Drogas, peleas, vetos de alcaldes y el desprecio de la Movida: la otra historia de Danza Invisible
La primera vez que Javier Ojeda cant¨® junto al grupo fue un desastre. La segunda convenci¨® a sus compa?eros, con los que mantiene viva una trayectoria de 40 a?os. Quiso dejarlo, pero es adicto al escenario. El documental ¡®A este lado de la carretera¡¯ repasa ahora la historia de la m¨ªtica banda malague?a
Con casi 2.000 conciertos a sus espaldas, pocos saben que Javier Ojeda so?aba con ser periodista cultural. Y mucho menos, que fall¨® en su primera prueba para formar parte de Danza Invisible. En 1982, Ricardo Texid¨®, fundador del m¨ªtico grupo, lo escuch¨® cantar borracho en el Disney Club de Torremolinos (M¨¢laga). Buscaba front man [l¨ªder para la banda], los un¨ªa una gran amistad y l...
Con casi 2.000 conciertos a sus espaldas, pocos saben que Javier Ojeda so?aba con ser periodista cultural. Y mucho menos, que fall¨® en su primera prueba para formar parte de Danza Invisible. En 1982, Ricardo Texid¨®, fundador del m¨ªtico grupo, lo escuch¨® cantar borracho en el Disney Club de Torremolinos (M¨¢laga). Buscaba front man [l¨ªder para la banda], los un¨ªa una gran amistad y lo invit¨® a cantar en el grupo. ¡°Vente, que lo haces muy bien¡±, le dijo. ¡°Me insisti¨® tanto que no pude negarme¡±, recuerda Ojeda.
La cosa sali¨® mal. ¡°Fue un desastre¡±, afirma el guitarrista Antonio Luis Gil. Los nervios le jugaron una mala pasada a aquel chaval de 17 a?os que d¨ªas m¨¢s tarde repiti¨® intento. Funcion¨®. Ojeda fue el ¨²ltimo en llegar a una banda ligada a la historia musical de Espa?a, la guinda a un conjunto ¨²nico. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, siguen en pie. En 2019 dieron medio centenar de conciertos y este a?o tienen ya una decena por delante. Jos¨¦ Antonio Hergueta, director junto a Regina ?lvarez del documental A este lado de la carretera, que aborda el origen, explosi¨®n y trayectoria de Danza Invisible, afirma: ¡°Ni se han quedado por el camino por las drogas, como les pas¨® a muchos, ni han tirado la toalla. Es digno de admirar¡±. Ojeda asegura que el trabajo le ha gustado: ¡°Tiene una factura muy elegante, aunque quiz¨¢ sea demasiado masculino y serio. Recuerda que somos la banda que canta El Club del alcohol, en realidad somos infinitamente m¨¢s punk de lo que ah¨ª se puede ver¡±.
Con 57 a?os reci¨¦n cumplidos, el malague?o llega al patio del restaurante Matiz, en el hotel Molina Lario, en su ciudad natal. Afuera el calor aprieta en la veraniega primavera, no hay un alma en la calle. En el interior del establecimiento hay un oasis con solo tres mesas ocupadas. Ojeda se detiene ante las dos primeras porque en ellas reconoce caras. Saluda con efusi¨®n, celebra que ya ha sido vacunado. En la tercera mesa ve un caf¨¦ y tuerce el gesto. Pide una ca?a.
¡°Las entrevistas se hacen con cerveza¡±, afirma en un contundente y reconocible tono de voz que retumba en las cuatro paredes. Es una de sus singularidades, como los kil¨®metros que recorre cada vez que se sube a un escenario. Incluso sentado gesticula con intensidad durante la charla, no para quieto un segundo. Como dice su amigo H¨¦ctor M¨¢rquez, se mueve ¡°como si le hubieran cambiado los cereales del desayuno por anfetaminas¡±. Tras un par de refrescantes sorbos, respira y entra r¨¢pido en harina: ¡°Cuando entr¨¦ en Danza Invisible buscaba hacer buena m¨²sica, tocar y pasarlo bien. Pero lo que sobre todo quer¨ªamos en el grupo era emborracharnos, follar y drogarnos¡±.
