Fatima Hamed, la pol¨ªtica ceut¨ª del pa?uelo en discordia
La diputada fue una de las l¨ªderes pol¨ªticas que acompa?¨® a Yolanda D¨ªaz el mes pasado en el acto de mujeres l¨ªderes en Valencia
Fatima Hamed Hossein es la diputada ceut¨ª que plant¨® un hiyab (velo isl¨¢mico) en un foro feminista. Una mujer que el d¨ªa del evento Otras Pol¨ªticas del pasado 13 de noviembre tuvo que asistir a todo un debate sobre su estilismo cuando ella intentaba que brillaran, ante todo, sus argumentos.
¡°La impresi¨®n es que cualquier tema de distracci¨®n es bueno para quienes prefieren monopolizar la pol¨ªtica, para esas mismas personas que no entienden ni entender¨¢n la pol¨ªtica como herramienta para abordar las brechas sociales y procurar que todo el mundo tenga las necesidades b¨¢sicas cubiertas¡±, zanja Hamed, sorpresa del plantel de protagonistas de Otras Pol¨ªticas en el que participaron la vicepresidenta del Gobierno Yolanda D¨ªaz; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la portavoz en la oposici¨®n por M¨¢s Madrid en la Comunidad de Madrid, M¨®nica Garc¨ªa; y la convocante, la vicepresidenta de la Generalitat valenciana, M¨®nica Oltra. El foro promet¨ªa ser la antesala del nuevo proyecto de D¨ªaz, una plataforma que trascienda siglas y encarrile una nueva forma de hacer pol¨ªtica desde la izquierda y desde el feminismo. Pero nada ha suscitado tanta pol¨¦mica (y reabierto tantas heridas) como el velo de Hamed, una evidencia de otredad: en Valencia, su nacionalidad es irrefutable m¨¢s all¨¢ de apellidos y atuendo, un ejercicio de libertad religiosa; en Ceuta ¡ªdonde el debate identitario se exacerba¡ª, el hiyab, omnipresente en las calles, resulta invisible, pero se cuestiona su espa?olidad. En junio, Hamed tuite¨®: ¡°?Y si declaramos persona non grata a Santiago Abascal?¡±. El diputado de Vox en Ceuta, Carlos Verdejo, contest¨®: ¡°?Y si te deportamos a Marruecos?¡±.
Hamed naci¨® en 1978 de padres originalmente marroqu¨ªes en la ciudad fronteriza de Ceuta, cuya historia reciente est¨¢ marcada por el movimiento por los derechos civiles de los musulmanes espa?oles que, como en Melilla, no adquirieron la ciudadan¨ªa hasta 1987. Lleva peleando media vida desde el barrio que la vio crecer, Los Rosales, donde funcionaba la antigua c¨¢rcel que la inspir¨® a hacerse abogada. El localismo es su otra pasi¨®n. ¡°Como pol¨ªtica y compa?era es combativa¡±, comenta Mohamed Ali, exdiputado que compart¨ªa hasta este a?o la bancada de oposici¨®n en el pleno municipal, y exl¨ªder de la coalici¨®n de izquierdas Caballas. ?l vivi¨® con Hamed su entrada en pol¨ªtica en las filas de la Uni¨®n Democr¨¢tica de Ceuta, de la que fue secretaria general y que constituy¨® el germen de Caballas. En 2014, Hamed decidi¨® romper con la coalici¨®n para formar el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadan¨ªa, con el que un a?o despu¨¦s se convirti¨® en la primera l¨ªder musulmana de una formaci¨®n en la Asamblea ceut¨ª. Quer¨ªa un espacio propio, apunta Ali.
Como abogada (compagina los plenos con guardias en los juzgados y clases de Derecho en la UNED), ha llevado a los tribunales el debate pol¨ªtico. En enero de 2020, denunci¨® junto a la Fiscal¨ªa a la directiva local de Vox por incitaci¨®n al odio tras hacerse p¨²blicos unos mensajes de miembros del partido en los que llamaban a la guerra, primero ideol¨®gica y, llegado el caso, armada, contra los ¡°moros¡±. En los plenos se ha convertido en uno de los blancos favoritos del portavoz de Vox, Carlos Verdejo, que la califica de ¡°promarroqu¨ª¡±, ¡°islamista¡± o ¡°yihadista¡±. Pese a su imborrable sonrisa y su paciencia para pararse a charlar con las decenas de personas que la paran por la calle, se reconoce combativa e inc¨®moda, especialmente para los de Abascal, contra quien promovi¨® la declaraci¨®n de persona non grata en Ceuta en julio. A la izquierda, su imagen (o lo que representa) tampoco es bienvenida en algunos sectores, que critican la complacencia con un feminismo cojo en entornos en los que las mujeres no pueden decidir sobre una prenda impuesta desde la infancia. ¡°Antes de que los reaccionarios occidentales inventaran el ¡®feminazi¡¯, ya ten¨ªamos a te¨®logos como Tariq Ramadan tachando de islam¨®foba cualquier cr¨ªtica al hiyab, suplantando as¨ª y escamoteando la lucha por la igualdad¡±, escrib¨ªa en una columna la escritora de origen rife?o Najat el Hachmi, nacida en Nador, provincia fronteriza con Melilla. En las redes secundaba Zoubida Boughaba (Alhucemas), que comparte cuna, profesi¨®n y activismo y vivi¨® un acoso y derribo en redes tras ser invitada por el Gobierno melillense a dar una charla. Una vez m¨¢s, el velo fue utilizado como arma arrojadiza. Coalici¨®n por Melilla, primera fuerza en un tripartito inestable, respald¨® las acusaciones de ¡°islam¨®foba¡± de la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Melilla, por unos extractos en los que hablaba del hiyab como s¨ªmbolo de la opresi¨®n de las musulmanas, a quienes se refer¨ªa como ¡°sumisas sin capacidad de decisi¨®n¡± en un comentario descontextualizado. ¡°Hiyab significa cortina y una cortina sirve para tapar, en este caso, a las mujeres ante los hombres¡±, responde Boughaba, ¡°que este objeto tenga presencia en el marco pol¨ªtico no hace m¨¢s que legitimar y normalizar su uso; es triste que en el acto Otras Pol¨ªticas no se hayan dado cuenta de que nos restan fuerza a las que d¨ªa a d¨ªa luchamos contra esta indumentaria que ha hecho da?o a muchas mujeres durante toda la historia¡±. El atuendo, opina Hamed, no debe ser centro de debate en ning¨²n ¨¢mbito: ¡°Quienes se llenan la boca con la palabra libertad son precisamente quienes cuestionan al resto¡±.
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