Millonarios patri¨®ticos
No son marxistas desclasados; quieren salvar al capitalismo de sus excesos extremos
¡°Hoy, nosotros, los millonarios y multimillonarios que suscribimos esta misiva, pedimos a nuestros gobiernos que nos aumenten los impuestos. Inmediatamente. Sustancialmente. Permanentemente¡±. Poco despu¨¦s de que finalizase el confinamiento, en la primera parte de 2020, unos 90 seres afortunados con su riqueza hac¨ªan esta vehemente demanda a los pol¨ªticos. Desde entonces poco se ha movido en el terreno impositivo; apenas un acuerdo de m¨ªnimos para establecer un tipo global del 15% en el impuesto sobre los beneficios empresariales, que todav¨ªa ha de entrar en vigor el a?o que viene.
Aquella ep¨ªstola se caracterizaba por la angustiosa urgencia. Es oportuno reproducir alguno de sus p¨¢rrafos sin glosa alguna: ¡°No estamos conduciendo las ambulancias que llevan a los enfermos a los hospitales, ni re?abas?teciendo los estantes de los supermercados, ni haciendo delivery de comida de puerta en puerta (¡). Pero s¨ª tenemos dinero, mucho dinero, que ahora se necesita desesperadamente¡±. Aquellos superricos se denominaron a s¨ª mismos millonarios patri¨®ticos, y han reaparecido a?o y medio despu¨¦s ¡ªcon una veintena de incorporaciones m¨¢s al grupo¡ª en el Foro de Davos, convocado bajo el lema pol¨ªticamente correcto de ¡°Accionistas por un mundo m¨¢s cohesionado y sostenible¡±.
La mayor parte de esos millonarios son americanos: el 0,1% de los estado?unidenses m¨¢s ricos controla hoy m¨¢s dinero que en cualquier otro momento desde el a?o 1929. Y tambi¨¦n ahora han utilizado el m¨¦todo de una carta abierta bajo el reiterado lema de ¡°?C¨®brennos impuestos a los ricos y h¨¢ganlo ahora¡±. No son marxistas desclasados, sino gente que ha tenido mucho ¨¦xito en el sistema y quieren salvar al capitalismo de sus excesos m¨¢s extremos. Sus demandas giran, en general, alrededor del incremento del impuesto del patrimonio, la revisi¨®n de los agujeros fiscales mediante los cuales se evaden legalmente los grav¨¢menes, e incluso la demanda de aumentos de salario m¨ªnimo.
El temor de ser una extravagancia est¨¢ sin duda presente en esta llamada desesperada a que les suban los impuestos. La principal cr¨ªtica a Davos suele centrarse en la vaciedad de las palabras que all¨ª se invocan, a?o tras a?o, y por el cinismo de muchos de sus intervinientes aparentemente m¨¢s cr¨ªticos. Los millonarios patri¨®ticos cargan tambi¨¦n contra algunos empresarios de moda como Elon Musk o Jeff Bezos, cuando opinan que la confianza no se construye en espacios cerrados a los que solo pueden acceder los m¨¢s ricos y poderosos: ¡°No est¨¢ construida por viajeros espaciales multimillonarios que hacen una fortuna con una pandemia pero no pagan casi nada de impuestos¡±. Para esos millonarios el sistema fiscal internacional ¡°ha sido dise?ado deliberadamente para enriquecer a¨²n m¨¢s a los ricos¡±, y la pandemia de la covid-19 les ha servido para multiplicar su posici¨®n de poder: si bien el mundo ha pasado por una inmensa cantidad de sufrimientos en los ¨²ltimos dos a?os, ellos han aumentado su riqueza, pero ¡°pocos, si es que alguno, pueden decir honestamente que pagamos nuestra parte justa de impuestos¡±.
Coincide este diagn¨®stico con el informe que ha presentado en Davos Oxfam Interm¨®n, titulado Las desigualdades matan. Con esta frase, la desigualdad mata, inici¨® el soci¨®logo sueco G?ran Therborn su libro de referencia Los campos de exterminio de la desigualdad (Fondo de Cultura Econ¨®mica). Seg¨²n ese informe, durante la pandemia los 10 hombres m¨¢s ricos del mundo duplicaron su fortuna personal, pasando de 700.000 a 1,5 billones de d¨®lares (a un ritmo de 1.300 millones por d¨ªa), mientras que en el otro extremo de la escala 160 millones de personas bajaron al nivel de pobreza (disponer de menos de 5,5 d¨®lares al d¨ªa) respecto al periodo anterior al coronavirus. Uno de los representantes de Oxfam resumi¨® bien la coyuntura: est¨¢ siendo una pandemia de lujo; mientras los bancos centrales y los gobiernos de los pa¨ªses ricos inyectaban billones de d¨®lares para salvar la econom¨ªa, una gran parte parece haber acabado en los bolsillos de los m¨¢s ricos, que se han aprovechado del auge de los mercados burs¨¢tiles y de otros activos. El resultado, m¨¢s riqueza para unos y m¨¢s deuda p¨²blica para todos.
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