Criado en el barrio de La Paz, de adolescente sub¨ªa cada fin de semana al autob¨²s Portillo para viajar de M¨¢laga a Torremolinos. Es un trayecto de apenas un pu?ado de kil¨®metros, pero a finales de los setenta parec¨ªa un viaje al futuro. All¨ª hab¨ªa una isla de libertad nacida entre los a?os cincuenta y sesenta a pesar del franquismo. Fue su para¨ªso, aunque a?os despu¨¦s el alcalde Pedro Fern¨¢ndez, del PP, vetase a la banda durante sus 12 a?os de alcald¨ªa. Ojeda explica: ¡°Apoy¨¦ p¨²blicamente a los ecologistas de Los Verdes y no le pareci¨® bien. Era un cacique¡±.
Antes de esa ¡°etapa oscura¡± del municipio, punks, mods y cualquier tribu urbana pasaba desapercibida por sus calles. Torremolinos era en los ochenta el pueblo m¨¢s moderno de Espa?a. Y en los s¨®tanos de uno de sus muchos bares, El Capote, naci¨® Danza Invisible. Eran chavales que no desperdiciaban ni una fiesta, pero que dentro de aquellas cuatro paredes se ejercitaban con disciplina. ¡°Si me saltaba alg¨²n ensayo, Ricardo llamaba a mi madre para dec¨ªrselo¡±, cuenta Ojeda en la pel¨ªcula, presentada el 7 de junio en el Cine Alb¨¦niz y que se ver¨¢ durante la pr¨®xima temporada en Televisi¨®n Espa?ola.
El directo de aquellos j¨®venes llam¨® mucho la atenci¨®n. Tras ganar un concurso en Jerez, pasaron de actuar en lugares como el Hardy¡¯s de Torremolinos a cambio de un par de cajas de cervezas a llenar salas en Madrid. Llegaron irreverentes y con tanta seguridad en s¨ª mismos que la Movida madrile?a no los acept¨® demasiado bien. S¨ª les apadrinaron, en cambio, sus compadres de Radio Futura, con quienes actuaron en diversas ocasiones. Tras uno de esos conciertos, en Fuengirola, Javier Ojeda acab¨® durmiendo en el calabozo de la comisar¨ªa despu¨¦s de que la polic¨ªa se lo llevase arrestado durante una fiesta en un piso.
¡°Te metes en una banda de rock and roll, eres un ni?o y de repente ligas, tomas anfetas, te drogas (porros no, que me sientan fatal) y lo pas¨¢bamos genial. Aunque en el fondo todo era m¨¢s sano de lo que parece¡±, afirma hoy quien celebra los a?os de la Movida, cuando cerraban los bares una y otra noche. Puntualiza, eso s¨ª, que no solo ocurri¨® en Madrid. ¡°Pas¨® en muchos sitios, como en M¨¢laga, donde quiz¨¢ ¨¦ramos m¨¢s inocentes. Creo que fue un movimiento generacional sano, menos en la capital, donde el caballo se carg¨® a mucha gente¡±, se?ala Ojeda, que recuerda noches eternas en bares malague?os como el Casablanca o el S. A. Company, en la zona de Pedregalejo, cerca del mar.
Se estrenaron con el disco Contacto interior, que no reflej¨® aquella potencia que desarrollaban en vivo. Su segundo ¨¢lbum, Marat¨®n, los asent¨® en la escena, pero la discogr¨¢fica Ariola les dio la carta de libertad. El tercero, M¨²sica de Contrabando, grabado en madrugadas de Manchester aderezadas con speed y d¨ªas durmiendo en una casa okupa, los catapult¨®. Tras Directo, el siguiente trabajo, A tu alcance les hizo pasar definitivamente a la historia. Incluye temas que hoy son cl¨¢sicos como el que da nombre al documental, pero destaca sobre todas Sabor de amor, canci¨®n de karaoke por excelencia y que pocas personas en Espa?a no han escuchado ¨Do cantado, gritado, bailado¨D alguna vez.
