No est¨¢bamos preparados para un confinamiento en familia
?Seremos capaces de sobrevivir a la proximidad a la que nos obliga la pandemia? El fil¨®sofo Daniel Innerarity asegura que nuestra sociedad se enriquece de que no vivamos en c¨ªrculos sociales estrechos
Nuestra civilizaci¨®n se ha construido sobre la distancia, pero su imaginario echa de menos la cercan¨ªa; la sociedad moderna incrementa la diferencia, al mismo tiempo que a?ora la similitud. Hay instituciones que nos alejan de los nuestros, como la escuela, la ciudad, el comercio y la globalizaci¨®n, pero tambi¨¦n hay familia, amigos, afecto y entorno inmediato. Lo correcto es alabar el cosmopolitismo y la diversidad, aunque en cuanto podemos buscamos a nuestros semejantes; lo de las disonancias cognitivas se lleva bien en teor¨ªa, pero hay algo en nosotros que desea un entorno que nos ratifique, redundancia sin sorpresas.
La articulaci¨®n de ambas dimensiones, la distancia y la cercan¨ªa, ha cristalizado en nuestros modos de vida y la propia configuraci¨®n psicol¨®gica de un modo al que apenas prestamos atenci¨®n. Sin darnos demasiada cuenta, gestionamos las dosis adecuadas de afectividad, indiferencia y conflicto. De repente, un confinamiento obligatorio e inesperado hace que amputemos de nuestra vida cotidiana todas aquellas dimensiones que tienen que ver con la distancia y nos quedemos exclusivamente con las de la cercan¨ªa. No est¨¢bamos preparados para permanecer confinados entre cuatro paredes, pero, sobre todo, para una dosis exclusiva de intimidad.
De repente, el confinamiento hace que amputemos de nuestra vida cotidiana todas aquellas dimensiones que tienen que ver con la distancia y nos quedemos exclusivamente con las de la cercan¨ªa
El confinamiento ser¨¢ una prueba de resistencia tambi¨¦n para la familia y nuestro equilibrio psicol¨®gico. Acostumbrados como est¨¢bamos a pensar que lo que mata es la distancia, el interrogante que se nos plantea ahora es si seremos capaces de sobrevivir a tanta proximidad. ?C¨®mo podremos lidiar con una cercan¨ªa cuya evasi¨®n es una de las grandes posibilidades que nos ofrece la sociedad contempor¨¢nea? La idea de que los seres humanos descubrimos qui¨¦nes somos cuando estamos solos suena muy bien, pero es poco realista; ese encuentro consigo mismo lo realizamos en las distintas formas de dispersi¨®n que nos ofrece la vida moderna y haciendo cosas diversas (en el trabajo, en el ocio, viajando¡); donde nos perdemos a nosotros mismos es en la monoton¨ªa y la limitaci¨®n.
?Estamos preparados para vivir tanto tiempo en un espacio en el que solo hay intimidad, donde la cercan¨ªa no es compensada por la distancia, sin esa cantidad de indiferencia y conflicto a la que nos hab¨ªa acostumbrado la vida moderna? Adem¨¢s, aunque para algunos de nosotros estas altas concentraciones de intimidad tendr¨¢n unos efectos bastante llevaderos, no deber¨ªamos olvidar que para otros, por las condiciones de su espacio dom¨¦stico o por aquellos con quienes tienen que compartirlo, ser¨¢ literalmente un infierno. La convivencia continua entre cuatro paredes no necesariamente nos acerca m¨¢s a los seres humanos. Desde China se nos informa que el confinamiento hizo que creciera la violencia dom¨¦stica y ahora comenzamos a tener datos escalofriantes de aqu¨ª mismo. Para las mujeres amenazadas desaparece aquella posibilidad de una distancia que es su ¨²ltima protecci¨®n. El encierro perjudica m¨¢s a unos ni?os que a otros y agudiza las desventajas de la desigualdad en funci¨®n del espacio, los libros y los ordenadores disponibles. Para aquellos ni?os y ni?as en cuya casa hay penuria econ¨®mica o violencia la escuela es una salvaci¨®n, all¨ª donde reciben comida, estabilidad y protecci¨®n. El confinamiento en casa les priva de esa seguridad.
Tal vez empecemos a echar de menos la igualdad de la escuela presencial, con id¨¦ntico pupitre y la misma conexi¨®n a internet, donde se mitiga la brecha digital
Hablamos mucho de lo que aprenderemos tras esta crisis. Cuando todo el mundo dice que vamos a revalorizar la familia o el espacio de la intimidad, yo me atrever¨ªa a presagiar lo contrario: que vamos a apreciar la distancia. No sabemos (y tal vez lo descubramos ahora) hasta qu¨¦ punto una sociedad como la nuestra se enriquece del hecho de que no vivamos en c¨ªrculos sociales estrechos. La escuela es la primera instituci¨®n que permite que los contactos sociales no se reduzcan a la propia familia, la instituci¨®n que nos distancia de nuestro espacio de redundancia y nos abre a experiencias de diversidad y contraste, el lugar donde se aprende a sobrellevar la indiferencia y a gestionar los primeros conflictos. Pese a los elogios que recibe ahora la ense?anza telem¨¢tica, tal vez empecemos a echar de menos la igualdad de la escuela presencial, con id¨¦ntico pupitre y la misma conexi¨®n a internet, donde se mitiga la brecha digital. Una funci¨®n similar ha supuesto para las mujeres el acceso al mercado laboral: les ha permitido emanciparse de la dedicaci¨®n exclusiva a lo dom¨¦stico. Desde la escuela al mercado, hay en la sociedad moderna un conjunto de instituciones que nos han dotado de una libertad que hubiera sido imposible en el c¨ªrculo familiar o en la sociedad tribal que no era m¨¢s que un conjunto de familias.
Todo esto no va contra la familia, sino contra esa anomal¨ªa social que supone una limitaci¨®n de nuestra vida al c¨ªrculo familiar, como tambi¨¦n ser¨ªa an¨®malo que fu¨¦ramos reducidos a nuestra funci¨®n profesional o a nuestro hobby favorito. La libertad, como el equilibrio psicol¨®gico, se debe a la posibilidad de ser varias cosas y no quedar reducidos a una sola. Uno de los aprendizajes de la crisis habr¨ªa de ser lo mucho que le debemos a esa sociedad diferenciada, que tan mala prensa tiene como lugar de estr¨¦s y competencia. Me atrevo a asegurar que todos, hasta los del veto parental (que piensan la escuela como una mera prolongaci¨®n de la familia), acabaremos echando de menos la escuela plural, el anonimato de los espacios p¨²blicos, el ruido de las grandes concentraciones y la frialdad de los mercados.
Daniel Innerarity es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Pol¨ªtica e investigador en la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Este extracto es un adelanto de ¡®Pandemocracia¡¯ (Galaxia Gutenberg), que se publica el mi¨¦rcoles 27 de mayo.
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