Greg Glassman: De ni?o que contrajo la polio a creador y ¨¢ngel ca¨ªdo de la mayor marca de gimnasios del siglo XXI
El fundador de CrossFit, forzado en 2020 a abandonar la compa?¨ªa por unos comentarios tras la muerte violenta de George Floyd, lider¨® una revoluci¨®n en los m¨¦todos de entrenamiento que hoy busca desprenderse de su imagen
Se ha referido a su creaci¨®n como ¡°una religi¨®n dirigida por una pandilla de motociclistas¡±; ¡°algo tan natural como el surgimiento del Gran Ca?¨®n¡± o ¡°la expresi¨®n de una profunda verdad del metabolismo¡±. Greg Glassman (Los ?ngeles, 65 a?os), el fundador de CrossFit, dio buena muestra de su ingenio verbal durante las dos d¨¦cadas que dirigi¨® la marca con la que revolucion¨® el fitness urbano. Con rutinas de entrenamiento basadas en el uso del peso corporal, este californiano de San Diego que en su infancia tuvo que emplear un andador para recuperarse de la polio construy¨® una red con m¨¢s de 15.000 centros de ejercicio asociados. Hasta que todo, al menos para ¨¦l, se vino abajo en junio de 2020 tras una secuencia de comentarios que culmin¨® en un ¡°it¡¯s Floyd-19¡å (es la Floyd-19) publicado en su cuenta de Twitter, catalogado ampliamente de racista, que acab¨® precipitando su salida de la mayor marca de gimnasios del siglo XXI.
Glassman comenz¨® a interesarse por el ejercicio f¨ªsico como adolescente. Sufri¨® polio, se recuper¨® y entonces la gimnasia llam¨® su atenci¨®n. Su padre, Jeff, cient¨ªfico en una empresa aeroespacial, le regal¨® un set de levantamiento de pesas para estimular su entusiasmo y un d¨ªa a Greg se le ocurri¨® combinar la realizaci¨®n de series con dominadas. Seg¨²n cont¨® la revista The New Yorker, acab¨® vomitando. El hecho revelaba que su af¨¢n hab¨ªa alcanzado otro grado. Puede que entonces ya se le hubiera ido de las manos; pero tambi¨¦n que sin sesiones como aquella no hubiera nacido un m¨¦todo de entrenamiento que algunos preparadores defienden por m¨¢s acorde al cuerpo humano que el basado en el uso preferencial de m¨¢quinas.
Tiempo despu¨¦s y tras varias deserciones universitarias, Glassman, que hoy tiene 65 a?os, empez¨® a trabajar en un gimnasio de Los Angeles, donde su concepto empez¨® a tomar forma, aunque ¨¦l defiende, seg¨²n explic¨® en una entrevista en 2016 a la cadena CNBC, que ¡°el ¨¦xito de CrossFit naci¨® sin ning¨²n plan¡±. All¨ª se convirti¨® en el empleado d¨ªscolo que romp¨ªa los protocolos del lugar en el que trabajaba, alentando a trepar por cuerdas o a correr entre ejercicios.
Tras empezar una relaci¨®n con una cliente y casarse con ella, en 2001 abrieron su propio gimnasio, al que denominaron CrossFit por el entrenamiento multidisciplinario que quer¨ªan promover. En paralelo, comenzaron a subir v¨ªdeos a internet y sus seguidores, a practicar los ejercicios en parques, comisar¨ªas, puestos de bomberos o cuarteles militares. Glassman, en cualquier caso, resta importancia a su relevancia en la popularizaci¨®n de las rutinas de crossfit. Con un lenguaje en ocasiones pr¨®ximo al animismo, ha hablado de un ¡°proceso natural¡± del propio cuerpo o apelado a su rol de ¡°azafato¡± de ¡°algo bastante espont¨¢neo¡±. ¡°?Mi papel? Simplemente, no haberla cagado¡±, le dijo a la periodista de la CNBC.