Aquel a?o, 1989, se desat¨® la locura por Danza Invisible. Arrasaban. ¡°Fue incre¨ªble, pero no lo pas¨¦ bien. Primero, ten¨ªa una novia y yo lo que quer¨ªa era dejar de estar viajando y volver para verla. Segundo, y, sobre todo, dej¨¦ de poder hacer una vida normal. Yo segu¨ªa viviendo en mi casa, en el barrio, y ya no pod¨ªa ni bajar a comprar el pan¡±, cuenta Ojeda cuando lo interrumpe una llamada del mec¨¢nico. Le avisa de que se retrasa en los arreglos de su vieja moto. Retoma el hilo. ¡°Llegu¨¦ a pensar en dejarlo y centrarme en lo que estudiaba entonces, Filolog¨ªa Inglesa, porque as¨ª no se pod¨ªa vivir¡±, se?ala el m¨²sico. Hizo lo contrario: dej¨® la carrera universitaria y sigui¨® con la banda.
Tocaron ante 40.000 personas en el Vicente Calder¨®n, viajaron a M¨¦xico en varias ocasiones (en la primera les esperaba una bolsa de marihuana en la cama del hotel), fueron a Polonia, Suiza, Holanda, Marruecos o Jordania. La geograf¨ªa espa?ola la han recorrido en centenares de ocasiones: hoy el grupo suma casi 1.300 conciertos. El guitarrista Manolo Rubio actualiza un listado en Dropbox con la inmensa mayor¨ªa de ellos. Desde el primero por el que cobraron ¡°unas cuantas pesetas¡± en una discoteca en la localidad malague?a de Pizarra hasta los que tienen por delante este verano. El m¨¢s cercano, el pr¨®ximo 27 de junio en Las Rozas (Madrid).
Entre medias, miles de kil¨®metros y el premio de una calle en Torremolinos ¨Dcomo contaba Ojeda en 1994 a un joven Mikel L¨®pez Iturriaga¨D. ¡°Al principio nos re¨ªamos, ten¨ªamos una calle, como la Pantoja. Nos parec¨ªa cateto, pero hoy me encanta¡±, dice el cantante, que cree que a estas alturas ¡°la furgoneta a veces cansa, s¨ª¡±. ¡°Ahora no, tras los confinamientos, nos apetece much¨ªsimo¡±, dice.
En ese veh¨ªculo falta desde 1993 el baterista Ricardo Texid¨®. Representa el momento m¨¢s dram¨¢tico del grupo, cuando la convivencia se empez¨® a enturbiar, en parte por los derechos de las canciones. Texid¨® empez¨® a hacer vida en solitario mientras los otros cuatro miembros iban a una. La situaci¨®n lleg¨® a su extremo durante un concierto en el norte ¨Dno recuerdan si Logro?o o Vitoria¨D y durante el camino de vuelta decidieron que era el momento de echarlo de la banda. Manolo Rubio rememora: ¡°Fue como lanzar una bomba en una furgoneta¡±. Antonio Luis Gil subraya: ¡°Era muy fuerte, era echar a quien nos hab¨ªa metido en el grupo¡±. En el documental, el momento es tratado con elegancia con todos los miembros del grupo, incluido Texid¨®. Ojeda afirma: ¡°Si hubi¨¦ramos querido sacar los trapos sucios¡ pero para qu¨¦. Ya han pasado 30 a?os de aquello. Le sigo teniendo cari?o por ser mi compa?ero y aunque no tengamos mucho trato, tampoco hay rencor¡±.
