Hay que actuar. La transici¨®n ecol¨®gica debe ser equitativa e inclusiva
Se acerca la COP26. Necesitamos una transici¨®n justa para las personas y el planeta
A medida que nos acercamos a la COP26 empieza la carrera para pasar de reconocer el problema a actuar en cumplimiento de los compromisos de Par¨ªs. Hay mucho que hacer y el margen de tiempo es escaso. Los datos cient¨ªficos est¨¢n claros: el Grupo Intergubern...
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A medida que nos acercamos a la COP26 empieza la carrera para pasar de reconocer el problema a actuar en cumplimiento de los compromisos de Par¨ªs. Hay mucho que hacer y el margen de tiempo es escaso. Los datos cient¨ªficos est¨¢n claros: el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico subraya que las emisiones de CO2 deben llegar a cero en 2050 para que la temperatura no suba m¨¢s de 1,5 ¡ãC.
Culminar la transici¨®n a la neutralidad de carbono tambi¨¦n tiene sentido desde el punto de vista econ¨®mico; como ha demostrado la pandemia, no puede haber una econom¨ªa sana si no est¨¢n sanos el planeta y sus habitantes. El coste de no hacer nada ser¨ªa inmenso. Y actuar tiene grandes beneficios. La transici¨®n est¨¢ impulsando una nueva revoluci¨®n industrial, generando actividad econ¨®mica y puestos de trabajo. Es el rasgo fundamental del crecimiento en el siglo XXI.
Sin embargo, aunque el resultado de un desarrollo que tenga en cuenta el clima es positivo, los beneficios no siempre se extienden como deben si no hay pol¨ªticas que lo garanticen. Los trabajadores y las regiones que dependen de industrias intensivas en carbono pueden salir peor parados. El desequilibrio que suponen los rendimientos de las infraestructuras verdes construidas en regiones de rentas altas puede exacerbar desigualdades regionales. Los acuerdos sobre los mercados de carbono perjudicar¨¢n de forma desproporcionada a los consumidores con ingresos fijos y a los que dependen de prestaciones p¨²blicas.
No prever estas repercusiones desde el primer momento ni gestionarlas es peligroso. Si las transformaciones que acompa?an a la transici¨®n no tienen aceptaci¨®n social y son impopulares, pueden acabar revocadas. Hay paralelismos con la globalizaci¨®n: a pesar de los sustanciales beneficios netos que ha tenido para la econom¨ªa mundial, lo desigual de su distribuci¨®n dio pie a movimientos de reacci¨®n y programas que hac¨ªan hincapi¨¦ en ¡°mi pa¨ªs primero¡±. Y el ¨¦xito de la campa?a del movimiento de los chalecos amarillos franceses para que se redujeran los impuestos sobre el combustible puso de manifiesto que la transici¨®n energ¨¦tica puede correr ese mismo peligro, un riesgo que no podemos permitirnos.
A diferencia de la globalizaci¨®n, el retroceso de la pol¨ªtica clim¨¢tica tendr¨ªa consecuencias existenciales. Si queremos que la recuperaci¨®n y la transici¨®n a la neutralidad de carbono tengan ¨¦xito, es necesario que sean, y demuestren ser, ¡°justas¡±, equitativas e inclusivas. Hay que gestionar con sumo cuidado la disrupci¨®n derivada de la r¨¢pida transformaci¨®n estructural en todos los sectores y zonas geogr¨¢ficas, para evitar el aumento de las desigualdades en cada pa¨ªs y entre unos pa¨ªses y otros. Las inversiones p¨²blicas ser¨¢n fundamentales, no solo en s¨ª mismas sino porque contribuir¨¢n a movilizar el capital privado. Para garantizar el futuro de los puestos de trabajo que hoy corren peligro, las inversiones deben dedicarse a crear una infraestructura de apoyo para las industrias del ma?ana, ser inclusivas, estar basadas en el di¨¢logo social y garantizar que no haya barreras institucionales ni prejuicios al contratar ni discriminaci¨®n hacia los que necesiten cambiar de trabajo. Entre otras medidas, puede haber subsidios a la contrataci¨®n, planes de seguros por p¨¦rdida de salarios y programas de reciclaje. Y, para que haya verdadera justicia, no basta con ¡°no dejar a nadie atr¨¢s¡±. La transici¨®n justa significa tambi¨¦n que los empleos del futuro sean de calidad y bien remunerados, que ofrezcan seguridad y que impulsen las econom¨ªas locales.
La financiaci¨®n tambi¨¦n deber¨ªa destinarse a apoyar a las familias para que puedan hacer frente a los cambios de los mercados energ¨¦ticos. Las medidas deber¨¢n ser espec¨ªficas para cada pa¨ªs y tener en cuenta las circunstancias locales. Los incentivos para mejorar la eficiencia energ¨¦tica ser¨¢n m¨¢s apropiados en lugares con un parque de viviendas relativamente antiguo. Los ajustes de las pensiones, el seguro de desempleo y las prestaciones por hijos depender¨¢n de la seguridad social de cada pa¨ªs. Para acompa?ar los ajustes del precio del carbono, en los mercados emergentes ser¨¢n m¨¢s apropiadas las transferencias monetarias condicionadas, mientras que en Canad¨¢ ya est¨¢n dando resultados los reembolsos.
Los detalles variar¨¢n en funci¨®n de zonas geogr¨¢ficas, sectores y agentes econ¨®micos, pero tienen que basarse en una motivaci¨®n com¨²n: que para abordar la crisis clim¨¢tica no necesitamos simplemente una transici¨®n, sino una ¡°transici¨®n justa¡±. Solo as¨ª podremos crear un crecimiento verdaderamente sostenible que sit¨²e a las personas en el centro de esta transformaci¨®n y permita que sean sus beneficiarias, y no sus v¨ªctimas.
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