?Europa, despertemos!
Est¨¢ en juego el alma europea, si la UE es un proyecto de ¨¦lites y si puede democratizarse
Ha tenido que ser el m¨¢s viejo de todos, Edgar Morin, de 103 a?os, intelectual comprometido, el que ha tenido que publicar este bocinazo (?Despertemos!, Paid¨®s) para alertar sobre la situaci¨®n de la Tierra y c¨®mo abordarla bajo un pensamiento complejo. Y es una suerte poder leerlo en medio de la campa?a de las elecciones europeas, pues Europa es una de las zonas m¨¢s afectadas por la emergencia clim¨¢tica. Morin hace un llamamiento a despertar las conciencias ante un conjunto compuesto por los atentados terroristas, crisis econ¨®micas, el hundimiento del mito del progreso eterno, la incertidumbre que suscita el presente y todav¨ªa m¨¢s el futuro y, finalmente, la policrisis de la pandemia. Ello ha generado una fuerte angustia en la ciudadan¨ªa y, en ausencia de un gran movimiento pol¨ªtico portador de esperanza, estas inquietudes favorecen el repliegue identitario, revitalizan los racismos que se confunden con las ra¨ªces, y despiertan los supremacismos.
Las ¨²ltimas elecciones al Parlamento Europeo, en 2019, estuvieron marcadas por las movilizaciones. Hong Kong, Par¨ªs, Beirut, Argelia, Santiago de Chile, Bogot¨¢, etc¨¦tera, hasta el punto de que aquel a?o qued¨® marcado como ¡°el a?o de las protestas¡±. El estallido de ira visibiliz¨® el descontento, la desigualdad y la polarizaci¨®n pol¨ªtica. Se habl¨® de la globalizaci¨®n del malestar, de la ira global. Pronto se fueron los Trump, Bolsonaro, Pi?era, Boris Johnson, etc¨¦tera, y llegaron los Gabriel Boric, Lula da Silva, Biden, etc¨¦tera. En Espa?a la doble cita electoral dej¨® un escenario de inestabilidad. Nunca hubo tanto desconcierto, nunca el ma?ana pareci¨® tan imprevisible. La sentencia del proc¨¦s y las consiguientes protestas callejeras en Barcelona, el descalabro de Ciudadanos y el ascenso de Vox preludiaban otros tiempos. No en todos los lugares las movilizaciones tuvieron id¨¦nticas causas. Hubo una reivindicaci¨®n democr¨¢tica pero tambi¨¦n protestas contra la corrupci¨®n, la desastrosa situaci¨®n de los servicios p¨²blicos, el aumento de los precios, del desempleo y de las desigualdades. Y la ineptitud de los gobiernos.
Ahora, ante las elecciones de estos d¨ªas al Parlamento Europeo, todos los sondeos indican que hay un giro hacia la derecha, e incluso hacia la extrema derecha. Y en EE UU existe la posibilidad nada irreal de que Donald Trump vuelva a ocupar la Casa Blanca. La cuesti¨®n es que esas fuerzas extremas (entre las que se ha instalado la espa?ola Vox) se salen de casi todos los par¨¢metros (ampliaci¨®n, financiaci¨®n, inmigraci¨®n,¡) y est¨¢n fuera del consenso europe¨ªsta. Por ello se han convertido estas elecciones en tan significativas. Es factible una nueva mayor¨ªa que recoja el malestar social. Adem¨¢s, la brecha urbano-rural, que se ha plasmado en las manifestaciones continuas de agricultores y ganaderos, describe una nueva ¡°geograf¨ªa del descontento¡± a la que parece haberse sumado una parte al menos de la derecha tradicional. Se estima que alrededor del 70% de la legislaci¨®n nacional tiene su origen en decisiones comunitarias.
Entre los asuntos que deber¨¢ tomar el nuevo Europarlamento (y la nueva Comisi¨®n) est¨¢n la agenda verde, la ampliaci¨®n de la UE a nuevos miembros (con decisiones tan sustantivas como qu¨¦ hacer con Ucrania), la pol¨ªtica de defensa y la autonom¨ªa estrat¨¦gica de la regi¨®n, y el debate sobre los recursos propios de la Uni¨®n. Si los ultras avanzan mucho se endurecer¨¢ aun m¨¢s una err¨¢tica pol¨ªtica migratoria, se fulminar¨¢ el pacto verde, la defensa de la familia tradicional conllevar¨¢ retrocesos en los derechos del colectivo LGTBI, se promover¨¢n de nuevo las pol¨ªticas econ¨®micas de ajuste y control del gasto independientemente de las condiciones de cada pa¨ªs y, sobre todo, tratar¨¢n de recuperar el poder ¡°nacional¡± (la soberan¨ªa) que la UE les ha confiscado. Todo ello supondr¨ªa destruir una buena parte de lo que se ha construido en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Los m¨¢s europe¨ªstas entienden que en estas elecciones est¨¢ en juego el alma de Europa. La cuesti¨®n de fondo es si Europa es un proyecto de ¨¦lites y si puede democratizarse m¨¢s.
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