Jos¨¦ Antonio Kast, la extrema derecha chilena mira a Vox
El ultraconservador tiene posibilidades reales este domingo, en la primera vuelta de las presidenciales
A los dos a?os de las revueltas sociales de 2019 en Chile, un fen¨®meno complejo que combin¨® gran violencia con manifestaciones en demanda por bienes sociales de calidad, la derecha conservadora chilena puede llegar a La Moneda. Este domingo se han celebrado las elecciones presidenciales y Jos¨¦ Antonio Kast ¡ªabogado de 55 a?os nacido en Santiago, con nueve hijos y adherente del movimiento cat¨®lico Sch?nstatt¡ª ha conseguido un lugar en la segunda vuelta.
En la ¨®rbita de Donald Trump y Jair Bolsonaro, aunque sin sus estridencias, combina un eficaz despliegue en las redes sociales con proyectos pol¨¦micos, como ofrecer incentivos econ¨®micos a las parejas casadas. Kast, parte de la derecha doctrinaria que no ha roto con la dictadura de Augusto Pinochet, tiene posibilidades reales de pasar a la segunda vuelta electoral, seg¨²n los sondeos, y medirse el 19 de diciembre con Gabriel Boric, l¨ªder de la alianza entre el Frente Amplio de izquierda y el Partido Comunista. Son los rostros de una pol¨ªtica chilena polarizada, en la que los sectores moderados se han hundido.
¡°Dicen que soy extremo. ?Extremo en qu¨¦? En amar la patria. En amar la naci¨®n y los s¨ªmbolos patrios. En defender a los amigos. En proteger al emprendedor. ?En qu¨¦ soy extremo?¡±, repite en esta campa?a que inici¨® sin grandes esperanzas, casi como un testimonio, pero que ha ido adquiriendo competitividad en las ¨²ltimas semanas. A la derecha de la coalici¨®n del actual presidente, Sebasti¨¢n Pi?era, Kast fue diputado de la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente (UDI), a la que renunci¨® para fundar hace dos a?os el Partido Republicano. Apenas tiene un pu?ado de colaboradores y parlamentarios cercanos. Pero su discurso ha calado en diferentes segmentos de la poblaci¨®n, no solo en la clase acomodada y derechista.
Esta parte del electorado ve con temor la agenda de cambios profundos que promete Boric, l¨ªder de un sector que con frecuencia ha tenido dificultad en condenar la violencia y en hacer suyos asuntos centrales para la ciudadan¨ªa, como el crecimiento econ¨®mico o la seguridad p¨²blica. Lo explic¨® hace unos d¨ªas Carolina Toh¨¢, l¨ªder de la extinguida Concertaci¨®n de centroizquierda que gobern¨® Chile de 1990 a 2010: ¡°El conservadurismo que se est¨¢ levantando hoy en Chile no es un monstruo fascista, sino personas preocupadas que piden ser escuchadas¡±.
Es la segunda vez que Kast llega a la papeleta, con un discurso que empuja la reducci¨®n del Estado, apela a la autoridad, busca derogar la ley del aborto en tres supuestos y rechaza el matrimonio homosexual. En las elecciones de 2017, cuando gan¨® Pi?era, obtuvo el 8% de los votos. Este segundo intento era, sobre todo, una estrategia para impulsar a los candidatos de su formaci¨®n en las parlamentarias de este domingo, donde podr¨ªa conformar una bancada de una decena de diputados, seg¨²n algunas proyecciones. Pero en medio de un escenario pol¨ªtico de gran volatilidad, la carrera a La Moneda se ha ido extremando y Kast ha ganado fuerza. Seguramente tendr¨¢ que moderar su extravagante programa de gobierno si pretende ganar.
Su campa?a (¡°Atr¨¦vete con Kast¡±) apela a envalentonar a la ciudadan¨ªa para apoyar su proyecto, el m¨¢s conservador y derechista desde la dictadura de Pinochet, con la que Kast no ha cortado. Hace apenas unos d¨ªas, compar¨® las recientes elecciones en el r¨¦gimen de Daniel Ortega con las primeras presidenciales democr¨¢ticas en Chile de 1989, con Pinochet todav¨ªa en el poder, y alab¨® que en Chile ¡°no se encerrara a los opositores pol¨ªticos¡±. El asunto esconde un tema de fondo: la relativizaci¨®n de la dictadura chilena, donde por 17 a?os se violaron sistem¨¢ticamente los derechos humanos, a cambio de lo que Kast considera una buena transici¨®n y buenos resultados econ¨®micos. Las declaraciones generaron tal pol¨¦mica que casi opacaron el enfrentamiento intestino de la vereda del frente, tambi¨¦n causado por Nicaragua. Poco despu¨¦s de las elecciones en el pa¨ªs centroamericano, el Partido Comunista chileno ¡ªque mantiene su plena adhesi¨®n a la doctrina marxista-leninista¡ª respald¨® a Ortega y su proceso electoral, rechazado casi un¨¢nimemente por la comunidad internacional. El candidato Boric separ¨® aguas de sus principales aliados para llegar a La Moneda, al igual que algunos dirigentes comunistas j¨®venes, pero sobrevuela en el aire la sospecha, porque el partido no se retract¨® oficialmente.
Si Boric mira a Podemos, Kast mira a Vox, la formaci¨®n espa?ola en la que se reconoce. A principios de mes, el candidato chileno ¡ªal que no le gusta que lo califiquen de extremo ni de ultra¡ª escribi¨® en Twitter, dirigi¨¦ndose a Santiago Abascal: ¡°Dicen que somos xen¨®fobos, homof¨®bicos y anticomunistas. Ni xen¨®fobo ni homof¨®bico, pero reconozco que har¨¦ todo lo que est¨¦ de mi parte para salvar a Chile del comunismo¡±. Desde el otro lado del Atl¨¢ntico, Abascal, con quien se reuni¨® en Espa?a en 2019, contest¨®: ¡°Cuenta conmigo para esa batalla. Espa?a y Chile deben trabajar hermanadas en la defensa de la democracia, el Estado de derecho y la democracia frente al asalto comunista¡±.
Gane o pierda, Chile deber¨¢ convivir con Kast y lo que representa. Chile, el pa¨ªs que olvida con facilidad que, tras 17 a?os de sangrienta dictadura militar, en el plebiscito de 1988 un 44% de los electores le dijo s¨ª a Pinochet.
Este perfil ha sido actualizado tras los resultados de la primera vuelta de este domingo.
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