Alerta en Galicia por la falta de marisco: ¡°El mar est¨¢ dejando de producir¡±
Las mariscadoras reclaman medidas urgentes mientras investigadores universitarios demuestran c¨®mo la meteorolog¨ªa extrema que trae el cambio clim¨¢tico acaba con la almeja y el berberecho
Las mariscadoras gallegas est¨¢n inquietas. Rita M¨ªguez lleva 16 a?os sementando y recolectando manjares en la r¨ªa de Vigo y su dictamen es claro: ¡°El mar est¨¢ dejando de producir. Reservas una zona sin trabajar un a?o y, cuando vas y esperas encontrar almeja de talla comercial, no hay nada. Estamos muy preocupadas por nuestro futuro¡±. A 200 kil¨®metros, en las bravas R¨ªas Altas, ¡°la bajada es tremenda¡±, coincide Cristina Fern¨¢ndez, portavoz de las mariscadoras de Cari?o (A Coru?a). En los laboratorios de la Universidad de Vigo han hallado al menos una parte de la respuesta y tiene que ver con los fen¨®menos meteorol¨®gicos del cambio clim¨¢tico.
M¨ªguez, presidenta de la asociaci¨®n de mariscadoras de Arcade (Soutomaior-Pontevedra), explica que cada a?o ella y sus compa?eras invierten su dinero y esfuerzo en sementar ciertas zonas, pero los bivalvos ya no crecen o directamente mueren: ¡°Hace a?os sal¨ªa adelante el 80%, hoy no llega a la mitad¡±. Los problemas empez¨® a notarlos hace ocho a?os con la almeja fina. Dejaron de cogerla para que se recuperara, pero no lo consiguieron, ¡°se muere toda¡± sin remedio. Ahora est¨¢ ocurriendo lo mismo con la variedad te¨®ricamente m¨¢s resistente, la jap¨®nica. Y el berberecho, diezmado por un par¨¢sito desde hace una d¨¦cada, tampoco levanta cabeza. Desde Cari?o, Fern¨¢ndez cuenta que en marzo de 2021 dejaron de extraer almeja porque ya no queda. Y con el longueir¨®n, otra especie que se desentierra de la arena, van camino de lo mismo.
Contaminaci¨®n, especies invasoras y cambio clim¨¢tico son algunos de los factores que se manejan en el sector marisquero como causantes de este descenso de capturas. Las mariscadoras urgen medidas. ¡°La Xunta, las cofrad¨ªas y las universidades tienen que sentarse. Los cient¨ªficos tienen que buscar el porqu¨¦ y si hay que cambiar algo, lo cambiamos. Las mariscadoras mimamos nuestro entorno porque es el que nos da de comer. Haremos lo que nos digan los t¨¦cnicos¡±, afirma M¨ªguez. Desde la r¨ªa m¨¢s rica de Galicia, la portavoz de las mariscadoras de A Illa de Arousa, Carmen Dios Castro, cree que a¨²n se est¨¢ ¡°a tiempo de hacer algo antes de que la cosa se ponga peor¡±: ¡°Los mariscadores hacemos nuestro trabajo porque es nuestra supervivencia, pero hay problemas que no sabemos qu¨¦ los causa ni c¨®mo afrontarlos; no tenemos carrera universitaria, pero sabemos perfectamente lo que sucede, aunque no sepamos darle nombre cient¨ªfico¡±.
Parte de las respuestas a las preguntas que lanzan las mariscadoras las tiene Elsa V¨¢zquez Otero, catedr¨¢tica de Zoolog¨ªa en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Vigo, que lleva a?os investigando una parte de los factores que pueden explicar estos cambios. Desde 2014 su equipo ha indagado en los efectos que tienen en los bivalvos la baja salinidad del mar y el calentamiento de la arena que provocan los cada vez m¨¢s frecuentes episodios de lluvias torrenciales y olas de calor en Galicia. Estos investigadores reproducen en el laboratorio condiciones reales que se han dado ya en la costa gallega y luego observan qu¨¦ ocurre con dos de las especies m¨¢s demandadas en los mercados: las almejas (tanto la fina como la babosa y la jap¨®nica) y los berberechos.
