Actividad cerebral disparatada
Con sus reflexiones sobre la pederastia en la Iglesia, D¨ªaz Ayuso ha alcanzado la cima en su reelaboraci¨®n de la realidad
Quiz¨¢ recuerden la medalla de oro de k¨¢rate de Sandra S¨¢nchez en los juegos ol¨ªmpicos del verano pasado. Los que no ten¨ªamos ni idea de esto, que por eso son bonitas estas retransmisiones, flip¨¢bamos con el hecho de que no se pegaba con nadie. La prueba parec¨ªa consistir en una simple sucesi¨®n de movimientos y gritos, pero para nadie, cara a la galer¨ªa. Aun as¨ª hab¨ªa algo arrebatador: su mirada asesina. Daba much¨ªsimo miedo. Un amigo karateka me explic¨® que precisamente esa es la clave en esa disciplina, el Chatan Yara Kushanku, del siglo XVIII. Se trata de un combate con un enemigo imaginario. Es decir, el luchador est¨¢ librando una pelea mental y est¨¢ tan concentrado, se lo cree tanto, que es su mirada la que transmite esa tensi¨®n interior. Bueno, record¨¦ esa escena al ver el otro d¨ªa a Cuca Gamarra pidiendo explicaciones en el Congreso tras la delirante votaci¨®n de la reforma laboral. Qu¨¦ manera de pedir explicaciones, qu¨¦ cabreo ten¨ªa, qu¨¦ furia contenida. El enemigo imaginario, tan interior que hasta era un elemento de su propio partido, era de proporcionas colosales. Esta forma de disociarse de la realidad y luchar contra conspiraciones que no existen cada vez es m¨¢s caracter¨ªstica de nuestro tiempo.
En todo caso la separaci¨®n de funciones mentales, que cada lado del cerebro vaya por su cuenta, puede tener admirables efectos art¨ªsticos. Sin llegar a pianistas virtuosos, ah¨ª tenemos a Keith Moon, el bater¨ªa de los Who, considerado uno de los mejores de la historia del rock. Pod¨ªa ser un genio, pero no era tan evidente y desde luego ten¨ªa sus cosas. Un profesor suyo concluy¨® en un informe: ¡°Retardado art¨ªsticamente. Idiota en otros aspectos¡±. Ya en los Who pudo explotar estas valiosas cualidades y practicar con resultados espectaculares una de sus aficiones, destrozar instrumentos musicales. Pero su verdadera pasi¨®n era volar retretes en los cuartos de ba?o con cargas de petardos que podr¨ªan desnucar a un b¨²falo. Lo hac¨ªa hasta en los hoteles. Era un peligro p¨²blico con esa afici¨®n suya de provocar explosiones de mierda en los lugares m¨¢s insospechados. Son talentos naturales no siempre apreciados como se debe. C¨®mo no pensar en Isabel D¨ªaz Ayuso. Su capacidad de reelaborar conceptos al margen de la realidad ha tocado una cima con sus sentidas reflexiones sobre la pederastia en la Iglesia. S¨ª, eso est¨¢ muy mal, no cabe duda, y luego a?adi¨®: ¡°Pero ?qui¨¦n est¨¢ hablando del patrimonio que nos deja la Iglesia? ?Qui¨¦n cuestiona el patrimonio que nos dejan nuestras iglesias, nuestros conventos, nuestros monasterios? (¡) No hay nada m¨¢s peligroso que las medias verdades¡±. Ya, desde luego. Solo un genio de la mistificaci¨®n puede juntar en la misma frase a ni?os violados con el patrimonio art¨ªstico y que en su cabeza tenga sentido. Creo que, sin pretenderlo, ha abierto todo un campo inexplorado de atenci¨®n a estas v¨ªctimas que, de hecho, podr¨ªa llevar ella misma, a ver qu¨¦ tal: llevar en autob¨²s a estas personas a ver monumentos para convencerles de que lo suyo solo es la mitad del problema. Una visita a la Almudena y se pasa todo. Me recuerda algo que me refiri¨® una de estas personas de las que abus¨® un cura. Tras salir en la tele cont¨¢ndolo, una vecina le ri?¨®: ¡°?Pero c¨®mo le haces esto a don Hilario, con todo el bien que ha hecho?¡±. Con gente de esta mentalidad se te paraliza toda actividad cerebral.
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