No subestimemos el poder de la UE: as¨ª influye en el mundo

La Uni¨®n Europea ha estado sumida en distintas crisis a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada. Primero, la crisis de la zona euro hizo que se tambalearan los cimientos econ¨®micos del continente, dando lugar a dolorosos debates sobre solidaridad y soberan¨ªa entre los pa¨ªses miembros. A esta le sigui¨® la crisis migratoria, que agrav¨® a¨²n m¨¢s la dif¨ªcil situaci¨®n de la UE y puso a prueba su unidad. Despu¨¦s vino el refer¨¦ndum sobre el Brexit, que aument¨® los temores a una desintegraci¨®n de la Uni¨®n Europea. Y por si la combinaci¨®n de esas crisis no hubiera sido suficiente prueba para la UE, la pandemia de covid-19 la ha golpeado con toda su fuerza, causando una crisis econ¨®mica y sanitaria sin precedentes.

La respuesta inicial de la Uni¨®n Europea a la pandemia fue d¨¦bil. Las instituciones parec¨ªan observar impotentes mientras los pa¨ªses miembros cerraban sus fronteras y limitaban las exportaciones de productos m¨¦dicos, debilitando la unidad y la solidaridad del continente. Quienes predec¨ªan el final de la UE parec¨ªan ver confirmado su punto de vista: esta parec¨ªa desmoronarse bajo el peso de los sentimientos nacionalistas que barr¨ªan el continente.

El mes pasado, sin embargo, fuimos testigos de un cambio dr¨¢stico en la unidad y la capacidad de decisi¨®n de la UE. Tras un intenso regateo, los pa¨ªses miembros dejaron a un lado sus diferencias y acordaron establecer un inaudito fondo de recuperaci¨®n de 750.000 millones de euros con el objetivo de preservar la eurozona y la integridad del mercado ¨²nico. El fondo de recuperaci¨®n est¨¢ pensado para restaurar la econom¨ªa de los pa¨ªses m¨¢s golpeados por la pandemia, entre ellos Italia y Espa?a. Pero su importancia pol¨ªtica va mucho m¨¢s all¨¢ de la crisis actual. Por primera vez en su historia, la UE emitir¨¢ deuda para recaudar fondos en los mercados financieros y entreg¨¢rselos a cada uno de los pa¨ªses en forma de transferencias directas y pr¨¦stamos. La deuda se devolver¨¢ con el presupuesto com¨²n de la UE y mediante un nuevo impuesto que la Comisi¨®n est¨¢ autorizada a recaudar. As¨ª, el esfuerzo de recuperaci¨®n conjunto se convierte tambi¨¦n en un controvertido paso hacia la integraci¨®n fiscal.

El fondo supone una gran victoria para la unidad europea. Env¨ªa una potente se?al de que el compromiso de los Estados miembros con la integraci¨®n se mantiene. Tambi¨¦n obliga a cuestionar los sempiternos relatos de la creciente irrelevancia y la inevitable decadencia de la UE a ojos de sus ciudadanos y del mundo en general. Con demasiada frecuencia se ha contemplado a la UE como una entidad impotente que tiene poco que ofrecer a sus ciudadanos. Y la predicci¨®n era que su menguante influencia en los asuntos mundiales se debilitar¨ªa a¨²n m¨¢s con cada crisis.

Los que mantienen este relato catastrofista se est¨¢n apresurando demasiado al predecir la erosi¨®n de la UE. El fondo de recuperaci¨®n no es m¨¢s que un ejemplo de que su importancia e influencia se mantienen. La Uni¨®n Europea no deriva su poder de un poderoso Ej¨¦rcito, y ni siquiera de unos mercados financieros s¨®lidos, sino del mercado ¨²nico. Esa es su fuente de riqueza interna y su fuente de poder en el mundo. Al conservar la vitalidad del mercado ¨²nico mediante el fondo de recuperaci¨®n, la UE tambi¨¦n conserva su poder y su relevancia, tanto en el continente como fuera de ¨¦l.

El mercado ¨²nico es la clave del ¨¦xito econ¨®mico de los pa¨ªses miembros. El comercio interno de la UE es vital, como muestra el hecho de que, excepto Irlanda, todos los miembros comercian m¨¢s entre s¨ª que con terceros pa¨ªses. Es m¨¢s, este mercado ¨²nico no solo proporciona ventajas econ¨®micas, sino que tambi¨¦n equilibra los beneficios econ¨®micos con protecciones importantes: para tener un medio ambiente m¨¢s limpio, alimentos con m¨¢s garant¨ªas y datos personales m¨¢s seguros (por nombrar solo algunos ejemplos). Estas protecciones incrementan la importancia y la legitimidad de la UE a ojos de sus ciudadanos.

El mercado ¨²nico es tambi¨¦n una fuente importante de poder mundial para la UE. Las normativas que apuntalan dicho mercado ¨²nico no solo inciden en la forma de operar de las empresas europeas, sino tambi¨¦n en c¨®mo las multinacionales organizan su producci¨®n y su actividad en todo el mundo. La UE lo regula todo, desde la seguridad de los consumidores hasta la protecci¨®n medioambiental, pasando por la competencia econ¨®mica y la protecci¨®n de datos. Pocos son conscientes de que los criterios de la UE determinan las disposiciones de privacidad por defecto en nuestros iphones o el tipo de lenguaje que Twitter eliminar¨¢ por considerarlo inaceptable. Tambi¨¦n establecen c¨®mo debe obtenerse la madera en Indonesia, c¨®mo se produce la miel en Brasil, qu¨¦ pesticidas usan los productores de cacao en Camer¨²n, qu¨¦ equipamiento se utiliza en las f¨¢bricas de productos l¨¢cteos chinas, qu¨¦ sustancias qu¨ªmicas se emplean en los juguetes de pl¨¢stico en Jap¨®n, o cu¨¢nta privacidad concede Google a los usuarios de Internet en Latinoam¨¦rica. En resumen, las normativas de la UE influyen en la vida cotidiana de los habitantes de todo el mundo. Afectan a la comida que ingerimos, al aire que respiramos y a los productos que producimos y consumimos.