El auge del crossfit se explica en parte por el acompa?amiento que a Glassman prest¨® el gur¨² de nutrici¨®n Robb Wolf, que en 2010 public¨® un libro, La soluci¨®n paleol¨ªtica, que se conviriti¨® en un ¨¦xito de ventas y contribuy¨® a definir un estilo de vida en el que el crossfit encontraba un sentido superior. Wolf, bioqu¨ªmico y antiguo levantador de pesas, hab¨ªa contactado con Glassman ocho a?os antes, en 2002, para interesarse por su m¨¦todo de entrenar y cerrar un acuerdo para abrir el primer gimnasio asociado. Por esas fechas, CrossFit comenz¨® a certificar a sus primeros formadores, un movimiento que ayud¨® a que en tres a?os, los afiliados de la marca superaran los cincuenta propietarios de gimnasios.
Ambos socios, que se distanciaron m¨¢s adelante, promov¨ªan por entonces las bondades de un m¨¦todo que ¡°cuenta una verdad profunda y elegante sobre la actividad, el metabolismo y la enfermedad cr¨®nica¡± y hasta ¡°salva la vida¡±. Glassman, sin embargo, no era ajeno a los hechos que demostraban que el ejercicio que traspasa la frontera del dolor f¨ªsico no es saludable. Cuando, en 2005, The New York Times public¨® un art¨ªculo sobre un hombre al que el sobreesfuerzo ocasionado por el crossfit le ocasion¨® una enfermedad que acababa con sus c¨¦lulas musculares, Glassman respondi¨® sin rodeos: ¡°Puede matarte. Tengo que ser completamente honesto contigo¡±.
Pese a ello, la compa?¨ªa vivi¨® a?os de gran crecimiento. Con un modelo de negocio que ped¨ªa de los afiliados el pago de ¨²nicamente 3.000 d¨®lares anuales por el uso del nombre, hasta la llegada de la pandemia de covid-19 unos 15.000 gimnasios estuvieron asociados con CrossFit. Pero a la retirada de parte de ellos por la crisis sanitaria, que potenci¨® el entrenamiento en casa, una tendencia que se ha consolidado, se sum¨® que la reputaci¨®n de Glassman comenz¨® a quebrarse a ra¨ªz de varias denuncias de acoso sexual y comentarios que demostraron que sus argucias verbales ten¨ªan un l¨ªmite.
El 6 de junio de 2020, una afiliada de Seattle, Alyssa Royse, public¨® en la p¨¢gina web de su gimnasio un intercambio de correos electr¨®nicos en el que Glassman, en respuesta a un mensaje en el que era cuestionado por su ¡°ambig¨¹edad moral¡± ante la pandemia, le respond¨ªa que cre¨ªa ¡°sinceramente¡± que la cuarentena hab¨ªa ¡°impactado negativamente¡± sobre su salud mental. Un d¨ªa despu¨¦s, en una videollamada por Zoom consultada por BuzzFeed News, afirm¨® que la compa?¨ªa no estaba de luto por la muerte de George Floyd, el afroamericano muerto violentamente en Minnesota a manos de la polic¨ªa. Y ese mismo d¨ªa, en respuesta a un tuit de un instituto de salud p¨²blica que afirmaba que el racismo y la discriminaci¨®n eran ¡°problemas cr¨ªticos de salud p¨²blica que exigen una respuesta urgente¡±, coment¨®: ¡°Es FLOYD-19¡±. A continuaci¨®n, surgieron contra ¨¦l varias denuncias de acoso que desmiente con rotundidad.
El d¨ªa 9 anunci¨® en un comunicado que dejaba la direcci¨®n de la compa?¨ªa y a finales de ese mes, que esta hab¨ªa sido vendida a Eric Roza, un emprendedor que comenz¨® a hacer deporte gracias a CrossFit y que este ¨²ltimo a?o se ha esforzado en mostrar su contundencia contra la discriminaci¨®n. Es uno de los tres cap¨ªtulos que preocupan en la compa?¨ªa, que tambi¨¦n quiere recuperar terreno frente al entrenamiento en el hogar y hallar un reemplazo al antiguo reclamo de Glassman, que apenas ha realizado comentarios durante este tiempo. ¡°No hice esto por el dinero¡±, dijo Roza en una reciente entrevista para The New Yorker. ¡°La raz¨®n por la que estoy haciendo esto es porque estoy completamente enamorado del crossfit y quiero llevarlo a otras personas¡±, finalizaba el empresario.
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