Prevengamos la pr¨®xima pandemia mientras a¨²n recordamos el horror vivido
No asumamos que la pr¨®xima plaga ser¨¢ como la actual, escribe Bill Gates en un libro del que ¡®Ideas¡¯ adelanta un extracto. Tal vez afecte m¨¢s a los j¨®venes y se propague por superficies. Ideemos planes para enfrentarla
Ya han pasado casi dos a?os y medio desde que un nuevo virus con s¨ªntomas similares a la gripe se extendiera por el mundo. Desde entonces, se han notificado m¨¢s de 500 millones de casos de covid-19. Se espera que las p¨¦rdidas de la econom¨ªa global superen los 14 trillones de d¨®lares. Seis millones de personas han fallecido. Y, tr¨¢gicamente, la pandemia a¨²n no ha terminado. Puede surgir una variante m¨¢s peligrosa, una que se propague m¨¢s f¨¢cilmente, cause s¨ªntomas m¨¢s graves o evada la inmunidad mejor que las variantes anteriores. Si las vacunas y la inmunidad natural no impiden que se produzca un alto ¨ªndice de fallecimientos ante tal variante, el mundo tendr¨¢ un problema muy grave.
Por esa raz¨®n, los gobiernos nacionales, los investigadores acad¨¦micos y el sector privado tendr¨¢n que seguir haciendo un gran esfuerzo para obtener unas herramientas nuevas o mejoradas que nos protejan contra las peores secuelas de la covid-19 si la amenaza evoluciona. Los gobiernos deber¨¢n proteger a sus ciudadanos, usando estrategias que consideren el hecho de que cada lugar tiene su propia idiosincrasia en cuanto a la covid-19. La capacidad de las nuevas oleadas de covid-19 para propagarse entre la poblaci¨®n depende mucho del n¨²mero de personas que hayan sido vacunadas, infectadas, las dos cosas o ninguna de ellas. Las autoridades sanitarias deber¨¢n adaptar sus estrategias en funci¨®n de lo que los datos indiquen que pueda ser m¨¢s efectivo en las ¨¢reas donde est¨¢n trabajando.
Adem¨¢s de todo esto, los gobiernos deben esforzarse a¨²n m¨¢s en dar una informaci¨®n mejor sobre la incidencia de la covid-19. A menudo, sobre todo en los pa¨ªses en desarrollo, los datos acerca de la covid-19 proceden de unas pruebas cl¨ªnicas escasas y de unos datos desfasados obtenidos mediante unas encuestas sencillas llevadas a cabo entre ciertas poblaciones en particular, como los sanitarios y los donantes de sangre. Con la ayuda de una vigilancia constante de la enfermedad, los pa¨ªses pueden obtener unos conocimientos cruciales; entre ellos, cu¨¢les ser¨¢n las maneras m¨¢s efectivas de utilizar las intervenciones no farmacol¨®gicas al mismo tiempo que se acelera la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Con algo de suerte, pasaremos a tratar la covid-19 como una enfermedad end¨¦mica, igual que la gripe estacional. Entretanto, con independencia de que la covid-19 remita o vuelva agresivamente, tambi¨¦n tenemos que esforzarnos en alcanzar otra meta distinta a largo plazo: prevenir la pr¨®xima pandemia.
Durante d¨¦cadas hubo gente que advirti¨® al mundo de que deb¨ªa prepararse para una pandemia, pero pr¨¢cticamente nadie se lo tom¨® como algo prioritario. Entonces nos atac¨® la covid-19 y detenerla se convirti¨® en el asunto m¨¢s importante de la agenda global. Lo que me preocupa ahora es que, si la covid-19 remite, el mundo centrar¨¢ su atenci¨®n en otros problemas, y la prevenci¨®n de pandemias volver¨¢ una vez m¨¢s a estar en un segundo plano; o incluso igual en ninguno. Debemos tomar medidas ya, mientras todos nosotros todav¨ªa recordamos lo horrible que ha sido esta pandemia y sentimos la necesidad de que nunca se debe permitir que surja otra.