Las inusuales lluvias torrenciales que en los ¨²ltimos a?os azotan Galicia han llegado a bajar la salinidad del mar, de forma brusca y durante d¨ªas, hasta un 60%. Si los par¨¢metros normales en el interior de las r¨ªas rondan los 30 gramos de sal por litro de agua (un poco menos en invierno), V¨¢zquez y su equipo han obtenido mediciones de entre 5 y 10 gramos por litro despu¨¦s de producirse aguaceros extremos. La zo¨®loga explica que, ante condiciones tan hostiles, almejas y berberechos se cierran a cal y canto para protegerse, esperando a que la marea suba e incremente la salinidad. Pero como la situaci¨®n persiste, finalmente no les queda otra que abrir sus conchas y el ¡°choque¡± con un mar tan poco salado ¡°descontrola su fisiolog¨ªa¡±. ¡°Si eso ocurre durante varios d¨ªas, el bivalvo no da para m¨¢s, no es capaz de resistir y se muere¡±, advierte. Si, en el mejor de los casos, logra sobrevivir, a?ade V¨¢zquez, sus funciones vitales se ven alteradas y disminuye su crecimiento y reproducci¨®n.
Con las temperaturas extremas pasa algo parecido. En olas de calor como las de este verano, la marea baja es un horno para los bivalvos. V¨¢zquez explica que almejas y berberechos se entierran todo lo que pueden en la arena buscando el fresco, pero solo pueden hacerlo hasta un tope: la longitud de los tubos llamados sifones a trav¨¦s de los que respiran y que tienen que alcanzar la superficie. Los efectos de esta estresante situaci¨®n se repiten: mortandad y merma en el crecimiento y reproducci¨®n. ¡°En junio simulamos una ola de calor de cuatro d¨ªas y acabamos de tener una de seis¡±, apunta la cient¨ªfica.
En la r¨ªa de Arousa, cofrad¨ªas de pescadores y ecologistas, unidos en una plataforma que desde hace a?os denuncia el deterioro de la zona, ponen el foco en los datos oficiales de la Xunta. Seg¨²n estos registros, la producci¨®n de almeja cay¨® desde 2000 a menos de la mitad y la de berberecho ha ido retrocediendo desde 2008 hasta quedarse en solo un 23% de extracciones en la pasada campa?a. Las mariscadoras de A Illa de Arousa coinciden en que el cambio en la cantidad y tama?o de los bivalvos ¡°es una realidad palpable en toda la r¨ªa¡± que se ha agravado incluso en los dos ¨²ltimos a?os. ¡°Desde hace a?os notamos la ca¨ªda paulatina de berberecho, que fue un puntal econ¨®mico para el sector, y una ralentizaci¨®n del crecimiento de la almeja, pero los dos ¨²ltimos a?os han sido fat¨ªdicos y estamos ante un declive de la producci¨®n¡±, lamenta Carmen Dios.
En esta r¨ªa, un 75% de la producci¨®n de bivalvos ya se obtiene por aportaci¨®n de semilla porque, si no, ya no habr¨ªa pr¨¢cticamente ejemplares para vender. ¡°Cuando era ni?a, en la playa, para coger un pu?ado de arena para hacer un castillo hab¨ªa que separar el marisco, pero hoy esa abundancia es parte del pasado y estamos metidos en un c¨ªrculo vicioso que no se acaba de aclarar. Y la proliferaci¨®n de algas por el uso de fertilizantes tambi¨¦n est¨¢ restando ox¨ªgeno a las especies¡±, explica Dios, que es mariscadora desde los 14 a?os y ahora tiene 46.
La Conseller¨ªa do Mar de la Xunta reconoce la influencia del cambio clim¨¢tico en la producci¨®n marisquera, pero apunta tambi¨¦n a otros factores como patolog¨ªas, depredadores o situaciones excepcionales como la pandemia. A su juicio, las variaciones que arrojan las cantidades de marisco extra¨ªdas, tanto al alza como a la baja, revelan que los efectos en la producci¨®n son desiguales seg¨²n las zonas. El pasado a?o se vendieron en las lonjas gallegas m¨¢s de 7.000 toneladas de moluscos bivalvos, una cifra levemente inferior a las 8.000 comercializadas de media desde 2014. La mala situaci¨®n de unas r¨ªas, esgrime, se compensa con la de otras que est¨¢n mejor.
Frente a los estudios cient¨ªficos que constantemente reclama el sector, Mar defiende el ¡°seguimiento constante¡± del estado de los bancos marisqueros que se est¨¢ realizando y el trabajo ¡°intenso¡± que se desarrolla en colaboraci¨®n con las cofrad¨ªas de pescadores all¨ª donde se detectan descensos en la producci¨®n. ¡°Entendemos que el impacto del cambio clim¨¢tico deber¨ªa ser generalizado, pero el an¨¢lisis de los datos muestra que hay zonas, independientemente de su situaci¨®n geogr¨¢fica, que est¨¢n en peor situaci¨®n, como pueden ser las r¨ªas de Arousa y Ferrol, en las se est¨¢ trabajando intensamente para impulsar su productividad, mientras que otras est¨¢n logrando buenos resultados, como las r¨ªas de Muros, Noia y Pontevedra¡±, subraya la conseller¨ªa.
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