Los que no tienen voz ni voto
La pobreza infantil en Espa?a es muy superior a la que corresponde por nivel de renta
En Madrid, en la Ca?ada Real, un asentamiento a menos de 10 kil¨®metros del centro de la ciudad, ante la pasividad de las administraciones, cerca de 4.000 personas, de las que 1.800 son menores, pasan sus largas noches de invierno sumidas en el fr¨ªo y la oscuridad forzada, sin posibilidad de acceso a la electricidad. Los menores afectados recurren a todo tipo de estrategias para aminorar las consecuencias de esta carencia, renunciando a los recreos o prolongando...
En Madrid, en la Ca?ada Real, un asentamiento a menos de 10 kil¨®metros del centro de la ciudad, ante la pasividad de las administraciones, cerca de 4.000 personas, de las que 1.800 son menores, pasan sus largas noches de invierno sumidas en el fr¨ªo y la oscuridad forzada, sin posibilidad de acceso a la electricidad. Los menores afectados recurren a todo tipo de estrategias para aminorar las consecuencias de esta carencia, renunciando a los recreos o prolongando su permanencia en los centros escolares para estudiar y hacer las tareas que no podr¨¢n acometer en la oscuridad de sus hogares, y para librarse de enfermedades pulmonares o de los saba?ones que les produce el fr¨ªo. Sufren como dolorosa privaci¨®n la imposibilidad de acceder a aquellas prestaciones como internet o la televisi¨®n, que otros ni?os consideran naturales y disfrutan de forma cotidiana.
Seg¨²n un estudio avalado por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, casi uno de cada cuatro ni?os y adolescentes vive en Espa?a en pobreza cr¨®nica, un problema que se ha agigantado exponencialmente desde la Gran Recesi¨®n. La ONG Save the Children aporta datos a¨²n peores: son Espa?a y Rumania los pa¨ªses europeos que presentaron las tasas m¨¢s elevadas: 33,4% y 41,5%, respectivamente. En nuestro pa¨ªs, la pobreza infantil es muy superior de la que le deber¨ªa corresponder por su nivel de riqueza.
Si esto es as¨ª, ?por qu¨¦ el debate p¨²blico est¨¢ m¨¢s focalizado en los recursos p¨²blicos que afectan a otras cohortes de edad? ?Por qu¨¦ los telediarios y dem¨¢s medios de comunicaci¨®n, las tribunas existentes, lasas c¨¢tedras, abordan mucho m¨¢s la situaci¨®n socioecon¨®mica de los pensionistas o los parados adultos y menos la de los ni?os y adolescentes excluidos? La respuesta la aborda el catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada Jos¨¦ Antonio Alonso, a quien corresponde la reflexi¨®n sobre la Ca?ada Real y autor del libro El futuro que habita entre nosotros (Galaxia Gutenberg), que hila las relaciones entre pobreza infantil y desarrollo. Los menores, que no tienen los derechos pol¨ªticos de voz ni de voto (no pueden votar ni ser elegidos), est¨¢n en desventaja respecto a otros colectivos en la pugna por los recursos p¨²blicos. Los menores son seres bajo tutela: tienen la capacidad de agenda muy tasada, su autonom¨ªa se ve limitada por los restringidos recursos de que disponen para hacer o¨ªr su voz, no deciden acerca de la actividad de sus progenitores y no participan en la exposici¨®n de las prioridades colectivas ni toman parte de las decisiones electorales. Es al resto de la sociedad al que corresponde corregir las carencias que les afectan; en mayor medida que otros tipos de pobreza, la infantil exime a las v¨ªctimas de la responsabilidad de su extensi¨®n.
La persistencia en el tiempo de la pobreza infantil averg¨¹enza y degrada moralmente a la sociedad que la consiente, pero tambi¨¦n la empobrece a¨²n m¨¢s en t¨¦rminos de eficacia econ¨®mica. El informe El coste de la pobreza infantil en Espa?a, elaborado en la Universidad de Alcal¨¢ y la Pompeu Fabra, cuantifica que ¨¦ste es de 63.000 millones de euros al a?o (unos 1.300 euros por persona), m¨¢s del 5% del PIB. Ello se identifica tanto en costes individuales de los menores pobres (escasas oportunidades de alcanzar un nivel de estudios elevado, mayor precariedad laboral, trabajos peor remunerados, riesgos superiores de padecer enfermedades f¨ªsicas y mentales, etc¨¦tera) como en costes colectivos para el pa¨ªs (desaprovechamiento del talento, gastos asociados a la sanidad y a la calidad de vida, p¨¦rdida de la productividad, lucro cesante en otras actividades¡).
Los estudiosos resaltan las distintas caras que adquiere la pobreza infantil, que se manifiestan a trav¨¦s de diferentes formas de privaci¨®n: la absoluta, como carencia de los ingresos monetarios necesarios para alcanzar unas condiciones m¨ªnimamente dignas, y las privaciones relativas como el sentimiento de humillaci¨®n, el agravio comparado que se deriva de situaciones cronificadas de desigualdad o de exclusi¨®n.
A veces, el destino del ser humano viene determinado, injustamente, por el lugar en que llega al mundo.
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