¡°La legalizaci¨®n de la prostituci¨®n es reaccionaria y patriarcal¡±
La hist¨®rica feminista alemana Alice Schwarzer, fundadora de la m¨ªtica revista ¡®Emma¡¯, advierte de que la pandemia puede resultar un golpe demoledor para la igualdad de las mujeres
Alice Schwarzer es una figura imprescindible para comprender la historia y el presente del feminismo en Alemania y en Europa. Es el rostro alem¨¢n m¨¢s visible de la lucha por los derechos de las mujeres, desde que en 1977 fundara la m¨ªtica revista Emma. Schwarzer (Wuppertal, 77 a?os) recibe a este diario en su despacho en Colonia, en una torre medieval convertida en centro de documentaci¨®n y biblioteca del movimiento feminista.
Pertenece a la generaci¨®n de las feministas supuestamente cl¨¢sicas, cuyas diferencias con las m¨¢s j¨®venes han sido sonadas en los ¨²ltimos tiempos. Los choques en torno a asuntos como la prostituci¨®n, el islam pol¨ªtico o la transexualidad ponen de manifiesto la diversidad de un movimiento en constante evoluci¨®n. De Schwarzer se dice a menudo que tiene un car¨¢cter dif¨ªcil y que puede ser dura en el trato. Durante la entrevista, de m¨¢s de dos horas, no esquiva preguntas y defiende con vehemencia sus posiciones, pero sin perder la sonrisa. Al terminar, invita a vino blanco.
PREGUNTA. Usted sostiene que las mujeres son las grandes perdedoras de esta pandemia.
RESPUESTA. En Alemania, se encargan de los hijos y de las tareas dom¨¦sticas principalmente las mujeres. Se sigue criticando a las madres trabajadoras y tenemos una proporci¨®n muy alta a tiempo parcial. Si calculamos que una de cada tres se divorciar¨¢, eso significa que se encaminan a una pobreza dram¨¢tica en la vejez. Durante la primera fase de la pandemia, adem¨¢s, hemos tenido cinco veces m¨¢s solicitudes de divorcio. Alemania siempre ha estado a la cola europea en emancipaci¨®n. Las mujeres alemanas son menos militantes. Vemos fotos de manifestaciones en Espa?a, con decenas de miles de mujeres. No hay fotos as¨ª en Alemania.
P. Habla de trabajo a tiempo parcial. En Alemania, los permisos parentales son generosos y hay flexibilidad horaria. Los efectos, sin embargo, no son siempre positivos.
R. Esto tiene que ver con el mito de la madre en Alemania. Este modelo aparentemente favorable, familiar, a tiempo parcial y con un a?o de permiso parental es en realidad una trampa para las mujeres. Al final se quedan en casa tres o cuatro a?os. Su lugar en la empresa ha desaparecido, la casa se les acaba cayendo encima, no contin¨²an aprendiendo y se vuelven m¨¢s inseguras. Hay estudios que muestran que los hombres dan los mayores saltos en sus carreras cuando las mujeres est¨¢n de baja por maternidad.
P. Usted defiende la abolici¨®n de la prostituci¨®n. En Alemania est¨¢ legalizada y en principio eso mejora las condiciones de las trabajadoras.
R. Eso no beneficia a las prostitutas, sino a los proxenetas y a los traficantes de personas. Hay pocas, no sabemos cu¨¢ntas, registradas. Pero el 90% de las prostitutas vienen de los pa¨ªses m¨¢s pobres y son transportadas como ganado de un burdel a otro. Est¨¢ tolerado por los pol¨ªticos y es posible gracias a una legislaci¨®n liberal. Alemania es el epicentro europeo de la trata de mujeres y el pa¨ªs de destino de turistas sexuales. Parece progresista, pero en realidad es reaccionario y patriarcal.
P. ?No cree que las mujeres tienen derecho a decidir si quieren prostituirse de forma voluntaria?
R. ?Qu¨¦ clase de t¨¦rmino es ese? ?Voluntario? No hay nada voluntario entre las extranjeras aqu¨ª, que no hablan el idioma y a las que han quitado el carn¨¦ de identidad, que son v¨ªctimas de una violencia extrema.
