Por alusiones

Yo ya sab¨ªa que era tonto, pero lo llevaba en secreto, hasta que el presidente de Iberdrola lo ha hecho oficial y ahora ya lo sabe todo el mundo. Hasta ahora solo se comentaba en mis c¨ªrculos m¨¢s cercanos, pero ya lo mejor es asumirlo y me har¨¦ unas tarjetas de visita que lo ponga. Me atrever¨ªa a decir que ha violado la confidencialidad de nuestro contrato, en el que ellos saben que soy tonto, pero al menos queda entre nosotros. No me consuela que haya trascendido que hay m¨¢s tontos, como los de Podemos, que llegan tarde a las elecciones andaluzas por un l¨ªo con las actualizaciones del ordenador (aunque ah¨ª me he identificado mucho), o en la izquierda madrile?a, donde la escisi¨®n M¨¢s Madrid y sus propios escindidos andan denunci¨¢ndose a navajazos para escindirse en pedacitos a¨²n m¨¢s peque?os.

Vivimos como sociedad un momento cat¨¢rtico de ataques de sinceridad y cruda eclosi¨®n de la verdad, con el espionaje, escuchas de corruptelas, declaraciones de precisi¨®n (¡°No le acepto el t¨¦rmino destituci¨®n, sino el de sustituci¨®n¡±), que puede ser desastroso. No tiene sentido saberlo todo. Por ejemplo, ha contado El Peri¨®dico que Puigdemont recibi¨® a un se?or ruso emisario de Putin el d¨ªa antes de declarar la independencia de Catalu?a, que digo yo que el d¨ªa antes de una declaraci¨®n de independencia tienes que estar liad¨ªsimo, pero bueno. Ahora bien, qu¨¦ nos aporta esto, me pregunto. Solo confusi¨®n y descontento, desconfianza en nuestros m¨¢s preclaros l¨ªderes y en los dem¨¢s.

El propio presidente de Iberdrola, que est¨¢ impu?tado en la Audiencia Nacional, debe de pensar parecido porque su empresa ha demandado a El Confidencial y le pide 17,5 millones de euros por su ¡°sobreinformaci¨®n¡± del tema. Pero por eso mismo deber¨ªa ser sensible a estos detalles. Investigan a la compa?¨ªa por pagar un mill¨®n de euros al excomisario Villarejo por cinco presuntas operaciones de espionaje. A empresarios y tambi¨¦n, por ejemplo, a pol¨ªticos y ecologistas en Arcos de la Frontera, en C¨¢diz, que se opon¨ªan a una central t¨¦rmica. La compa?¨ªa se indign¨® con el juez por sacar todo esto a la luz y en un escrito muy severo dijo que todo esto le causaba un enorme ¡°da?o reputacional¡±. Pues eso, ?c¨®mo creen que me siento yo ahora, que s¨¦ que soy tonto, con este da?o reputacional? Voy por la calle y pienso que todo el mundo me mira y sabe que soy tonto, y las piedras cuando paso me dicen tonto, y las nubes, y los p¨¢jaros. Como en La Celestina: ¡°Si va entre cien mujeres y alguien dice ¡®?Puta vieja!¡¯, sin empacho voltea la cabeza y sonr¨ªe. Si pasa cerca de los perros, a ¡®?Puta vieja!¡¯ suenan sus ladridos; si cerca de las aves, otra cosa no cantan que no sea ¡®?Puta vieja!¡¯. Los ganados lo pregonan, las bestias rebuznan diciendo ¡®?Puta vieja!¡¯ y las ranas en los charcos no suelen mentar otra cosa¡±. Y eso era antes de las redes sociales.

Yo soy uno de esos que se f¨ªan con la factura de la luz y no la leen, y me explota la cabeza si tengo que estar comparando tarifas. Viv¨ªa como un tonto, pero viv¨ªa feliz, ya ven. Ahora la verdad me est¨¢ haciendo un ser c¨ªnico y receloso, echo de menos mi despreocupaci¨®n, como cuando eras joven y cre¨ªas que eras inmortal. Ya pienso que todos me pueden timar, que hasta un presidente auton¨®mico o de una empresa del Ibex pueden estar mezclados en cosas raras. Con todos estos disgustos la vida no es lo mismo. Estaba mejor cuando era tonto y solo lo sab¨ªan ellos.

Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.