¡®The Santiago Boys¡¯: historia de la utop¨ªa tecnol¨®gica de Allende
El investigador Evgeny Morozov reconstruye en un ¡®podcast¡¯ documental el internet socialista que un grupo de ingenieros alumbr¨® en el Chile de los a?os setenta

A mediados de 1971, un joven ingeniero chileno llamado Fernando Flores acudi¨® al padre de la cibern¨¦tica, el brit¨¢nico Stafford Beer, en busca de ayuda para gestionar la econom¨ªa en el Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende (1970-1973). La inflaci¨®n rondaba el 45% y Flores, director t¨¦cnico de Corfo, la agencia de desarrollo estatal que ten¨ªa a su cargo la nacionalizaci¨®n de las principales industrias, pens¨® que el cient¨ªfico ingl¨¦s enviar¨ªa a uno de sus disc¨ªpulos para que asesorara a su equipo. Pero la revolucionaria idea de conjugar la ciencia y la tecnolog¨ªa a merced del socialismo sedujo a tal punto a Beer que abandon¨® su acomodada vida en Londres y en noviembre de ese mismo a?o ya estaba en Santiago para dise?ar el proyecto.
¡°Por favor, cr¨¦ame que suspender¨ªa cualquiera de mis obligaciones actuales por la oportunidad de trabajar en ello. Creo que su pa¨ªs realmente va a lograrlo¡±, le escribi¨® el visionario tecnol¨®gico a Flores. En su primera de las muchas visitas a la capital chilena, Beer le explic¨® su modelo a Allende, m¨¦dico cirujano de profesi¨®n, equipar¨¢ndolo al funcionamiento del cuerpo humano.
La ambici¨®n del proyecto Cybersyn ¡ªuna palabra compuesta en ingl¨¦s entre ¡°cibern¨¦tica¡± y ¡°sinergia¡±¡ª era que los trabajadores de las f¨¢bricas, las empresas estatales y comit¨¦s sectoriales utilizaran el sistema t¨¦lex o teletipo para remitir las cifras de consumo y producci¨®n a una oficina de la Corfo y esta los derivaba a un software ubicado en la Empresa Nacional de Computaci¨®n (Ecom). La computadora central procesar¨ªa la informaci¨®n, permitiendo que el Gobierno de Allende conociera al instante el estado de la econom¨ªa y pudiese actuar con gran agilidad. En esencia, ser¨ªa una red que conectar¨ªa a los trabajadores a lo largo de Chile. Por eso el proyecto se conoce como ¡°el internet socialista¡±.
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¡°Hay muchos mitos en torno a Cybersyn, muchos creen que de verdad funcion¨®¡±, sostiene el ensayista tecnol¨®gico Evgeny Morozov. A dos meses del 50 aniversario del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el Gobierno de Allende, el investigador bielorruso lanz¨® ayer un podcast (que ha elaborado, seg¨²n dice, a lo largo de dos a?os, con m¨¢s de 200 entrevistas) donde narra la historia oculta del experimento cibern¨¦tico a trav¨¦s de las voces de varios de sus protagonistas. Lo bautiz¨® Santiago Boys, en referencia a los ingenieros socialistas cercanos a Allende y en contraposici¨®n a los Chicago Boys, los economistas que implementaron el modelo neoliberal en la dictadura de Pinochet.
Uno de los mitos que aborda Morozov es el papel que desempe?¨® Cybersyn en la masiva protesta de 40.000 camioneros que paraliz¨® Chile en octubre de 1972. Durante 26 d¨ªas, no trasladaron ni alimentos ni combustible. ¡°Esto no es una protesta de camioneros, esto es un intento de golpe¡±, sostuvo Flores, revive el podcast. Alfredo Sep¨²lveda, autor de La Unidad Popular: los mil d¨ªas de Salvador Allende (2020), afirma en las grabaciones que los camioneros y clase media estaban en contra de la gesti¨®n del socialista: ¡°No compart¨ªan su visi¨®n. No quer¨ªan colectivismo¡±.
