Ante el terremoto en Turqu¨ªa: ?qu¨¦ crimen cometieron esos ni?os?
El se¨ªsmo no deber¨ªa arrasar solo esos edificios de cart¨®n construidos por desalmados, sino toda mezquindad y ego¨ªsmo, al menos una semana
¡°Pasado el terremoto que hab¨ªa destruido las tres cuartas partes de Lisboa, los sabios del pa¨ªs no encontraron medio m¨¢s eficaz para prevenir una total ruina que ofrecer al pueblo un magn¨ªfico auto de fe. La Universidad de Coimbra decidi¨® que el espect¨¢culo de unas cuantas personas quemadas a fuego lento con toda solemnidad es infalible secreto para impedir que la Tierra tiemble¡±. Esto es de C¨¢ndido, de Voltaire, publicado cuatro a?os despu¨¦s del terrible se¨ªsmo de 1755, que arras¨® la capital portuguesa y cambi¨® la filosof¨ªa europea, al plantearse qu¨¦ sentido tiene esto. El pensador franc¨¦s puso en duda una tendencia de siglos, de base religiosa: todo est¨¢ bien. Es el mejor de los mundos posibles, Dios sabe lo que hace. Desde entonces, y m¨¢s a¨²n tras el Holocausto, sabemos que todo est¨¢ fatal, pero al menos ha perdido su est¨²pido prestigio como valle de l¨¢grimas.
Ante el terremoto de Turqu¨ªa y Siria nos preguntamos lo mismo que Voltaire: ¡°?Qu¨¦ crimen, qu¨¦ falta cometieron esos ni?os?¡±. Tambi¨¦n asistimos al milagro de esos cr¨ªos que vuelven a nacer, literalmente, de las entra?as de la Tierra, como animalillos. Vienen, obstinadamente, a un mundo absurdo que les tendremos que explicar, y a ver qu¨¦ les decimos. Esa ni?a reci¨¦n nacida, rescatada viva, que a¨²n estaba unida a su madre muerta por el cord¨®n umbilical, y ese hombre que sosten¨ªa la mano de su hija fallecida entre las ruinas, im¨¢genes del fr¨¢gil lazo que une los vivos y los muertos, esas fotos tienen, o deber¨ªan tener, el poder de parar el mundo. Yo no me explico c¨®mo al d¨ªa siguiente puede seguir la guerra en Ucrania, ah¨ª al lado. ?T¨² eres Putin y al d¨ªa siguiente bombardeas como si nada? Tenemos la respuesta justo en el epicentro: Bachar el Asad, el presidente sirio, bombarde¨® horas despu¨¦s del se¨ªsmo zonas rebeldes reci¨¦n destruidas por el terremoto. Voltaire se enterrar¨ªa vivo en su jard¨ªn, el ¨²ltimo reducto personal que consideraba la ¨²nica soluci¨®n existencial, aunque eso era antes de internet.
El terremoto no deber¨ªa arrasar solo esos edificios de cart¨®n construidos por desalmados, sino toda mezquindad y ego¨ªsmo, al menos una semana, no pedir¨ªamos m¨¢s para empezar. Una sacudida y volvemos a ser criaturas desnudas en medio del fr¨ªo y la noche, una brutal revelaci¨®n de lo que somos, que convierte en cosas preciosas una manta, el fuego, un pedazo de pan, el agua. Si el terremoto de Lisboa caus¨® una conmoci¨®n profunda, lo que me impresiona de nuestro tiempo es que nada tiene ya esa capacidad de hacernos reflexionar, ninguna atrocidad humana o natural. Ahora ya tenemos una admirable respuesta de ayuda humanitaria, y es emocionante el despliegue de la fraternidad humana, pero por lo dem¨¢s hemos perfeccionado la habilidad de seguir sin que nada nos afecte demasiado, cada vez hay m¨¢s derrotismo en cuanto a nuestra capacidad de mejorar el mundo que tenemos. Desde mi ingenuidad, un tanto infantil, es como si me siguiera preguntando por qu¨¦ todos los d¨ªas no pueden ser Navidad o no vivimos todo el a?o como en vacaciones.
Las religiones nunca han explicado el origen del mal, solo que es culpa nuestra, como todo. En la Biblia hay dos grandes misterios, ese y la total ausencia de sentido del humor, un argumento a favor de que no es obra humana. No es sostenible un tocho as¨ª sin un sarcasmo, una iron¨ªa, una cierta desdramatizaci¨®n. Pero est¨¢ claro que, si Dios existe, tiene sentido del humor, aunque algo macabro. Mira c¨®mo nos ha hecho, y qu¨¦ mundo tenemos.
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