Miradas lascivas
Los bandos se forman en Espa?a con ausencia de autocr¨ªtica, por no dar la raz¨®n al contrario
La semana pasada el Ministerio de Igualdad public¨® una encuesta sobre violencia contra la mujer, un estudio muy bueno sobre esta lacra humana. En la p¨¢gina 181 hab¨ªa algo llamativo: se inclu¨ªan como acoso sexual las ¡°miradas insistentes o lascivas¡±. Dec¨ªan haberlas sufrido un 30,3% de las entrevistadas. Y pens¨¦: menuda chorrada. Cre¨ª haber vuelto a los pecados de pensamiento, no solo de obra. Me imagin¨¦ un art¨ªculo gracioso sac¨¢ndole punta, un Ministerio de Miradas que las clasificaba por pecados capitales: ¡°Un 57% de los espa?oles ha sentido miradas de envidia¡±, por bronceado, forma f¨ªsica, coche de alta gama o chal¨¦ en la cuarentena. Hoy est¨¢ mal visto bromear con lo que alguien siente, miren Catalu?a ¡ª aunque aqu¨ª la gracia est¨¢ en quien pregunta, la gente solo contesta¡ª, y me percat¨¦ perfectamente de que a muchos no les har¨ªa gracia. Pero bueno, tambi¨¦n a veces me r¨ªo yo solo en el cine. Aun as¨ª, al final pens¨¦: mira, mejor lo dejo, no vayan a pensar que soy un facha, y machista, qu¨¦ pereza (otro pecado), tener que demostrar mi inocencia. El miedo a parecer facha o machista es un s¨®lido referente de la izquierda en este pa¨ªs. De hecho mir¨¦ al d¨ªa siguiente y hab¨ªa varios columnistas fachas (ellos s¨ª) ri¨¦ndose de esto mismo, y con raz¨®n, porque se lo ponen a huevo, y total a ellos que m¨¢s les da, si los aplauden los suyos y los insultos les dan puntos.
Adem¨¢s vi las reacciones al informe en la cuenta de Twitter del ministerio. La primera era simplemente ¡°pura bazofia¡±, y un individuo llamaba ¡°zorra¡± a la ministra Irene Montero. Grandes reflexiones para un estudio minucioso de 341 p¨¢ginas que desentierra un drama oculto y concluye, por ejemplo, que el 13,7% de las mayores de 16 a?os ha sufrido violencia sexual en Espa?a. ?C¨®mo vas a querer que te mezclen con gente as¨ª? No vi nadie que hablara del tema en medios no conservadores (qu¨¦ gracia, el corrector me ha puesto ¡°no conversadores¡±). Es como intentar o¨ªr que hablen mal de D¨ªaz Ayuso en una radio de derechas. Es as¨ª como se forman los bandos en Espa?a, con la ausencia de autocr¨ªtica, por no dar raz¨®n al contrario. Vivimos en un pa¨ªs muy inseguro, como este art¨ªculo. Yo pens¨¦ que mejor lo dijera otro a quien se lo perdonen, alguien serio, o un c¨®mico. Para m¨ª es un misterio por qu¨¦ la muerte de seres humanos, mujeres en este caso, o la destrucci¨®n de la naturaleza, donde vivimos todos, es algo por lo que aqu¨ª nos pegamos.
En cuanto a miradas, record¨¦ a Lorca, que en su poema Deseo habla de ¡°un campo de miradas rotas¡±. A Bu?uel, que solo se sent¨ªa libre en su imaginaci¨®n. La filmograf¨ªa de Almod¨®var gira en torno al deseo (as¨ª se llama su productora). De ah¨ª salen sus miradas. Art¨ªsticas, es cierto, y no todos los hombres ni mujeres somos artistas, la mayor¨ªa nos tenemos que conformar con mirar y ser m¨¢s o menos lascivos y lascivas en la intimidad. Dec¨ªa Bu?uel: ¡°En alguna parte entre el azar y el misterio se desliza la imaginaci¨®n, libertad total del hombre¡±. Esta libertad, como las otras, se la ha intentado reducir, borrar. A tal efecto, el cristianismo ha inventado el pecado de intenci¨®n. Anta?o, lo que yo imaginaba ser mi conciencia me prohib¨ªa ciertas im¨¢genes: asesinar a mi hermano, acostarme con mi madre. Me dec¨ªa: ¡°?Qu¨¦ horror!¡±, y rechazaba furiosamente estos pensamientos (¡). Solo hacia los 60 o 65 a?os comprend¨ª y acept¨¦ plenamente la inocencia de la imaginaci¨®n. Necesit¨¦ todo ese tiempo para admitir que lo que suced¨ªa en mi cabeza no concern¨ªa a nadie m¨¢s que a m¨ª¡±.
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