?Cu¨¢nto nos cuesta la pobreza infantil?
Si consigui¨¦ramos erradicar esta lacra Espa?a ahorrar¨ªa, como m¨ªnimo, 63.000 millones de euros al a?o o, lo que es lo mismo, el PIB crecer¨ªa un 5,1%
Una de las inversiones m¨¢s rentables para un pa¨ªs es la destinada a asegurar el desarrollo de la primera infancia. Esta es la conclusi¨®n principal del trabajo del premio Nobel de Econom¨ªa James J. Heckman. Sin embargo, a menudo escuchamos argumentos sobre el elevado coste de las prestaciones sociales y los servicios p¨²blicos que, adem¨¢s, inciden en la idea de que las ayudas a hogares con ni?os y ni?as en situaci¨®n de vulnerabilidad contribuyen a perpetuar la trampa de la pobreza.
Adem¨¢s de obviar por completo la evidencia cient¨ªfica que muestra, por ejemplo, que las transferencias monetarias a los hogares con ni?os y ni?as mejoran de forma determinante su desarrollo, estos argumentos contrarios a la inversi¨®n social pecan de tramposos y no plantean un escenario alternativo: ?qu¨¦ pasar¨ªa si fu¨¦ramos capaces de erradicar la pobreza en la infancia y qu¨¦ beneficios tendr¨ªa a nivel individual y colectivo? Desde el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, con las universidades de Alcal¨¢ y Pompeu Fabra, hemos hecho este ejercicio. No me andar¨¦ con rodeos: la pobreza infantil cuesta a Espa?a 63.000 millones de euros al a?o. Pero empecemos por el principio.
Si una cosa tenemos clara es que la pobreza sale cara a las personas que la experimentan, especialmente a los ni?os y ni?as. Disponemos de evidencia m¨¢s que contrastada de que la pobreza o la exclusi¨®n social en la infancia tienen consecuencias negativas a nivel individual a corto y a largo plazo en el desarrollo cognitivo, el nivel educativo, la situaci¨®n laboral o el estado de salud de las personas, para nombrar solo algunas. De qu¨¦ forma estos costes a nivel individual se traducen en un coste econ¨®mico para la sociedad era una pregunta m¨¢s dif¨ªcil.
Desde que la Presidencia del Gobierno situ¨® la lucha contra la pobreza infantil como una cuesti¨®n de Estado, estamos en mejor situaci¨®n para responder a esta pregunta. Este objetivo es compartido tambi¨¦n por la Comisi¨®n Europea, que lo ha situado como una prioridad estrat¨¦gica con la aprobaci¨®n del Plan de Acci¨®n del Pilar Europeo de Derechos Sociales y la Recomendaci¨®n para la implementaci¨®n de Garant¨ªa Infantil Europea. En el caso espa?ol, la inversi¨®n europea se traducir¨¢ en m¨¢s de 1.600 millones de euros para el per¨ªodo 2022-2027.
Como dec¨ªa, por primera vez en nuestro pa¨ªs hemos calculado cu¨¢nto nos cuesta la pobreza infantil y la respuesta que hemos obtenido no es desde?able: de acuerdo con los resultados del estudio que presentamos hoy, si consigui¨¦ramos erradicar la pobreza infantil en Espa?a nos ahorrar¨ªamos, como m¨ªnimo, 63.000 millones de euros al a?o o, lo que es lo mismo, el Producto Interior Bruto de nuestro pa¨ªs crecer¨ªa un 5,1%.
Esto es as¨ª por el desaprovechamiento del talento y las consecuencias de la pobreza infantil en el logro educativo, que supone una desventaja en el mercado laboral y, como consecuencia, una p¨¦rdida de productividad. La pobreza en la infancia tambi¨¦n resulta en un empeoramiento del estado de salud en la edad adulta, que tiene como consecuencia tanto un aumento en el coste sanitario, como en el coste asociado a la p¨¦rdida de calidad de vida.
Lo que nos muestra este resultado es que reducir la pobreza infantil tiene una justificaci¨®n no solo en t¨¦rminos de justicia social, sino tambi¨¦n desde una perspectiva de coste-beneficio. Conocer el coste de la pobreza infantil contribuye a dimensionar mejor la inversi¨®n necesaria para combatirla y, por lo tanto, el retorno econ¨®mico que podemos esperar si invertimos de forma eficaz. Reducir la pobreza y la desigualdad en la infancia es, en definitiva, pol¨ªtica de pa¨ªs. Es desarrollo social cohesionador, es sostenible y es eficiente. Actuar es defender los derechos de la infancia, es defender una sociedad justa y es defender una Espa?a mejor. Redoblemos nuestros esfuerzos y aciertos en combatir la pobreza infantil porque vale la pena. Hoy sabemos lo alto que es el coste de no hacer nada.
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