Vuelve la Tasa de Paro Insoportable (TPI)
Hist¨¦resis: cuando una recesi¨®n se convierte en d¨¦cadas de sufrimiento econ¨®mico y social
En 1982, poco antes de que los socialistas ganasen las primeras elecciones generales, su responsable econ¨®mico, Joaqu¨ªn Almunia (luego ministro y vicepresidente de la Comisi¨®n Europea), public¨® un relevante art¨ªculo titulado La Tasa de Paro Insoportable. La TPI correspond¨ªa a la situaci¨®n del desempleo en Espa?a en aquel momento, un 15,4% de la poblaci¨®n activa, alrededor de dos millones de personas. El socialista propon¨ªa que el porcentaje de paro fuese esencial para valorar los resultados de la pol¨ªtica econ¨®mica de un pa¨ªs, al mismo nivel que el crecimiento, el d¨¦ficit o la deuda. Todav¨ªa no se hablaba de emergencia clim¨¢tica. Se basaba para ello en el art¨ªculo 35 de la Constituci¨®n: ¡°Todos los espa?oles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo¡¡±. No ha sido pues Pablo Iglesias el primero en acudir a la Constituci¨®n en defensa de sus ideas.
Seg¨²n el actual Gobierno, el paro registrado ha subido en Espa?a durante marzo y abril ¡ªmeses tradicionalmente buenos en la evoluci¨®n del desempleo¡ª en casi 600.000 ciudadanos y la Seguridad Social ha perdido cerca de un mill¨®n de cotizantes (lo que afecta al pago de las pensiones p¨²blicas). Las cifras ser¨ªan mucho peores si no fuera por los expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo y las prestaciones extraordinarias a los aut¨®nomos (3,4 millones de personas afectadas por los ERTE y 1,1 millones de trabajadores por cuenta propia). Caben pocas dudas de que esta situaci¨®n corresponde a una Tasa de Paro Insoportable mucho m¨¢s acentuada que la de 1982. El porcentaje de paro que ha estimado la Comisi¨®n Europea para este a?o es dantesco: 18,9% de la poblaci¨®n activa, el doble que el de la eurozona.
Esta crisis que a¨²n no posee una denominaci¨®n medi¨¢tica generalizada (el Gran Confinamiento, la est¨¢ llamando el FMI) se compone ¡ªcomo ocurri¨® con la Gran Recesi¨®n de 2008¡ª de ramales heterog¨¦neos que se superponen: el sanitario, las dificultades de la econom¨ªa real, la explosi¨®n de la deuda p¨²blica y privada, la deflaci¨®n del petr¨®leo, etc¨¦tera. En cada momento hay en la crisis un factor dominante, pero los dem¨¢s no desaparecen, sino que se aletargan y pueden volver a emerger, contra toda esperanza. En los ¨²ltimos d¨ªas, una parcial mejora sanitaria (menos muertos, menos contagios, m¨¢s recuperaciones¡) ha situado las preocupaciones ciudadanas sobre el futuro econ¨®mico en el pelot¨®n de cabeza: los datos hechos p¨²blicos por los Gobiernos, los organismos multilaterales, la Comisi¨®n Europea o, en el caso de Espa?a, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) son m¨¢s propios de una Gran Depresi¨®n que de otra recesi¨®n. En comparaci¨®n con lo sucedido hace una docena de a?os, con la crisis de las hipotecas locas, la quiebra de Leh?man Brothers y la nacionalizaci¨®n de algunos de los principales bancos y aseguradoras americanas, lo que se desarrolla hoy ante nuestros ojos corresponde a un aut¨¦ntico ¡°trimestre del diablo¡±: seg¨²n Bruselas, la eurozona decrecer¨¢ este a?o un 7,7%, y Espa?a, un 9,4%. Y seg¨²n la Airef, el d¨¦ficit p¨²blico llegar¨¢ al 10,9%, y la deuda p¨²blica, al 115%. Aunque las previsiones coinciden en que habr¨¢ a continuaci¨®n una r¨¢pida recuperaci¨®n parcial (no se alcanzar¨¢n los niveles del PIB anteriores, ni el paro bajar¨¢ a un solo d¨ªgito, ni la deuda p¨²blica tiene tanta elasticidad como para retroceder a los mejores porcentajes de cada pa¨ªs), una reflexi¨®n central es la de si para recuperar los niveles de bienestar las generaciones actuales dejar¨¢n a deber ingentes cantidades de dinero que castigar¨¢n a nuestros hijos y a las cohortes m¨¢s j¨®venes de la poblaci¨®n, ya demediadas desde el a?o 2008.
No hay precedentes a esta situaci¨®n ni siquiera utilizando el lenguaje b¨¦lico. No existe una Teor¨ªa general como en la Gran Depresi¨®n. Andamos a tientas en cuanto a la duraci¨®n de los hechos, la magnitud de la ca¨ªda ultrarr¨¢pida del crecimiento o la resistencia de los sistemas de protecci¨®n creados para este tiempo tan triste. La hist¨¦resis: cuando una recesi¨®n se convierte en d¨¦cadas de sufrimiento econ¨®mico.
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