Un nuevo Consenso de Washington impulsado por la intervenci¨®n y la inversi¨®n p¨²blica
El declive industrial de muchas naciones es la ra¨ªz del populismo, mucho m¨¢s que la inmigraci¨®n
Jake Sullivan es un personaje muy importante en la Administraci¨®n de Biden: es su asesor de Seguridad Nacional, el arquitecto de la pol¨ªtica exterior norteamericana. Hace dos meses dio una conferencia en la Brookings Institution en la que dinamit¨® las bases de la pol¨ªtica econ¨®mica que se ha estado aplicando en las ¨²ltimas d¨¦cadas (el llamado Consenso de Washington) y opt¨® por otra centrada en la intervenci¨®n y en la in...
Jake Sullivan es un personaje muy importante en la Administraci¨®n de Biden: es su asesor de Seguridad Nacional, el arquitecto de la pol¨ªtica exterior norteamericana. Hace dos meses dio una conferencia en la Brookings Institution en la que dinamit¨® las bases de la pol¨ªtica econ¨®mica que se ha estado aplicando en las ¨²ltimas d¨¦cadas (el llamado Consenso de Washington) y opt¨® por otra centrada en la intervenci¨®n y en la inversi¨®n p¨²blica (el nuevo Consenso de Washington). Para m¨¢s inri, la secretaria del Tesoro y antigua presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, muy respetada en la pol¨ªtica y en la academia, le ha apoyado.
Sullivan tiene en consideraci¨®n lo que ha sucedido en EE UU (y en otros pa¨ªses occidentales) durante la pandemia de la covid: se han dado cuenta de que su base industrial se ha vaciado: la visi¨®n de la inversi¨®n p¨²blica, que dinamiz¨® el proyecto de EE UU en el pasado, se ha desvanecido y ha dado paso a un conjunto de ideas que abogaban por recortes fiscales, desregulaciones, la privatizaci¨®n a expensas de la acci¨®n pol¨ªtica y la liberalizaci¨®n del comercio como un fin en s¨ª mismo. En nombre de la eficiencia de un mercado excesivamente simplificado se transfirieron al extranjero cadenas enteras de suministros de bienes estrat¨¦gicos, as¨ª como las industrias y los puestos de trabajo que los fabricaban. El libre comercio y los flujos de capital deben ser reemplazados por una ¡°estrategia industrial¡± en la que los gobiernos intervengan.
Ello pone en cuesti¨®n la forma de globalizaci¨®n que ha estado vigente. La suposici¨®n de que una profunda liberalizaci¨®n del comercio ayudar¨ªa a EE UU a exportar bienes, y no puestos de trabajo y capacidades, fue una promesa hecha pero no cumplida: ¡°Nuestra fortaleza industrial ha sufrido un aut¨¦ntico golpe¡±. Se dec¨ªa que el crecimiento basado en el comercio ser¨ªa un crecimiento inclusivo y que sus ganancias acabar¨ªan por repartirse ampliamente entre las naciones. Pero el hecho es que estos beneficios no han llegado a un gran n¨²mero de trabajadores (la curva del elefante de Branko Milanovic): la clase media norteamericana perdi¨® terreno mientras a los ricos les fue mejor que nunca, las comunidades manufactureras se vaciaron mientras que las industrias de alta tecnolog¨ªa se han trasladado a las ¨¢reas metropolitanas.
Uno de los principales toques de atenci¨®n tiene que ver con esta desigualdad que penaliza a la democracia. A la desigualdad se llega, b¨¢sicamente, por las ¡°teor¨ªas del goteo¡± (proponen reducir los impuestos a las empresas y a los ricos como medio para estimular la inversi¨®n empresarial a corto plazo y beneficiar en general a la sociedad a largo plazo). El problema es que ese largo plazo nunca llega. Recuerda Sullivan al presidente Kennedy, que dec¨ªa que los defensores del goteo se hab¨ªan apropiado de la tesis de que una marea creciente levanta todos los barcos; pero si una parte del pa¨ªs se queda inm¨®vil, tarde o temprano, la marea descendente hunde todos los barcos. La revoluci¨®n conservadora ha aplicado d¨¦cadas de pol¨ªticas econ¨®micas de goteo con bajadas fiscales regresivas, recortes dr¨¢sticos de la inversi¨®n p¨²blica, concentraciones empresariales descontroladas y medidas para socavar el movimiento obrero que originariamente construy¨® la clase media estadounidense.
Hay motivos geopol¨ªticos para desconfiar de este nuevo Consenso de Washington (nada de pactos globales, sino acuerdos regionales y bilaterales con ¡°los amigos¡±) que ahora no es el momento de subrayar. Pero es muy significativa la tesis del analista alem¨¢n Wolfgang M¨¹nchau, que se interroga acerca de los motivos por los cuales los gobernantes no han sabido ver los costes sociales, adem¨¢s de los econ¨®micos, de la desindustrializaci¨®n antes de la llegada de la covid. Y despliega una interesante teor¨ªa: el declive industrial de muchas naciones es la ra¨ªz del ¨¦xito del populismo, m¨¢s que la inmigraci¨®n. Al fin y al cabo, el principal apoyo de Trump en 2016 procedi¨® del ¡°cintur¨®n del ¨®xido¡± del Medio Oeste, y las principales ciudades industriales del norte de Inglaterra fueron las que inclinaron la balanza del Brexit ese mismo a?o.
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