Los robots, cada vez m¨¢s listos y nosotros, cada vez m¨¢s tontos
Enciendo mi ordenador y surge una selecci¨®n de noticias que parecen elegidas por un chimpanc¨¦ borracho investido como redactor jefe
Supongo que habr¨¢n jugado estos d¨ªas con el chat de inteligencia artificial ChatGPT. Yo bastante tengo con los tel¨¦fonos de atenci¨®n al cliente para sentir que hablo con las paredes. Pero por lo visto esto es mejor que las paredes. En breve una de nuestras ocupaciones cotidianas ser¨¢ distinguir lo que viene de inteligencia artificial de lo que no. Si no lo es ya. Porque yo creo que ya est¨¢ entre nosotros. C¨®mo no pensarlo si ChatGPT miente con total seguridad y, si le pillas, a¨²n m¨¢s. Dice una cosa y la contraria. Sobran ejemplos, de Pedro S¨¢nchez a la relaci¨®n de Cuca Gamarra con Casado antes y despu¨¦s de que se lo cargaran (¡°Gran entrevista. Con claridad, seriedad y verdad¡±, y lo que sigue).
Tendr¨ªan que convencerme de que algunos discursos de pol¨ªticos o art¨ªculos no est¨¢n hechos ya con un robot. Eso que dice Unidas Podemos para criticar la reforma de la ley del solo s¨ª es s¨ª, ¡°es volver al c¨®digo penal de la Manada¡±, ?c¨®mo se le va a ocurrir a alguien sensato? No, hombre, le habr¨¢n dicho a una m¨¢quina: simplifica al m¨¢ximo la cuesti¨®n, da igual que no sea verdad. O columnistas conservadores: hazme una columna contra el Gobierno con las palabras sanchismo, megaloman¨ªa, cat¨¢strofe y, a elegir, Falcon, etarras o violadores. Por eso sale siempre la misma.
Este cacharrito se mueve mejor en lo previsible. El Abc hasta le encarg¨® una homil¨ªa y no estaba mal. Es decir, no dec¨ªa nada, o nada que no supi¨¦ramos, como suelen ser. Tendremos que arregl¨¢rnoslas en este caos, pero cada vez lo ponen m¨¢s dif¨ªcil. El programa chino Wolf News fabrica noticias falsas, pero incluso los locutores son animaciones que parecen personas. Con el mismo software, Synthesia, la televisi¨®n venezolana emite v¨ªdeos troleros presentados por avatares. Ya no hace falta ni comprar periodistas, ni siquiera son necesarios los pelotas. Una empresa israel¨ª vende servicios de desinformaci¨®n para influir en elecciones (lo ha hecho en 33), o defender intereses de oligarcas y pa¨ªses chungos, y le col¨® v¨ªdeos prefabricados a la primera cadena de noticias 24 horas de Francia (BFMTV). Otras compa?¨ªas hacen desaparecer de Internet informaci¨®n aut¨¦ntica sobre esos delincuentes, magnates y pa¨ªses. Es decir, mientras por un lado sale la verdad, entra m¨¢s porquer¨ªa por el otro. Lo que queda en medio es tal mejunje que ya no se distinguen los ingredientes. Enciendo mi ordenador y surge una selecci¨®n de noticias que parecen elegidas por un chimpanc¨¦ borracho investido como redactor jefe: manat¨ªes de Florida, peripecias inanes de youtubers, la impactante respuesta de no s¨¦ qui¨¦n en no s¨¦ qu¨¦ programa, el tiempo, cotizaciones de Bolsa, un cotilleo, f¨²tbol y ya. La gente desayuna, merienda y cena estos ultraprocesados informativos, y personas inteligentes, viajadas, le¨ªdas, te pasan alarmadas chorradas de web ignotas. Estamos con la inteligencia artificial cuando muchos, por decirlo con suavidad, no han desarrollado todas las posibilidades de la suya, o la tienen en modo avi¨®n. Los robots, cada vez m¨¢s listos y nosotros, cada vez m¨¢s tontos. Tambi¨¦n es obvio que todo lo que es escribir textos corre peligro. Por lo que llevo en este oficio, no me cuesta imaginar despidos de periodistas si alguien lo hace peor y m¨¢s barato. Los medios fiables, con humanos a ser posible bien pagados, ser¨¢n algo tan valioso como la vacuna de un virus, en medio de iluminados antivacunas. Dijo la gran Dorothy Parker, escritora y periodista: ¡°El sueldo no es un problema. Solo quiero lo suficiente para mantener mi cuerpo y mi alma separados¡±.
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