Mediante estas normativas, la UE ejerce un gran poder ¨²nico que transforma unilateralmente los mercados mundiales, lo que convierte a Bruselas en una de las principales fuerzas de la econom¨ªa mundial. Todo lo que la UE tiene que hacer es regular su mercado ¨²nico. Las multinacionales a menudo estandarizan voluntariamente sus operaciones mundiales en torno al criterio m¨¢s estricto ¡ªque por lo general es el de la UE¡ª a la hora de buscar econom¨ªas de escala y otras ventajas que aporta la producci¨®n uniforme. Por eso, grandes empresas como Google y Facebook o Unilever y Samsung dise?an sus productos de alcance mundial para que cumplan los criterios establecidos por la UE.

La capacidad reguladora de la Uni¨®n tambi¨¦n resiste, a pesar de que muchas de las herramientas de influencia tradicionales se han vuelto m¨¢s dif¨ªciles de desplegar. Utilizar la fuerza militar resulta muy caro. La presi¨®n econ¨®mica ¡ªen forma de sanciones o pr¨¦stamos condicionados¡ª resulta tambi¨¦n m¨¢s complicada de aplicar, ya que estos instrumentos pueden ser f¨¢cilmente desautorizados por otros Gobiernos. En cambio, el poder regulador unilateral de la UE se basa en el inter¨¦s propio de las empresas. La Uni¨®n evita as¨ª tener que presionar o negociar ¡ªcon las complicaciones que eso implica¡ª para mantener su influencia global.

La naturaleza tecnocr¨¢tica del poder de la UE tambi¨¦n la protege en gran medida de las crisis. Los distintos bur¨®cratas de la Comisi¨®n se mantienen centrados en los espacios reguladores que tienen asignados, sin dejarse distraer por las crisis m¨¢s amplias, lo que permite que la agenda reguladora siga adelante incluso cuando se produce una gran conmoci¨®n pol¨ªtica o econ¨®mica. Por ejemplo, ni la crisis de los refugiados ni el refer¨¦ndum del Brexit echaron atr¨¢s el estricto Reglamento General de Protecci¨®n de Datos (RGPD). Tambi¨¦n es probable que la Comisi¨®n saque adelante una ambiciosa ley de Servicios Digitales a finales de a?o y se disponga a aplicar su otra prioridad reguladora, el Pacto Verde Europeo.

Es posible que, en momentos de crisis, esta capacidad reguladora de la UE no solo se mantenga, sino que incluso aumente. Desde la crisis del euro se han puesto en marcha ambiciosos esfuerzos para reforzar la arquitectura de la eurozona. Bruselas no solo no ha perdido competencias, sino que las ha ganado. De igual manera, las crisis migratorias han contribuido a reforzar el papel de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). El reciente acuerdo sobre el fondo de recuperaci¨®n indica que la actual pandemia est¨¢ dotando a la UE de nuevas competencias en pol¨ªtica fiscal. Es muy posible que, debido a la pandemia, los pa¨ªses miembros doten tambi¨¦n a la Uni¨®n de mayores competencias en materia de sanidad para facilitar el diagn¨®stico, la realizaci¨®n de pruebas, la compra de suministros m¨¦dicos, el intercambio de informaci¨®n fundamental y la investigaci¨®n conjunta para el desarrollo de una vacuna.

Los retos actuales exigen una Uni¨®n Europea m¨¢s fuerte, no m¨¢s d¨¦bil. Ha quedado claro que los Estados nacionales por s¨ª solos no pueden luchar contra una pandemia mundial, gestionar los flujos migratorios, mitigar el cambio clim¨¢tico o responder a las crisis financieras que sacuden a una econom¨ªa mundial tan interrelacionada. La integraci¨®n europea ¡ªcon todos sus fallos y carencias¡ª ha hecho y seguir¨¢ haciendo a los europeos m¨¢s ricos, m¨¢s seguros y m¨¢s libres.

Los retos que afronta la UE en la actualidad no deber¨ªan subestimarse. Pero esta pandemia ¡ªal igual que las otras crisis anteriores¡ª no tiene por qu¨¦ ser se?al de la debilidad de la UE o de su desintegraci¨®n. El acuerdo hist¨®rico del mes pasado demuestra que los pa¨ªses miembros comprenden que tienen pocas opciones aparte de la de vincular su recuperaci¨®n tras la crisis a la reanimaci¨®n del mercado ¨²nico. A pesar de que la pandemia y las guerras comerciales siguen desestabilizando la econom¨ªa mundial, la desglobalizaci¨®n no es la respuesta. Ning¨²n pa¨ªs europeo puede declarar la soberan¨ªa econ¨®mica y empezar a extraer materias primas, a producir y a vender localmente. Sin embargo, es muy probable que observemos una tendencia a la regionalizaci¨®n. A medida que se debilita la confianza en las cadenas de suministro mundiales, el mercado ¨²nico europeo proporciona una cobertura esencial al combinar escala, diversidad y fiabilidad. Sigue siendo la unidad fundamental en torno a la cual pueden construirse las opciones pol¨ªticas y los destinos econ¨®micos de Europa.

Anu Bradford?es catedr¨¢tica de la Escuela de Derecho de Columbia y autora del libro ¡®The Brussels Effect: How the European Union Rules the World¡¯ (El efecto Bruselas: as¨ª domina el mundo la Uni¨®n Europea).

Traducci¨®n de News Clips.