Pa¨ªses frugales y pa¨ªses carn¨ªvoros

Cuatro miembros de la UE (Pa¨ªses Bajos, Suecia, Austria y Dinamarca) son partidarios de un gasto comunitario bajo, para contribuir poco a ¨¦l, y se han autodenominado ¡°pa¨ªses frugales¡±, despu¨¦s de que el Financial Times les aplicara ese generoso adjetivo.

El t¨¦rmino ¡°frugal¡± se hab¨ªa empleado antes en referencia a los presupuestos nacionales de contenci¨®n. Y lo us¨® Xavier Vidal-Folch, con mayor antelaci¨®n a¨²n, en varios art¨ªculos de EL PA?S. Por ejemplo, el 5 de mayo de 2016: ¡°La pol¨ªtica suele ir con retraso en frugalidad, ese ahorro de costes in¨²tiles o prescindibles, corrientes o burocr¨¢ticos, a no confundir con la austeridad excesiva que castiga la inversi¨®n y los servicios sociales¡±.

Ha nacido as¨ª un uso positivo de ¡°frugal¡± y ¡°frugalidad¡± opuesto al negativo de ¡°austero¡± y ¡°austeridad¡±, t¨¦rminos ¨¦stos que fueron manipulados en la anterior crisis: la austeridad verdadera se la aplica cada cual, no se impone a otros; y consiste en vivir con lo necesario, no con menos de lo necesario. Nos colocaron ¡°austeridad¡± en vez de ¡°empobrecimiento¡± y ¡°miseria¡±.

El caso es que el diario brit¨¢nico acu?¨® hace poco la locuci¨®n the frugal four (los cuatro frugales) para referirse a esos miembros de la UE. Y ellos est¨¢n encantados con el adjetivo. Claro.

¡°Frugal¡± significa, en espa?ol y en ingl¨¦s, ¡°parco en comer y en beber¡±. Procede de frugalis, en lat¨ªn, que a su vez viene de frux, frugis: fruto de la tierra. Es decir, se llam¨® frugal a quien se limitaba a comer lo que nac¨ªa de los ¨¢rboles y los campos, y prescind¨ªa de la carne y del pescado.

De eso deriv¨® un sentido figurado que ya usaban los romanos: frugalitas equival¨ªa a ¡°moderaci¨®n, prudencia, sobriedad¡±; met¨¢fora fosilizada que nosotros tambi¨¦n aplicamos y que se halla igualmente en el ingl¨¦s frugally: ¡°econ¨®micamente, sencillamente, en peque?as cantidades¡±.

As¨ª que tenemos cuatro pa¨ªses frugales. Y si ellos son frugales, ?qu¨¦ somos los dem¨¢s? Al repetir acr¨ªticamente ese adjetivo, el periodismo espa?ol trabaja a favor de parte. O sea, a favor de la parte contraria. Porque se sobrentiende que los frugales est¨¢n a un lado y que al otro se han situado los carn¨ªvoros, los comilones, los glotones, los derrochadores. O sea, nosotros: Espa?a, Polonia, Portugal, Grecia, Rumania, Hungr¨ªa, Bulgaria, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovenia, Chipre y Malta; los llamados ¡°pa¨ªses de la cohesi¨®n¡±, partidarios de un presupuesto expansivo; los que pretend¨ªan paliar la coronacrisis mediante un mayor gasto p¨²blico de la UE (que los ¡°frugales¡± lograron reducir).

Pero los frugales son en realidad los ricos. O, como ha escrito Llu¨ªs Bassets, los ricos que se hacen los pobres para evitar las transferencias a los m¨¢s necesitados.

Una misma realidad se transmite de diferente manera en funci¨®n de los vocablos que la nombren. Podemos censurar al perseverante por su ¡°obstinaci¨®n¡± o alabarlo por su ¡°tenacidad¡±. S¨®lo el punto de vista distingue entre el oportuno y el oportunista, entre el halago y la adulaci¨®n, entre la dulzura y el empalago, entre el generoso y el manirroto.

Y cuesti¨®n de punto de vista ser¨ªa tambi¨¦n escoger entre ¡°los cuatro frugales¡± y su anverso negativo: ¡°los cuatro taca?os¡±.