El PP brutaliza a las instituciones y el PSOE se desentiende de su defensa
La renovaci¨®n del Gobierno de los jueces es una excelente noticia, pero los elegidos tendr¨¢n que demostrar su rigor m¨¢s all¨¢ del bipartidismo
¡°Nadie puede ser descalificado como juez en raz¨®n de sus ideas (¡) La afinidad ideol¨®gica no constituye por s¨ª sola causa de recusaci¨®n (¡) porque no es en ning¨²n caso factor que meng¨¹e la imparcialidad para juzgar¡±. El Tribunal Constitucional modific¨® en 2021 la doctrina sobre recusaciones. Pero una cosa es pensar que un juez puede tener afinidad ideol¨®gica con un partido y otra, que se nombre magistrado del Tribunal Constitucional a alguien que ha ...
¡°Nadie puede ser descalificado como juez en raz¨®n de sus ideas (¡) La afinidad ideol¨®gica no constituye por s¨ª sola causa de recusaci¨®n (¡) porque no es en ning¨²n caso factor que meng¨¹e la imparcialidad para juzgar¡±. El Tribunal Constitucional modific¨® en 2021 la doctrina sobre recusaciones. Pero una cosa es pensar que un juez puede tener afinidad ideol¨®gica con un partido y otra, que se nombre magistrado del Tribunal Constitucional a alguien que ha descalificado radicalmente un proyecto de ley y que ahora vaya a participar en el examen de un recurso de inconstitucionalidad sobre ese texto legal.
Es exactamente lo que va a ocurrir, si nadie lo remedia, con el nuevo magistrado del Tribunal Constitucional, Jos¨¦ Mar¨ªa Mac¨ªas, que con todo desparpajo ha manifestado, en repetidas ocasiones, su rechazo frontal a la ley de amnist¨ªa aprobada por el Congreso, calific¨¢ndola de ¡°ruptura del marco constitucional y desprecio al marco constitucional que esto supone¡±. ?Imparcial? ?Habr¨¢ que recordar que en su d¨ªa un magn¨ªfico constitucionalista llamado Pablo P¨¦rez Tremp fue recusado para examinar el recurso de inconstitucionalidad contra el estatuto de Catalu?a porque hab¨ªa participado en un libro, con 10 firmantes m¨¢s, sobre ese tema?
El problema con el se?or Mac¨ªas no es que tenga ¡°afinidad¡± con el Partido Popular, que la tiene, ni tan siquiera que haya despreciado p¨²blicamente al Gobierno (¡°Ni el Derecho ni el Estado va con este gobierno¡±), sino que, antes incluso de que llegue al TC el recurso del PP sobre la mencionada ley ya sabemos todos lo que piensa y lo que va a votar, pase lo que pase. El se?or Mac¨ªas no deber¨ªa ni acercarse a la sala del TC donde se debata ese asunto.
?Por qu¨¦ propone el PP como miembro del Constitucional a una persona con semejantes antecedentes? Lamentablemente, es posible que lo haga precisamente por eso. ?Por qu¨¦ acepta el PSOE a semejante candidato? Lamentablemente, porque sab¨ªa que de eso depend¨ªa el acuerdo final sobre la renovaci¨®n del Consejo del Poder Judicial. Un mal menor disculpable. Pero el PSOE lleva mucho tiempo pensando que no pasa nada por desentenderse de la imagen de las instituciones y que lo importante es respetar el cupo de cada cual, al margen del curr¨ªculo de los integrantes de cada uno de esos cupos. Tan poco le preocupa la imagen de las instituciones que ellos mismos propusieron hace poco como nuevo miembro del TC a un exministro de Justicia de su gobierno, sin esperar siquiera a que se cumpliera un m¨ªnimo plazo de dos a?os entre una cosa y otra.
La brutalidad del PP en su desprecio por las instituciones se compagina bien con la capacidad del PSOE para desentenderse de su defensa. (?C¨®mo es posible que el Rey viaje en visita oficial sin estar acompa?ado por un ministro que se responsabilice de sus declaraciones y actos? El Gobierno tiene 22 ministros y s¨®lo la falta de inter¨¦s en el tema puede llevar a semejante situaci¨®n).
La renovaci¨®n del CGPJ es una gran noticia porque el deterioro y esc¨¢ndalo a que estaba sometido imped¨ªa el funcionamiento normal de los tribunales de Justicia. Pero el nuevo Consejo tiene un dif¨ªcil trabajo por delante. Ha sido elegido con la f¨®rmula m¨¢s cl¨¢sica de cupos bipartidistas, 10 para ti y 10 para m¨ª, aunque parece que en esos cupos se ha logrado incorporar a juristas de amplio curr¨ªculo y val¨ªa. Excelente noticia. Ahora tendr¨¢n que demostrar que, efectivamente, pueden tener afinidades ideol¨®gicas, pero que est¨¢n dispuestos a trabajar con rigor para recuperar la imagen y el prestigio del ¨®rgano de gobierno de los jueces.
El Tribunal Constitucional, por su parte, deber¨¢ decidir hasta qu¨¦ punto est¨¢ dispuesto a que se deteriore la suya. ¡°Lo ¨²nico que deber¨ªa importar es el prestigio de ese Tribunal¡±, reclam¨® su primer titular y eso no ser¨¢ posible si acepta que se le utilice para provocar desgastes pol¨ªticos entre fuerzas parlamentarias. La ra¨ªz ¨²ltima de los males del Tribunal, escribi¨® el gran jurista Francisco Rubio Llorente, es el uso que hacen las minor¨ªas parlamentarias del recurso de inconstitucionalidad para continuar all¨ª el debate pol¨ªtico. ¡°De ah¨ª, su af¨¢n por contar con ¡®magistrados sensibles¡¯ a sus planteamientos, cuantos m¨¢s mejor, y de ah¨ª tambi¨¦n la visi¨®n que nuestra sociedad tiene de ¨¦l como un ¨®rgano pol¨ªtico¡±. Ojal¨¢ la mayor¨ªa de los miembros del actual TC hayan le¨ªdo a Rubio Llorente, a Francisco Tom¨¢s y Valiente o a Manuel Garc¨ªa Pelayo. No es nada seguro.
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