Al mismo tiempo, haber vivido esta experiencia puede llevarnos a enga?o. No deber¨ªamos asumir que la pr¨®xima amenaza pand¨¦mica vaya a ser exactamente como la covid-19. Tal vez afecte m¨¢s a los j¨®venes que a los ancianos, o quiz¨¢ tambi¨¦n se propague adhiri¨¦ndose a superficies o a trav¨¦s de las heces humanas. Tal vez sea m¨¢s contagiosa y se transmita con m¨¢s facilidad de una persona a otra. O tal vez sea m¨¢s letal. O, lo que es peor, podr¨ªa ser a la vez m¨¢s letal y m¨¢s contagiosa.
Y podr¨ªa estar dise?ada por seres humanos. Aunque el plan mundial deber¨ªa centrarse principalmente en protegernos de los pat¨®genos naturales, los gobiernos tambi¨¦n tendr¨ªan que tomarse muy en serio la posibilidad de colaborar con el fin de prepararse para un ataque bioterrorista. Gran parte de este plan consiste en dar pasos que deber¨ªamos dar de todas formas, como mejorar la vigilancia de las enfermedades, as¨ª como prepararnos para dise?ar tratamientos y vacunas con m¨¢s rapidez. No obstante, las autoridades militares deber¨ªan colaborar con los expertos en salud para dise?ar pol¨ªticas, configurar la agenda de investigaci¨®n y realizar simulaciones de enfermedades en las cuales el pat¨®geno fuera capaz de matar a millones o incluso miles de millones de personas.
Con independencia de c¨®mo se produzca el siguiente gran brote, la clave es contar con mejores planes que los que tenemos hoy en d¨ªa y con herramientas que se puedan utilizar con rapidez. Afortunadamente se han implementado buenos sistemas que permitan desarrollar esas herramientas. Los gobiernos de Estados Unidos, Europa y China est¨¢n financiando investigaciones experimentales en sus primeras fases y apoyando el desarrollo del producto. India, Indonesia y otros pa¨ªses emergentes tambi¨¦n est¨¢n dando pasos en esa direcci¨®n. Biotech y las compa?¨ªas farmac¨¦uticas cuentan con grandes presupuestos para sacar las ideas del laboratorio y llevarlas al mercado.
De lo que carecen la mayor¨ªa de los pa¨ªses es de un plan concreto; un plan nacional de investigaci¨®n que financie las mejores ideas cient¨ªficas. Tiene que quedar claro qui¨¦n est¨¢ al mando del plan pand¨¦mico, hay que controlar el avance del mismo, probar ideas, implementar las m¨¢s exitosas y cerciorarse de que acaban siendo unos productos que puedan ser manufacturados en cantidades masivas r¨¢pidamente. Sin un plan en marcha, cuando ocurra el pr¨®ximo gran brote, el Gobierno actuar¨¢ de una manera reactiva y ser¨¢ demasiado tarde, ya que tendremos que intentar trazar un plan cuando la pandemia ya se est¨¦ expandiendo, y esa no es forma de proteger a la gente. Comparemos esta situaci¨®n con el modo en que los gobiernos se ocupan de la defensa nacional, donde se sabe exactamente qui¨¦n es el responsable de evaluar las amenazas, de desarrollar nuevas capacidades y de llevar a cabo su implementaci¨®n. Necesitamos estrategias para los brotes que sean tan claras, rigurosas y exhaustivas como la mejor estrategia militar del mundo.
Y no nos olvidemos de que todo este esfuerzo adicional para evitar pandemias tiene otra enorme ventaja: tambi¨¦n podremos erradicar familias enteras de virus respiratorios; entre ellas, los coronavirus y la gripe, enfermedades que causan un tremendo sufrimiento. El impacto econ¨®mico y en n¨²mero de vidas humanas salvadas que tendr¨ªa esto ser¨ªa incre¨ªble en todo el mundo.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.