de que ¨¦ramos cinco idiotas a los que un svengali sac¨® de la degradaci¨®n y nos transform¨®. Nada de eso era cierto, pero quedaba muy bien en la hoja promocional del sello¡±, declar¨® el cantante a?os despu¨¦s a la revista The Arts Desk.
¡°Fue una combinaci¨®n inesperada de energ¨ªas¡±, declar¨® Paul Morley tambi¨¦n en The Guardian. ¡°Ten¨ªamos un productor verdaderamente genial, el mejor del mundo junto con Quincy Jones, un periodista ligeramente narcisista, una energ¨ªa heterosexual scouser [gentilicio coloquial de Liverpool] y una energ¨ªa gay, todo mezclado en un mismo lugar. Era una f¨®rmula rid¨ªcula y no pod¨ªas haberla planeado, pero funcion¨® bien durante unos meses hasta que nos despertamos y nos dimos cuenta de que todos nos odi¨¢bamos, o al menos de que ¨¦ramos muy diferentes entre nosotros¡±.
A Morley se le atribuyen algunas de las ideas mercadot¨¦cnicas m¨¢s exitosas, como relataba Rafa Cervera en Historia del rock (1987): ¡°Gracias a las f¨¦rreas imposiciones de ZTT, los Frankie ven c¨®mo su nombre abre las puertas a una nueva f¨®rmula de mercado que no parece conocer l¨ªmites. Un abrumador bombardeo de merchandising alrededor de la banda, culminado por una serie de esl¨®ganes prendidos en camisetas [obra de Katharine Hamnett] donde Frankie lanza consignas de supuesta rebeli¨®n (Frankie dice Rel¨¢jate, Frankie dice Arma al parado). Arengas pedantes disfrazadas de discursos moralistas, que tambi¨¦n propagan el hedonismo, pueblan las portadas de sus discos, definen sus intenciones y se estiran a gusto de sus creadores en un doble LP¡±.
Sus ideas para las portadas tambi¨¦n trajeron cola, como recordaba Trevor Horn en The Guardian: ¡°La gente se horroriz¨® con algunas de sus obras. Su portada original para Pleasuredome ten¨ªa representaciones de 32 actos sexuales diferentes entre animales. Por suerte, la retiramos antes de que llegara a la f¨¢brica porque habr¨ªa habido un verdadero problema¡±. Incluso se comercializ¨® un videojuego (llamado tambi¨¦n Frankie Goes To Hollywood) que se recuerda como uno de los m¨¢s innovadores y extra?os de la era del 8-bit.
Y el pop sali¨® del armario
La censura por parte de la BBC fue uno de los factores que contribuy¨® a disparar la popularidad del grupo, pero un tema mucho menos abordado es c¨®mo el v¨ªdeo de Relax ayud¨® a visibilizar la cultura gay en el pop brit¨¢nico, aunque de un modo no exento de pol¨¦mica. Boy George hab¨ªa sido uno de los primeros artistas en abrir la puerta, aunque desde un posicionamiento m¨¢s asexuado, y el propio vocalista de Culture Club lleg¨® a disparar contra los de Liverpool declarando: ¡°Lo de Frankie es una verg¨¹enza. Utilizan la imagen gay para provocar. Han retrasado veinte a?os nuestra causa¡±.
Los ¨²nicos artistas abiertamente homosexuales eran Marc Almond, con Soft Cell, y Jimmy Sommerville, quien entonces disfrutaba el ¨¦xito de su canci¨®n Smalltown Boy con Bronski Beat y aport¨® una ¨®ptica m¨¢s pol¨ªtica y normalizadora. Johnson fue, a su vez, muy cr¨ªtico con George Michael, a quien afe¨® su decisi¨®n de ocultar su homosexualidad. En aquel momento, Elton John, Freddie Mercury y Pet Shop Boys permanec¨ªan a¨²n en el armario. En su entrevista en The Arts Desk, el vocalista de Frankie reclamaba su valor pionero al respecto: ¡°Ahora todo el trabajo est¨¢ hecho, los chicos y las chicas, los adolescentes que se declaran homosexuales, tienen todo un mundo de material de referencia establecido, revistas, bares y discotecas abiertamente gays. Para m¨ª era mucho m¨¢s un mundo oculto y crepuscular de homosexuales, en callejones, miradas y gui?os para entrar en diversos lugares. Era un mundo m¨¢s emocionante, con sus placeres furtivos¡±.
El r¨¢pido declive
Hay otro aspecto en el que Frankie se pareci¨® a los Sex Pistols: su impacto fue tan grande como ef¨ªmero. Las malas lenguas apuntan a la aparici¨®n de un personaje crucial, que ser¨ªa como su Yoko Ono. Se trata de Wolfgang Kruhle, la pareja de Holly Johnson desde finales de 1984, que luego se convirti¨® en su m¨¢nager e incit¨® al vocalista a que llevase a su discogr¨¢fica a los tribunales. Cuando la banda entr¨® a grabar su segundo ¨¢lbum, ¨¦l sol¨ªa ausentarse de las sesiones de grabaci¨®n, y Horn lleg¨® a plantearse invitar a Simon LeBon, de Duran Duran, para que lo sustituyera.
En 1986 se public¨® el segundo ¨¢lbum, Liverpool, que fue un fracaso, y en su concierto en Rotterdam, el 1 de marzo de 1987, Johnson se pele¨® en el camerino con Mark O¡¯ Toole. Ah¨ª el grupo se disolvi¨®, y solo le falt¨® soltar al p¨²blico el lema pistoliano: ¡°?Alguna vez os hab¨¦is sentido estafados?¡±. Porque, como la banda de Johnny Rotten, los Frankie se reunieron varias veces despu¨¦s, la mayor parte de ellas sin Johnson. Aunque hay una historia mejor: en 1998 salieron de gira por EE UU unos falsos Frankie Goes To Hollywood. Los lideraba un tal Davey Johnson, quien dec¨ªa ser hermano de Holly y haber cantado en el primer disco sin aparecer en los cr¨¦ditos. Aquella s¨ª se puede considerar la gran broma final.
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