El terremoto pas¨® y el grupo volvi¨® a la carretera con alegr¨ªa. Jos¨¦ Antonio Hergueta se?ala: ¡°Es una banda que no se preocup¨® por estar en Madrid ni por estar en primera fila. Viv¨ªan en M¨¢laga y quiz¨¢ por esa singularidad siguen ah¨ª. Jam¨¢s se han dado importancia y no tienen esa aura de rockeros de otros grupos, pero es que ellos han valorado m¨¢s estar a gusto, seguir tocando y disfrutar¡±. Hoy la banda se entrega igual en un campo de f¨²tbol a reventar que en una feria de la barriada de El Palo. Y es capaz de hacer bailar tanto a j¨®venes o cuarentones como a se?oras jubiladas en una verbena popular. Todo ello a pesar de que desde finales de los noventa, el nombre de Danza Invisible se fue desvaneciendo lentamente. Nunca ha sido olvidado, pero han pasado a lo que su l¨ªder define como ¡°una maravillosa segunda divisi¨®n¡±.
Especialmente para ¨¦l, que cuenta con una vida en la que sigue siendo reconocido ¨Dm¨¢s en M¨¢laga, donde es una instituci¨®n¨D y sigue recibiendo el cari?o de la gente. ¡°Ahora es cuando se goza mucho m¨¢s¡±, reconoce. ¡°Imagina ser Pablo Albor¨¢n, no poder salir a la calle, vaya co?azo¡±, subraya. Habla del m¨²sico malague?o y reconoce que hay muchos artistas de su tierra a los que sigue. Nombra la m¨²sica electr¨®nica de Bromo (proyecto de Paloma Pe?arrubia), tambi¨¦n el indie de La Trinidad o el flamenco de la cantaora Genara Cort¨¦s. No se olvida de Mar¨ªa Pel¨¢e, ¡°una artistaza¡±, ni de Zenet y El Kanka. ¡°Presumo de ser su amigo¡±, dice Ojeda, que sabe mucho de esto porque, adem¨¢s, es autor del libro Una historia del pop malague?o (1960-2009), publicado en 2010. Durante a?os, adem¨¢s, escribi¨® con humor de f¨²tbol en el diario M¨¢laga hoy.
El cantante es adicto al escenario. ¡°Sentir que la gente te mira, grita tu nombre, es como cuando vas en bici c¨®modo y disfrutando del pedaleo por un paraje bonito¡±. ?Eso no se llama ego? ¡°?Qui¨¦n no aprecia que lo aplaudan? Ego siempre tienes, otra cosa es ser egoc¨¦ntrico, ego¨ªsta o directamente gilipollas. Es diferente¡±, sentencia. En los primeros cinco meses del a?o ha ofrecido cinco conciertos, pero la llegada del buen tiempo y la disminuci¨®n de las restricciones sanitarias apuntalan un segundo semestre cargadito. Hasta final de a?o tiene ya cerca de 40 bolos en agenda.
¡°Tengo la suerte de que me puedo adaptar a muchos formatos¡±, explica Ojeda mientras repasa las fechas en la agenda y describe todos los proyectos que se trae entre manos. Estos d¨ªas ensaya el repertorio de sus conciertos ac¨²sticos, prepara los de Danza Invisible, estudia el de una serie de conciertos sobre vino en Ourense y trabaja en los de su banda actual, con quienes presenta nuevo disco, Decantando, el 9 de julio en el castillo de Gibralfaro. Grabado entre Granada y M¨¢laga, ¡°es un trabajo de celebraci¨®n alcoh¨®lica, de fiesta¡±, reconoce. El 20 de junio toca rodar videoclip.
Entre medias, se dedica a la organizaci¨®n y gesti¨®n del festival Funky Town de Torremolinos, planea un programa musical para Canal Sur y ha asistido al estreno del documental sobre su trayectoria musical. Una hiperactividad que le tiene molido. ¡°Ayer me dio un bajonazo tanto de sue?o como de vitalidad. Este mes no doy abasto¡±, confiesa antes de desaparecer hacia una reuni¨®n sobre un proyecto que no puede desvelar.
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