V¨ªctor G¨®mez Pin, fil¨®sofo: ¡°Esperar de los perros el afecto de las personas no me parece un progreso¡±
El pensador barcelon¨¦s analiza nuestra relaci¨®n con los animales y con inteligencias artificiales que, dice, no sabr¨¢n reflexionar sobre Kant
V¨ªctor G¨®mez Pin es un pensador que cuando no puede dormir, en vez de contar ovejas, resuelve problemas matem¨¢ticos. Considerado como uno de los fil¨®sofos m¨¢s destacados de los ¨²ltimos a?os, merced a una prol¨ªfica obra que supera la docena de ensayos, anda preocupado en los ¨²ltimos tiempos por las inteligencias artificiales. De hecho, ha escrito un libro al respecto, a¨²n por editar.
Estudioso afrancesado que a los 17 a?os se fue a Par¨ªs y se form¨® en la Universidad de Sorbona, dio clases durante a?os en su ciudad natal, en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, y se granje¨® varios premios de ensayo (Anagrama, Espasa). A finales de septiembre particip¨® en las Conversaciones Literarias Formentor, celebradas este a?o en la estaci¨®n pirenaica de Canfranc (Huesca) y bautizadas con un t¨ªtulo sugerente: C¨ªborgs, androides y humanoides. Ciencia, paciencia y deficiencia. En un receso de las jornadas, concede una entrevista en la que demuestra ser un entusiasta de las ideas. A sus 79 a?os, cada vez que da con la f¨®rmula adecuada para expresar una idea, se iza sobre la silla, brinca, se viene arriba.
Pregunta. En El honor de los fil¨®sofos (Acantilado, 2020) sostiene usted que no debemos olvidar nuestra capacidad de interrogar y alude a nuestra ¡°entrega pasiva a la cotidianeidad¡±. ?Cada vez pensamos menos?
Respuesta. Nunca ha habido una buena ¨¦poca para el pensamiento. Ni para la poes¨ªa o el arte, se suele decir. La lucha por la dignidad del esp¨ªritu humano pasa por vencer la inercia, la pendiente que hace que seamos v¨ªctimas pasivas del tiempo.
P. ?Necesitamos m¨¢s poes¨ªa?
R. Antes de la mala educaci¨®n, que suele coincidir con la educaci¨®n, todos ¨¦ramos poetas.
P. Usted compara la educaci¨®n con un ¡°instrumento de doma¡±, m¨¢s orientado a formar piezas de un engranaje de producci¨®n que a ciudadanos cr¨ªticos. ?Es ese uno de los males de nuestro tiempo?
R. Bueno, no s¨¦ si solo de nuestro tiempo, pero me temo que eso ocurre. Pero lo que yo crea importa un pepino. A m¨ª las creencias no me interesan nada. Me molestan mucho los comentarios de eso que hoy llaman tertulianos: lo que ellos crean no tiene mucho inter¨¦s. Plat¨®n distingu¨ªa la opini¨®n fundada de la opini¨®n. En Twitter y todo este rollo cada uno dice lo que cree.
P. ?Pero c¨®mo ve la cuesti¨®n de la educaci¨®n?
R. Hubo un tiempo en que la izquierda, a la que yo pertenezco, no s¨®lo generacionalmente, sino espiritualmente, ofreci¨® una promesa de realizaci¨®n del esp¨ªritu humano liberado de la alienaci¨®n. Como dec¨ªa Arist¨®teles: todos los humanos aspiran por su naturaleza a conocer.
P. ?Y qu¨¦ le ha pasado a la izquierda?
R. Ha sido vencida. Cuando llegu¨¦ a Par¨ªs, con 17 a?os, ese proyecto te permit¨ªa vincular la lucha social, por el sentimiento de indignaci¨®n ante las condiciones de vida de la gente, a un proyecto de absoluto de la condici¨®n humana. Marx lo dice en los manuscritos del 44: el hombre ha de enfrentarse al problema total de la existencia.
¡°Hasta el capitalista hoy en d¨ªa tiene nostalgia de la humanidad del comunismo¡±
P. ?Sigue usted creyendo en el comunismo?
R. El proyecto se ha ido al carajo. Pero era maravilloso. La lucha social se ve¨ªa como la que nos permitir¨ªa alcanzar las condiciones de posibilidad de ser humanos. Lamento que se fuera al traste, pero hasta el capitalista lo lamenta, porque todo el mundo tiene nostalgia de su humanidad. Ha triunfado el capital.
