Pamela Palenciano, la pol¨¦mica ¡®justiciera¡¯ feminista acusada de ¡°fomentar el odio¡± a los hombres
Autora de un mon¨®logo sobre violencia machista que lleva representando casi dos d¨¦cadas, se enfrenta a una querella de la Asociaci¨®n de Hombres Maltratados
Ser¨¢ porque la tercera ley de Newton se cumple tambi¨¦n en la vida social, y a cada acci¨®n le corresponde una reacci¨®n, pero se dir¨ªa que cuanto m¨¢s progresa el activismo feminista en Espa?a, m¨¢s se intensifica una reacci¨®n de rechazo. ¡°Ahora hay cantidad de divulgadores de un mensaje antifeminista muy heavy con m¨¢s influencia que yo¡±, cuenta por tel¨¦fono la actriz y feminista Pamela Palenciano (And¨²jar, 39 a?os). Su mon¨®logo No solo duelen los golpes, pensado para alertar a los adolescentes sobre la violencia de g¨¦nero, no para de darle disgustos ¨²ltimamente. Lo interpreta vestida con amplios pantalones y sudadera con capucha, y despliega en ¨¦l grandes dosis de rabia justiciera haciendo de s¨ª misma y de su antiguo novio maltratador.
En junio recibi¨® una querella, la tercera, pero la primera en ser admitida a tr¨¢mite por un juzgado de Madrid. La present¨® la Asociaci¨®n de Hombres Maltratados d¨ªas despu¨¦s de que una diputada de Vox en la Asamblea de Madrid subiera a su cuenta de Twit?ter un enlace a un v¨ªdeo de una actuaci¨®n de Palenciano en Linares, en marzo de 2019. En ¨¦l se ve c¨®mo se encara con tres chicos que, afirma, llevaban tiempo molestando, y que acaban por irse. La activista los sigue, imitando sus andares, entre aplausos de la sala. Palenciano exclama entonces, dando por sentado que ellos no se han dado cuenta: ¡°?Hace falta ser gilipollas!¡±. Frase que ella justifica as¨ª: ¡°Mi mon¨®logo es una herramienta pedag¨®gica donde respond¨ª a la actitud violenta de estos tres chavales desde mi personaje, no como Pamela persona¡±. El tuit se hizo viral, y a partir de ah¨ª recibi¨® amenazas, cr¨ªticas y se le cancel¨® alguna actuaci¨®n. Palenciano opina que no se trata de un ataque contra ella, sino contra la causa feminista. Por eso le duele la falta de apoyo del movimiento, que ve muy dividido. Le pasa factura, cree, formar parte del sector ¡°transinclusivo¡± del feminismo.
Entre tanto, Vox denuncia sus actuaciones como ¡°adoctrinamiento¡± pagado con dinero p¨²blico. Palenciano puntualiza, orgullosa, que desde 2003 ha obtenido contratos tanto p¨²blicos como privados ¡ªlleva cinco a?os llenando el madrile?o Teatro del Barrio¡ª. ¡°Mucha gente cobra dinero p¨²blico; la polic¨ªa, con la que no estoy de acuerdo, cobra dinero p¨²blico¡±. Lo que de verdad pasa, en su opini¨®n, es que a los de Vox les molesta que ¡°cuestione los privilegios de la masculinidad hegem¨®nica¡±, que tenga ¡°un cuerpo no normativo¡±, que reivindique a la clase obrera ¡ªde la que viene, subraya¡ª y su identidad andaluza, adem¨¢s de que se proclame anarquista y antisistema.
Palenciano vive en Madrid, pero naci¨® en And¨²jar (Ja¨¦n), y recuerda con afecto una infancia ¡°de puertas abiertas y vecinas hablando mucho, todo el rato, y una relaci¨®n entre mujeres que se ha perdido¡±. Su padre era camarero en un bar, y ella se crio como hija ¨²nica hasta los 12 a?os, cuando naci¨® su hermana. Justamente a esa edad inici¨® un noviazgo nefasto que la traumatiz¨®. Al romper esa relaci¨®n, ya con 18 a?os, se march¨® a M¨¢laga a estudiar Comunicaci¨®n Audiovisual ¡ªsiempre, aclara, con becas¡ª, aunque en vacaciones regresaba a And¨²jar para trabajar de camarera junto a su padre o en romer¨ªas y fiestas. Hizo tambi¨¦n sus pinitos en Radio Elite de Arjona, antes de que una providencial psic¨®loga le indicara el camino del arte como la mejor forma de superar la rabia que sent¨ªa. Le hizo caso. En 2003 organiz¨® una exposici¨®n y luego se implic¨® en talleres para adolescentes sobre violencia en la pareja. Un activismo que le llev¨® en 2007 a Centroam¨¦rica, donde vivi¨® ocho a?os ¡ª?su pareja sentimental y profesional es el salvadore?o Iv¨¢n Larreynaga, padre de sus hijos, una adolescente de 16 a?os y un ni?o de 7¡ª, y regres¨® a Espa?a en 2015 con su mon¨®logo, que ha ido perfeccionando. Representarlo en institutos y auditorios ha pasado a ser, confiesa, la ¡°misi¨®n¡± de su vida.
¡°Es un mon¨®logo provocador, que te remueve, que te genera emociones porque precisamente tiene como objetivo que nos preguntemos cosas; transformarnos un poco a trav¨¦s de una forma art¨ªstica¡±, opina la periodista Nuria Alabao, coordinadora de la secci¨®n de feminismos del digital Ctxt. Por eso no deja indiferente. Cuando el Ayuntamiento popular de Navalagamella (Madrid) cancel¨® su actuaci¨®n en octubre, la noticia de este diario recibi¨® en Facebook una avalancha de comentarios. Unos muy cr¨ªticos con el Consistorio, otros con su trabajo. ¡°Los chavales se sienten m¨¢s amenazados que emp¨¢ticos cuando la escuchan¡±, alegaba un participante. La activista replica que, a los 14 a?os, los chicos est¨¢n conformando su identidad como hombres, y que ella cuestiona el modelo de masculinidad hegem¨®nica que tienen delante. ¡°Creen que les estoy atacando a ellos, y no es a ellos, es al sistema, algo que se explica en el mon¨®logo muy bien¡±. Datos del Bar¨®metro Juventud y G¨¦nero 2021, del Centro Reina Sof¨ªa, hacen pensar que la hostilidad aumenta. Uno de cada cinco chicos encuestados, el doble que hace cuatro a?os, considera la violencia de g¨¦nero un ¡°invento ideol¨®gico¡±. Algo que podr¨ªa desalentar a cualquiera, pero no a Palenciano. Valora su carrera en positivo. No solo porque se lo dice la gente, que, subraya, le escribe todos los d¨ªas, sino por los reconocimientos, premios, aplausos y contrataciones. Si su trabajo les ha sido ¨²til a los j¨®venes, no hay duda de que a ella tambi¨¦n le ha servido.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.