El viaje de la muerte de los Estados republicanos

El viernes de la semana pasada, los fideicomisarios de Medicare publicaron su ¨²ltimo informe sobre la situaci¨®n financiera del sistema, y conten¨ªa algunas buenas noticias inesperadas: los gastos son inferiores a las previsiones, y el Fondo Fiduciario del Seguro Hospitalario no se agotar¨¢ tan pronto como se predijo. Pero una importante raz¨®n para esta mejora financiera era horripilante: la covid ha matado a un n¨²mero considerable de beneficiarios de Medicare. Y las v¨ªctimas eran sobre todo personas mayores que ya sufr¨ªan graves y costosos problemas de salud. ¡°Como consecuencia de ello, la poblaci¨®n superviviente ha tenido un gasto inferior a la media¡±.

Ahora bien, la covid ha matado a mucha gente en todo el mundo, as¨ª que, ?no ha sido esto un acto divino? No exactamente. Ver¨¢n, Estados Unidos experimentaba una mayor disminuci¨®n en la esperanza de vida cuando estall¨® la covid que cualquier otro pa¨ªs rico. Es m¨¢s, mientras que la esperanza de vida se recuper¨® en muchos pa¨ªses en 2021, en Estados Unidos sigui¨® descendiendo.

Y las p¨¦simas cifras de la covid en Estados Unidos forman parte de una historia m¨¢s amplia. No s¨¦ cu¨¢ntos estadounidenses son conscientes de que, en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas, nuestra esperanza de vida ha ca¨ªdo todav¨ªa m¨¢s en relaci¨®n con la de otros pa¨ªses avanzados, incluso pa¨ªses cuyos resultados econ¨®micos han sido malos seg¨²n los indicadores convencionales. Italia, por ejemplo, ha sufrido una generaci¨®n de estancamiento econ¨®mico, b¨¢sicamente sin crecimiento del PIB real per capita desde 2000, mientras que en Estados Unidos ha aumentado un 29%. Sin embargo, los italianos pueden esperar vivir unos cinco a?os m¨¢s que los estadounidenses.

?Qu¨¦ explica el estilo de muerte estado?unidense? Parece que una gran parte de la respuesta es pol¨ªtica. Una pista importante es que el problema de la muerte prematura no est¨¢ distribuido uniformemente en todo el pa¨ªs. La esperanza de vida es enormemente desigual en todas las regiones de Estados Unidos. En las principales ciudades costeras no parece mucho peor que en Europa, pero en el sur y la zona interior del este s¨ª lo es. ?Y no ha sido siempre as¨ª? No. Las disparidades geogr¨¢ficas en materia de salud se han incrementado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Seg¨²n la base de datos sobre la mortalidad, en 1990, Ohio ten¨ªa una esperanza de vida ligeramente m¨¢s alta que Nueva York. Desde entonces, la esperanza de vida de Nueva York ha aumentado r¨¢pidamente, hasta casi converger con la de otros pa¨ªses ricos, mientras que la de Ohio apenas ha subido y ahora es cuatro a?os inferior a la de Nueva York.

Se han llevado a cabo numerosos estudios sobre las causas de este aumento de las disparidades. Un art¨ªculo de 2021 publicado en The Journal of Economic Perspectives analizaba varios motivos posibles, como la creciente concentraci¨®n de estadounidenses con estudios superiores (cuyo estado de salud tiende a ser mejor que el de los que tienen menos estudios) en Estados que ya tienen un alto nivel educativo, y el incremento de las diferencias de ingresos per capita entre Estados. Los autores descubrieron que estos factores solo pueden explicar una peque?a parte de la creciente brecha en la mortalidad.

En cambio, afirmaban, la mejor explicaci¨®n est¨¢ en la pol¨ªtica: ¡°La explicaci¨®n m¨¢s prometedora para nuestros hallazgos son los esfuerzos de los Estados de ingresos elevados para adoptar pol¨ªticas y comportamientos espec¨ªficos con el fin de mejorar la salud desde al menos principios de la d¨¦cada de 1990. Con el tiempo, estos esfuerzos han reducido la mortalidad en los Estados de ingresos elevados m¨¢s r¨¢pidamente que en los Estados de ingresos bajos, lo que ha provocado que las disparidades espaciales en la salud se hayan ampliado¡±.

Eso parece correcto. Pero ?adoptaron los Estados de ingresos elevados pol¨ªticas para mejorar la salud porque eran ricos y pod¨ªan permit¨ªrselo? ?O fue porque en los Estados Unidos del siglo XXI, los Estados de ingresos elevados tienden a ser pol¨ªticamente progresistas y la pol¨ªtica, m¨¢s que el dinero en s¨ª, explica la diferencia?

De hecho, existe una fuerte correlaci¨®n entre cu¨¢nto aument¨® la esperanza de vida de un Estado desde 1990 hasta 2019 y su inclinaci¨®n pol¨ªtica, medida seg¨²n el margen de Joe Biden sobre Donald Trump en las elecciones de 2020, una correlaci¨®n ligeramente m¨¢s importante, seg¨²n mis c¨¢lculos, que la correlaci¨®n con los ingresos.

Existen varias razones para creer que el viaje de la muerte de Estados Unidos es mucho m¨¢s pol¨ªtico que econ¨®mico. Una es la comparaci¨®n con los pa¨ªses europeos, cuyas tendencias de salud han sido mucho mejores incluso cuando, como en Italia, sus econom¨ªas han registrado malos resultados.

Otra es el hecho de que algunos de los Estados m¨¢s pobres de Estados Unidos, con la esperanza de vida m¨¢s baja, siguen neg¨¢ndose a ampliar Medicaid, a pesar de que el Gobierno federal cubrir¨ªa la mayor parte del coste (y de que el no ampliarla est¨¢ acabando con muchos hospitales). Esto indica que no mejoran la salud porque no quieren, no porque no puedan permit¨ªrselo.

Por ¨²ltimo, desde el estallido de la covid, los habitantes de los condados de tendencia republicana han tenido muchas menos probabilidades de vacunarse y muchas m¨¢s probabilidades de morir que los habitantes de los condados de tendencia dem¨®crata, a pesar de que las vacunas son gratuitas.

Todo esto parece relevante a la hora de explicar nuestra ¨¦poca actual de guerra cultural, en la que muchos pol¨ªticos republicanos elogian los valores rurales y republicanos, al tiempo que denigran los de las ¨¦lites costeras. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, por ejemplo, afirma que aunque creci¨® en los alrededores de Tampa Bay, es desde el punto de vista cultural producto del oeste de Pensilvania y el noreste de Ohio. Por tanto, vale la pena se?alar que la cultura que estos pol¨ªticos quieren que todo Estados Unidos adopte parece tener un problema con una de las funciones m¨¢s importantes de la sociedad: evitar que la gente muera temprano.

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