Sobre la mortandad de los berberechos
Es un titular estilo Forges, pero no lo he forzado nada, hablo de un hecho cient¨ªfico: los moluscos est¨¢n palmando en masa, en Galicia es una masacre. Menos mal que hay manera de no pensar en ello
Tengo debilidad por los titulares estilo Forges, pero no lo he forzado nada, hablo de un hecho cient¨ªfico: los berberechos est¨¢n palmando en masa, en Galicia es una masacre. Ni usted ni yo somos berberechos y no lo vivimos dram¨¢ticamente, pero imagine si fuera usted uno. Es para estar muy deprimido, no hay imagen m¨¢s desoladora que un berberecho triste, en su inexpresividad. Claro, si no lo cuentan, si no se abren, c¨®mo te vas a enterar. Pero era una noticia del peri¨®dico del mi¨¦rcoles, el mismo d¨ªa en que la cumbre del clima de Dub¨¢i conclu¨ªa con el compromiso, de aquella manera, de eliminar los combustibles f¨®siles para 2050. Son dos noticias relacionadas, como otras que aparecen por ah¨ª a diario, pero que preferimos no relacionar. Nadie es capaz de autoenga?arse como yo y ese d¨ªa logr¨¦ no pensar en ello. Pero los n¨²meros volv¨ªan a mi cabeza: en Pontevedra, principal productora, la mortandad del berberecho supera el 95% y, la de almeja jap¨®nica, el 75%. Seg¨²n los cient¨ªficos, que avisan desde hace a?os, se debe al cambio clim¨¢tico, a las especies invasoras (por eso mismo) y a la contaminaci¨®n. La baja salinidad, por el aumento de borrascas, y el calor, les asfixian.
Ante esto caben dos posturas. Bueno, tres. Una: preocuparse. Dos: no preocuparse (si no te gustan los berberechos, por ejemplo). Tres, la de estos tiempos: preferir creer que es mentira. De hecho, ante el desasosiego que me entr¨®, ?qu¨¦ hice? Pues buscar art¨ªculos y columnistas que me desmintieran esto del cambio clim¨¢tico, a ser posible ri¨¦ndose de ello, y me qued¨¦ mucho m¨¢s tranquilo. Vivo mucho mejor pensando que es mentira. Paso ya de los berberechos. Hasta que no hagan una serie no nos enteramos ni tomamos en serio las noticias reales, porque ya solo como ficci¨®n son cre¨ªbles.
Si los berberechos leen los peri¨®dicos, el Berberecho Times o lo que lean, saben que no hay esperanza: si ni siquiera hacemos nada para parar la masacre en Gaza, y se trata de seres humanos, qu¨¦ van a esperar ellos. Pero aprovechemos esta ventana de oportunidad de las Navidades, el ¨²nico momento en que pueden ser noticia. Ya saben: el marisco est¨¢ por las nubes y deber¨ªas saber que tiene que ver con el cambio clim¨¢tico (en la tendencia de titulares que ri?en).
Pero no es tan f¨¢cil. Para mucha gente esto ser¨¢ el mercado, amigo. El giro final m¨¢s maravilloso es considerar que, si se proponen medidas para solucionarlo, es un ataque personal, y no descarto que los berberechos puedan ser un colectivo antisistema: c¨®mo se permiten amenazar as¨ª nuestro modo de vida ¨Ddejemos a un lado el de los berberechos¨D, cuando lo t¨ªpico siempre ha sido comer unos berberechos en Navidad. A¨²n dir¨ªa m¨¢s, est¨¢n amenazando nuestra libertad. Y las miles de familias afectadas piden subvenciones, otro chiringuito.
Ya, no todos le dan prioridad a lo mismo. Ya s¨¦ que el lenguaje simb¨®lico es la originalidad de nuestra especie, pero ¨²ltimamente pega muy fuerte. ?Qu¨¦ es m¨¢s cortina de humo para no hablar de otra cosa, que Espa?a se rompe o el cambio clim¨¢tico? Jaime Mayor Oreja, por ejemplo, se lo explic¨® a los ni?os de un colegio concertado que pagamos con nuestros impuestos: quien est¨¢ ante el abismo es Espa?a. Bueno, es una opini¨®n, pero lo de los berberechos y el mundo es un dato cient¨ªfico. De hecho, si se les pregunta a los ni?os s¨ª que lo tienen claro, no hay que adoctrinarles ni nada, hasta un ni?o lo entiende a la primera, sobre todo porque lo pagar¨¢n ellos (es el mercado, amigo).
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.