Iciar Bollain, cuando el buen cine es el mensaje
La directora acaba de estrenar ¡®La boda de Rosa¡¯, comedia dram¨¢tica con moraleja feminista
¡°Hacer cine a veces est¨¢ lleno de reglas no escritas, censuras externas y autocensuras¡±, escrib¨ªa Iciar Bollain en marzo del a?o pasado en un breve y elogioso retrato de la realizadora francesa Agn¨¨s Varda publicado en este peri¨®dico. Bollain sabe de lo que habla. A sus 53 a?os, esta madrile?a hija de un ingeniero aeron¨¢utico y una profesora de m¨²sica lleva 35 frecuentando los plat¨®s de cine y las salas de montaje. Ese mundo complejo en el que arte e industria tratan de entenderse. Y sabe que toda pel¨ªcula (o producci¨®n) est¨¢ sometida a las exigencias de sus financiadores: instituciones auton¨®micas o nacionales que obligan a rodar en un determinado lugar, o a que aparezca un personaje alem¨¢n o valenciano. Y si la censura es denunciable, m¨¢s dif¨ªcil es enfrentarse a la autocensura, que somete al creador a los deseos de su p¨²blico o de la cr¨ªtica.
Asumiendo con naturalidad esas cargas, Iciar Bollain da la impresi¨®n de amar el cine que hace. Y de confiar en su capacidad de seducci¨®n. Solo as¨ª se explica que haya asumido el riesgo de estrenar hace unos d¨ªas, en pleno rebrote de la pandemia, su ¨²ltima pel¨ªcula, la d¨¦cima. Una comedia dram¨¢tica con moraleja feminista sin excesos doctrinales, llena de humor y con final feliz, La boda de Rosa. Rosa, la protagonista, harta de estar al servicio de su familia y sus amigos, decide comprometerse consigo misma y con su bienestar personal en una ceremonia que constituye una especie de boda en solitario. Casarse consigo misma ser¨ªa una met¨¢fora de la importancia de quererse y de aceptarse.
Si nos atenemos a su trayectoria, Bollain hace a?os que se cas¨® con ella misma, y sigui¨® sin mayores sobresaltos el camino que quer¨ªa. Creci¨® en una familia acomodada, con un t¨ªo productor y director de cine, y, seg¨²n confesi¨®n propia, nadie la presion¨® para que tomara un camino u otro. Al cine lleg¨® por casualidad, y en ¨¦l ha desarrollado sus talentos. Actriz desde los 15 a?os, gracias al papel que le ofreci¨® V¨ªctor Erice en el filme El sur (1983), con la misma naturalidad con la que se inici¨® en la interpretaci¨®n (Erice la encontr¨® en el instituto cuando preparaba el casting de la pel¨ªcula) pas¨® a colocarse detr¨¢s de las c¨¢maras, sorprendiendo a la cr¨ªtica con su primer largometraje Hola, ?est¨¢s sola? (1995). Ese mismo a?o hab¨ªa trabajado como actriz en Tierra y libertad a las ¨®rdenes de Ken Loach, un director al que admira profundamente. En el rodaje conoci¨® a su actual compa?ero, el guionista escoc¨¦s Paul Laverty, con el que tiene tres hijos. Una pareja comprometida y muy de izquierdas (no hay manifiesto de esa l¨ªnea en el que no figure la firma de Bollain) que, sin embargo, huye del estilo panfletario en guiones y filmes, sabedores de que los mensajes se venden mejor en un discreto segundo plano.
Eso no impide que le interesen las historias sociales y que se le haya colgado el calificativo de directora ¡°comprometida¡±. Bollain vio en el cine el veh¨ªculo perfecto para contar historias, comunicar ideas, emocionar, conmover. Y aunque le molesta que se etiquete su cine como ¡°pol¨ªtico¡±, ella misma reconoc¨ªa en una entrevista de hace un par de a?os en El Peri¨®dico que todo el cine lo es. ¡°Los blockbusters de Hollywood, por ejemplo, no son mero entretenimiento; la mayor¨ªa de ellos promocionan valores como el materialismo o el patrioterismo¡±, dec¨ªa, en referencia a la portentosa m¨¢quina propagand¨ªstica de la cultura americana.
Bollain procura tambi¨¦n denunciar los males del mundo a trav¨¦s de sus personajes. Puede ser el maltrato a las mujeres, en su multipremiada Te doy mis ojos, de 2003, o el racismo soterrado de una comunidad rural espa?ola frente a las inmigrantes latinoamericanas (Flores de otro mundo), o las dificultades de conciliaci¨®n familiar para las mujeres, en Mataharis. En su filmograf¨ªa no falta tampoco una defensa del ecologismo, cr¨ªtica con el desarrollo urbano espa?ol (El olivo). O del derecho (casi deber) de las mujeres a afirmarse como personas (La boda de Rosa).
Acostumbrada a estar en el escaparate y en la trastienda del cine, Bollain da la impresi¨®n de tener un extremo control sobre lo que filma. Y eso empieza con el guion, lo que habr¨¢ complicado seguramente las relaciones con sus colaboradores. La relaci¨®n con la guionista Alicia Luna ¡ªTe doy mis ojos y La boda de Rosa¡ª parece funcionar. Y si el guion es importante, no lo es menos la producci¨®n. Raz¨®n por la cual, en 1991, Bollain se sum¨® a la iniciativa de su pareja de entonces, Santiago Garc¨ªa de Le¨¢niz, que con Gonzalo Tapia cre¨® la productora La Iguana y cuatro a?os despu¨¦s triunfaba con su primer largometraje (Hola, ?est¨¢s sola?), pasando a engrosar la min¨²scula lista de mujeres cineastas en Espa?a. Tan exigua que en 2006 contribuy¨® a crear la Asociaci¨®n de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (Cima) para afrontar los problemas comunes.
Despu¨¦s de a?os de residir en Madrid, Bollain y su familia se trasladaron a Edimburgo, donde vive actualmente. Desde la bella y se?orial capital escocesa ella sigue oteando el horizonte espa?ol. Un pa¨ªs que da de s¨ª para muchas pel¨ªculas de mensaje, supeditado siempre, eso s¨ª, a la calidad de la realizaci¨®n.
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