El edadismo es la nueva discriminaci¨®n en el mercado de trabajo

En la c¨²spide de la sociedad no se cumple el mismo relevo generacional que en el resto. Las exigencias son distintas. Es muy probable que pronto tengamos un duelo de candidatos de la tercera edad (Biden y Trump) para la presidencia de EE UU; Warren Buffett, nonagenario, sigue siendo uno de los grandes inversores del mundo; y George Soros solo ha cedido a los 92 a?os el liderazgo de sus fundaciones y empresas a uno de sus hijos. En Espa?a sucede algo parecido: apenas hace unos meses que la junta general de accionistas ha renovado como presidente de Repsol a Antoni Brufau, mucho m¨¢s joven que los citados pero claramente por encima de la edad de jubilaci¨®n, a pesar de que anteriormente hab¨ªa comentado su deseo de dejarlo. La mitad al menos de los presidentes del Ibex 35 tambi¨¦n est¨¢n por encima de los 65 a?os. En algunas de esas empresas se despide a trabajadores de 50 o 60 a?os para rejuvenecer sus plantillas y adaptarlas a los nuevos perfiles tecnol¨®gicos. Dos varas de medir.

El edadismo, t¨¦rmino acu?ado a finales de los a?os sesenta del siglo pasado por el geront¨®logo Robert Butler, es una forma de discriminaci¨®n social por cuestiones de edad que afecta a muchas personas mayores. Se multiplican los estereotipos y prejuicios por raz¨®n de los a?os. En muchos casos se une a otras discriminaciones como la de la clase social, el g¨¦nero, la nacionalidad, la raza¡­ Por ejemplo, uno de los t¨®picos que m¨¢s se repiten en la actualidad ¡ªpor impulsos electorales¡ª es el de que los emigrantes sustituyen a los nativos cobrando menos dinero, pero ello no se corresponde con la realidad. El temor al emigrante (¡°me viene a robar mi empleo¡±) es infundado seg¨²n todos los estudios cient¨ªficos. El emigrante ocupa puestos de trabajo que nosotros no tomamos.

Un reciente estudio de la Fundaci¨®n Iseak abunda en el edadismo. Dicha fundaci¨®n es un centro de investigaci¨®n y transferencia econ¨®mico y social, especializado en el diagn¨®stico de problem¨¢ticas sociales y en el impacto de pol¨ªticas p¨²blicas. Muchas veces se toman decisiones sin la suficiente informaci¨®n y hay que evaluarlas porque se gasta mucho dinero p¨²blico y hay que utilizarlo bien. La profesora de Econom¨ªa del Pa¨ªs Vasco Sara de la Rica, alma mater de esta fundaci¨®n, al recibir la pasada semana el primer premio de Econom¨ªa Emilio Ontiveros, puso un ejemplo de edadismo: la fundaci¨®n elabor¨® 1.600 curr¨ªculos ficticios para cubrir 800 puestos de trabajo reales en las empresas l¨ªderes de Euskadi, Barcelona y Madrid. Todos los curr¨ªculos eran id¨¦nticos, excepto que unos correspond¨ªan a personas de 49 a?os, y otros, de 35 a?os. A los ciudadanos de 49 a?os los llamaron la mitad de las veces que a los de 35. La persona de 49 a?os ha de enviar 26 veces su curr¨ªculo para que las empresas interesadas se pongan en contacto con ¨¦l una sola vez, mientras que las de 35 a?os han de enviarlo 13 veces.

Ello muestra una menor disposici¨®n de las empresas a adquirir informaci¨®n sobre los candidatos de m¨¢s edad. El estudio indica la necesidad de aplicar pol¨ªticas p¨²blicas que fomenten la presencia de trabajadores de m¨¢s edad en las empresas privadas y en las administraciones p¨²blicas, so pena de que se instale definitivamente una nueva desigualdad en el proceso de recuperaci¨®n de la crisis. Para ello menciona la necesidad de cambios en las pr¨¢cticas de contrataci¨®n, como la erradicaci¨®n de los l¨ªmites de edad en los anuncios de ofertas de empleo o la extensi¨®n de los curr¨ªculos ciegos, sin nombre, apellido o fotograf¨ªa, y campa?as de concienciaci¨®n como un sello distintivo a las empresas con ¡°buenas pr¨¢cticas¡± que estimule su reputaci¨®n, y la visibilidad del colectivo de mayores.

Las transformaciones en el mundo del trabajo est¨¢n siendo tan profundas e intensas en el tiempo que generan continuas contradicciones. Por ejemplo, Espa?a va a ser uno de los pa¨ªses m¨¢s envejecidos del mundo en el a?o 2050. Conviene abrir las reflexiones m¨¢s all¨¢ de la coyuntura

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