En el momento de la gran huelga, el proyecto cibern¨¦tico financiado por Corfo a¨²n no contaba con sus cinco patas en marcha. S¨ª se hab¨ªan colocado los t¨¦lex en las empresas nacionalizadas, capacitadas para compartir informaci¨®n con frecuencia con la sede de Santiago. La red permiti¨® dar directrices a los 200 camiones leales al Gobierno de Allende a lo largo del pa¨ªs. ¡°Flores mont¨® una oficina improvisada en La Moneda. Lo que hicieron con su equipo fue intentar resolver la huelga con el m¨¦todo de Beer. Aplicaron sus conceptos sobre c¨®mo distribuir autoridad entre las empresas y los gobiernos locales¡±, apunta Morozov.
Lo que no exist¨ªa para entonces era la Opsroom. Se trataba de la sala destinada a la toma de decisiones dise?ada por el alem¨¢n Gui Bonsiepe, con inspiraci¨®n futurista. Era un espacio hexagonal de 10 ¡Á 10, sin mesas de escritorio, con m¨¢quinas y pantallas en las paredes, y siete sillas ergon¨®micas posicionadas para mirar hacia el centro del recinto. Es la imagen m¨¢s ic¨®nica del proyecto y, seg¨²n la investigaci¨®n de Morozov, estuvo lista en noviembre de 1972 y nunca lleg¨® a instalarse en La Moneda como estaba pensado originalmente. ¡°Ninguna decisi¨®n importante se tom¨® en esa habitaci¨®n. Hubo otra sala en Corfo donde estaban los t¨¦lex conectados a las empresas de la red. Despu¨¦s del golpe, los militares estaban preocupados por esa, no por Opsroom¡±, afirma el escritor.
Tras los buenos resultados de Cybersyn durante el paro de camioneros, Allende nombr¨® a Flores como su ministro de Econom¨ªa, luego de Hacienda y finalmente de la Secretar¨ªa General de Gobierno, hasta el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973. Los trabajadores del proyecto hab¨ªan perdido a su principal puente con La Moneda, trastocando su ¨ªmpetu y abriendo una serie de dudas dentro del equipo. ¡°Dicen que los abandon¨¦, pero no es la realidad. El presidente me design¨® como ministro¡±, explica Flores, quien vive desde hace a?os en Estados Unidos, donde una de sus actividades principales es impartir cursos sobre el cambio cultural que producen los avances tecnol¨®gicos.
Santiago Boys es una historia que tiene dos lecturas, explica el investigador. Una es la de un grupo de pensadores ut¨®picos adelantados a su tiempo, y la otra, de c¨®mo estas ideas ut¨®picas pueden colisionar si no entienden la geopol¨ªtica. ¡°El legado de Cybersyn es el testamento de la ingenuidad¡±, se?ala Morozov, en alusi¨®n a c¨®mo los impulsores del proyecto ¡°subestimaron a sus enemigos¡±.
Los adversarios a los que se refiere no son solo la ofensiva de la Casa Blanca de Nixon, la CIA y el Departamento de Investigaci¨®n de Informaci¨®n brit¨¢nico (IRD). Tambi¨¦n el gigante tecnol¨®gico ITT, que controlaba cerca del 70% de la compa?¨ªa chilena de tel¨¦fonos. Ante las promesas de Allende de tener una econom¨ªa independiente y una tecnolog¨ªa propia, la multinacional estadounidense oper¨® junto a la agencia de inteligencia para boicotear la victoria del socialista y, luego, para desestabilizar su mandato. En septiembre de 1971 se expropiaron los activos de la telef¨®nica.
Las presiones externas, el malestar social debido a la alta inflaci¨®n y escasez de productos y las propias dudas del equipo de Cybersyn debilitaron el proyecto. Una de las interrogantes que quedaron en el aire es qu¨¦ hubiese ocurrido con ese experimento de controlar la econom¨ªa con t¨¦lex y computadoras. Morozov tiene una teor¨ªa: ¡°El golpe los salv¨®. El proyecto ten¨ªa un futuro incierto. Si hubieran tenido tres a?os m¨¢s, probablemente hubiese muerto. Se hubiese olvidado¡±.
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