P. ?Y eso es inexorable?
R. No lo s¨¦. Al haber sido vencida, la izquierda se atiene a lo que hay. La humanidad se ha degradado.
P. ?Y en qu¨¦ constata esa degradaci¨®n?
R. A nadie se le pasa ya por la cabeza que no es normal que una persona trabaje 12 horas (se suelen hacer 12 y cobrar ocho). Que la vida de un taxista de Barcelona consista en trabajar 12 horas, dormir ocho y en las que le quedan, ir al f¨²tbol. Esto se ha normalizado y es intolerable.
¡°La pol¨ªtica del Gobierno espa?ol con respecto a Catalu?a es la m¨¢s sensata que ning¨²n Gobierno ha tenido desde la Rep¨²blica¡±
P. En su ¨²ltimo libro, La Espa?a que tanto quisimos (Arpa, 2022), habla usted del conflicto pol¨ªtico de Catalu?a. ?C¨®mo valora la situaci¨®n actual?
R. La afronto con cierto optimismo esc¨¦ptico. Estoy bastante de acuerdo con la pol¨ªtica del Gobierno espa?ol con respecto a Catalu?a. Me parece la m¨¢s sensata que ning¨²n Gobierno ha tenido desde la Rep¨²blica. Y adem¨¢s creo que, a nivel emp¨ªrico, est¨¢ dando frutos positivos.
P. En otro de sus libros, Reducci¨®n y combate del animal humano (Ariel, 2014), denunciaba usted que nunca ha habido tantos millones de pobres y, mientras, a los animales dom¨¦sticos se les lleva al spa.
R. Antes a los animales se les ped¨ªa energ¨ªa y te devolv¨ªan energ¨ªa. El campesino alimentaba al perro que le cuidaba el ganado. Ahora se invierte energ¨ªa en el perro y se le exige cari?o. Cuando el can ten¨ªa su lugar, el cari?o se le exig¨ªa al hijo.
P. ?No hay espacio para los dos?
R. S¨ª, siempre lo hubo. En cualquier caso, yo me considero ecologista. Quiero a los animales en su espacio, nunca sacrificar su naturaleza. Un perro, sobre todo si es grande, reducido a un espacio urbano, est¨¢ siendo desnaturalizado. Lo dec¨ªa el propio Peter Singer. Maltrato puede ser tener a un can en un espacio de 40 metros. No me parece un progreso en la civilizaci¨®n que el afecto que podr¨ªamos esperar de las personas lo esperemos de los perros.
¡°Esperar de los perros el afecto de las personas no me parece un progreso de la civilizaci¨®n¡±
P. Uno de los temas que se aborda en estas jornadas literarias es el de la pesadilla de robots que nos van a sustituir y someter. ?C¨®mo asiste usted a este proceso?
R. Hay gente muy preocupada por saber si las inteligencias van a sustituir a los abogados, a los guionistas¡ A m¨ª eso me preocupa como ciudadano. Pero no creo que un algoritmo pueda reflexionar conceptualmente sobre el imperativo categ¨®rico de Kant como reflexionamos nosotros. Puede que conozca toda la ciencia que conocemos, pero dudo que pueda producir algo que la ciencia a¨²n no conoce.
P. De todo a lo que estamos asistiendo en el mundo, ?cu¨¢l es el fen¨®meno que m¨¢s le preocupa?
R. El nihilismo. No hay ning¨²n partido pol¨ªtico ni ning¨²n pa¨ªs que ponga en primer t¨¦rmino la exigencia de la dignidad humana.
P. ?Ning¨²n partido pol¨ªtico lucha por la dignidad humana?
R. Ninguno. Otra cosa es la ret¨®rica. La motivaci¨®n de la Revoluci¨®n de Octubre era la causa de la dignidad humana.
P. Para usted el fracaso de la Revoluci¨®n de Octubre es el fracaso de la humanidad.
R. S¨ª, es el fracaso de la humanidad. No cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn, para entonces hac¨ªa tiempo que ya hab¨ªa fracasado.
P. ?Y usted cree que es posible que haya una nueva revoluci¨®n?
R. No s¨¦. Pero no querr¨ªa morir enga?¨¢ndome al respecto. La Revoluci¨®n de Octubre fracasa y ah¨ª fracasa un proyecto de dignificaci¨®n de la condici¨®n humana. Como dicen en franc¨¦s, il ne faut pas mourir aveugle [no hay que morir en la ceguera].
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