No acertar ni uno

Echar una quiniela y no acertar ning¨²n resultado deber¨ªa estar tan premiado como hacer un pleno de 14 resultados. Esto es m¨¢s o menos lo que ha ocurrido en el seno de la corriente principal de los economistas mundiales con el desarrollo de la inflaci¨®n. Primero dijeron que ser¨ªa un fen¨®meno transitorio, a continuaci¨®n que no habr¨ªa ¡°inflaci¨®n de segunda ronda¡± si los salarios sub¨ªan por debajo de los precios, m¨¢s adelante hicieron una vinculaci¨®n espuria entre la subida del salario m¨ªnimo interprofesional y el empleo (relaci¨®n inversa: cuanto menos SMI, m¨¢s empleo, y viceversa); por ¨²ltimo, entendieron que la inflaci¨®n subyacente (aquella que no computa los precios energ¨¦ticos ni los alimentos frescos) no sobrepasar¨ªa a la inflaci¨®n general.

De los datos conocidos de la inflaci¨®n en Espa?a del pasado mes de febrero la peor noticia parece, sin duda, la enorme subida de la inflaci¨®n subyacente (7,7%), por encima de la general (6,1%) y por encima de la subyacente media de la zona europea (5,6%). Ya se puede prever, casi con seguridad, que en el a?o en curso ser¨¢ casi imposible volver a un incremento de los precios en el entorno del 2%, como en su momento dijeron los organismos internacionales y algunos servicios de estudio, despu¨¦s de un 2022 con los precios extraordinariamente altos.

Y est¨¢ habiendo ¡°inflaci¨®n de segunda ronda¡± no porque los salarios suban por encima de los precios y ganen poder adquisitivo, sino porque una parte de las empresas est¨¢ repercutiendo el aumento de sus costes en los precios de consumo para mantener los m¨¢rgenes. En los dos ¨²ltimos a?os los precios subieron un 2,1% (2021) y un 8,4% (2022) mientras los salarios solo lo hicieron un 1,5% y un 2,8%, respectivamente. En 2022 los beneficios de las compa?¨ªas ganaron terreno en la renta nacional bruta en Espa?a mientras los salarios lo perdieron porcentualmente. Con los datos provisionales de la Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, los salarios ocupan un 46,8% de la renta nacional bruta (un 48,1% un a?o antes), mientras que el excedente bruto de la explotaci¨®n pas¨® de un 40,9% en 2021 a un 42,3% el pasado ejercicio. Este excedente es lo que queda de lo generado por la actividad una vez recompensado el factor trabajo. Incluye las rentas del capital, el beneficio de las empresas, el pago de intereses, la amortizaci¨®n de los factores de producci¨®n, la renta de los propietarios de inmuebles y los beneficios de los aut¨®nomos.

El catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada Rafael Myro corrobora estas tendencias en un art¨ªculo titulado Inflaci¨®n y m¨¢rgenes empresariales, en el que demuestra que el aumento de los beneficios empresariales explica casi por completo el aumento del deflactor en 2022, y que el peso porcentual de los beneficios brutos en la renta nacional aument¨® sensiblemente ese a?o.

Ante esta situaci¨®n y dado que sigue subiendo el precio de los productos importados, la cesta de la compra o los tipos de inter¨¦s, el l¨ªmite de actuaci¨®n de muchas familias se agota: se reducen los dep¨®sitos bancarios, cae el ahorro embalsado en los tiempos del confinamiento y se reduce el efecto econ¨®mico de un buen comportamiento del empleo (m¨¢s de 20 millones de contribuyentes a la Seguridad Social) y de la ¨²ltima reforma laboral que ha convertido en fijos a muchos temporales.

Es en este contexto en el que se ha producido la prudente oferta sindical a la patronal para que los salarios suban un m¨ªnimo del 13,84% en el trienio 2022-2024, m¨¢s las cl¨¢usulas salariales que depender¨¢n de la situaci¨®n econ¨®mica de las empresas, medible por la evoluci¨®n de sus m¨¢rgenes de beneficios. Se trata de conseguir una distribuci¨®n equitativa de los costes de la inflaci¨®n entre el poder de compra de los asalariados y los beneficios empresariales de cada empresa y sector. CC OO y UGT tratan de evitar que una econom¨ªa en transformaci¨®n como la espa?ola vuelva al viejo formato de la Gran Recesi¨®n y otras experiencias anteriores del ajuste interno por la v¨ªa del empobrecimiento de los que dependen de un salario.

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