P. La violencia de g¨¦nero apenas aparece en la prensa alemana. A menudo se considera un asunto privado y durante d¨¦cadas no hubo cifras.
R. As¨ª es. Durante d¨¦cadas, en Emma hemos peleado por establecer una categor¨ªa legal y estad¨ªstica, como la xenofobia o el antisemitismo. No lo hemos logrado. Las cifras no son fiables. Si ni siquiera tienen palabras para nombrar los feminicidios, ?c¨®mo piensan combatirlos? Alemania es en t¨¦rminos de pol¨ªtica de g¨¦nero el pa¨ªs m¨¢s atrasado de Europa Occidental.
P. La canciller Angela Merkel se retira el a?o que viene. Sus tres potenciales sucesores son hombres. ?Ha sido un par¨¦ntesis?
R. Hemos experimentado este estilo pragm¨¢tico y modesto de Merkel durante 15 a?os. Con suerte, no podr¨¢n volver a caer en su machismo habitual porque habr¨¢ moldeado la escena pol¨ªtica. Pero hace 15 a?os, cuando asumi¨® el cargo, su partido [la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana, de centroderecha] ten¨ªa un 30% de parlamentarias. Ahora un 20%. Hay avances y retrocesos al mismo tiempo.
P. Merkel triunf¨® gracias a haber sido subestimada. ?Hubiera sido posible su ascensi¨®n si la hubieran considerado una verdadera rival?
R. Se convirti¨® en canciller casi por accidente. Fue presidenta del partido en 2002, como soluci¨®n provisional, cuando estaba en apuros y ning¨²n hombre quer¨ªa hacerse cargo. En 2005 [despu¨¦s de que ganara por primera vez las elecciones], los pol¨ªticos y los medios de comunicaci¨®n hablaron seriamente sobre si Merkel ser¨ªa capaz.
P. Usted considera el islamismo pol¨ªtico ¡°uno de los mayores problemas de nuestro tiempo¡±.
R. Creo que el islamismo es una ideolog¨ªa totalitaria y el fascismo del siglo XXI. Est¨¢ tomando al islam como reh¨¦n. Los musulmanes informados, creyentes o no, son las primeras v¨ªctimas. En Occidente asistimos a la propaganda del pa?uelo, la lucha para que no se permita a las ni?as ir a clases de nataci¨®n, el intento de asociaciones isl¨¢micas de influir en la escuela¡ Merkel nunca se tom¨® nada de esto en serio. En Alemania, la mayor fuente del islam pol¨ªtico son asociaciones ortodoxas que se han infiltrado en nuestra sociedad desde los noventa.
P. ?Deber¨ªa Alemania adoptar pol¨¦micas posiciones de defensa del laicismo como las francesas?
R. Por supuesto. Macron tiene raz¨®n. En Alemania solo se habla de asesinatos, pero son la punta del iceberg. Si hay gente muerta, es demasiado tarde. El verdadero problema es la infiltraci¨®n islamista: en la educaci¨®n, las universidades, el sistema jur¨ªdico.
P. La acusan de enemiga del islam por su batalla contra el hiyab. ?No puede una mujer ponerse hiyab libremente?
R. No, las feministas como yo lo excluimos. En los setenta hab¨ªa un mill¨®n de turcos en Alemania. Nadie llevaba pa?uelo en la cabeza, tal vez alguna anciana de Anatolia. Nadie rezaba en p¨²blico, la fe era un asunto privado que se convirti¨® en p¨²blico despu¨¦s de la cruzada islamista. Hay que respetar los motivos subjetivos de las mujeres, pero desde Jomeini en 1979 el pa?uelo ha sido la bandera del islam pol¨ªtico. Lo justifican porque dicen que una mujer decente debe cubrirse, que solo su marido puede verla. ?Se supone que eso debe complacer a una feminista?
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