De c¨®mo Trump transform¨® el ¡®viejo gran partido¡¯ para llevarlo a la extrema derecha
Hay estadounidenses convencidos de que los dem¨®cratas son de extrema izquierda
Uno de los ¨¦xitos de Kamala Harris ha sido el de calificar a Trump y su equipo como ¡°unos tipos raros¡±. Viendo la actuaci¨®n del republicano en el debate de esta semana entre los dos candidatos presidenciales de EE UU, se comprende. En los momentos m¨¢s ¨¢lgidos de los bulos que escupi¨®, Trump semejaba a Ub¨² Rey, aquel personaje del dramaturgo franc¨¦s Alfred Jarry, una representaci¨®n de lo grotesco y lo humanamente innoble del poder pol¨ªtico, que comenzaba con la siguiente admonici¨®n: ¡°?Mierdre!¡± (variaci¨®n de ¡°merde¡±).
?Es Trump una anomal¨ªa en el sistema pol¨ªtico americano por la divisi¨®n ideol¨®gica y casi f¨ªsica que ha generado entre la ciudadan¨ªa? ?Ha transformado el ¡°viejo gran partido¡± y sustituido su alma con un enorme giro a la derecha? El polit¨®logo Roger Senserrich, que ha escrito un interesante libro (Por qu¨¦ se rompi¨® Estados Unidos, Debate), opina que no es una anomal¨ªa. Es producto de circunstancias como un sistema pol¨ªtico disfuncional que opera bajo una Constituci¨®n anticuada (en el que no es el voto popular sino el colegio electoral el que decide el ganador a unas presidenciales); una guerra civil cerrada en falso; una democracia incompleta que hasta la lucha por los derechos civiles de los a?os sesenta ni siquiera inclu¨ªa a todos sus ciudadanos; una serie de decisiones y estrategias del Partido Republicano bajo el mandato de Richard Nixon, as¨ª como la transformaci¨®n de las leyes y las instituciones, que han acabado por polarizar la pol¨ªtica hasta l¨ªmites in¨¦ditos en los dos ¨²ltimos siglos; etc¨¦tera.
Los analistas coinciden en que la campa?a electoral ha entrado en una etapa decisiva apenas ocho semanas antes de su fin. Dadas las expectativas de que Harris venza, lo que se?ala la mayor parte de las encuestas actuales, prev¨¦n que emerja el Trump m¨¢s brutal. Hay que tom¨¢rselo en serio: frente a la incompetencia que manifest¨® en su primer mandato (2016-2020), ahora hay otro Trump. El economista Daron Acemoglu explica que la amenaza de Trump a la democracia es hoy mayor por una suma de elementos: porque su furia ha crecido, porque tendr¨¢ m¨¢s estudiadas y controladas las designaciones de los funcionarios de alto nivel que le van a acompa?ar, porque la polarizaci¨®n ha aumentado el culto a su personalidad (los trumpistas son m¨¢s trumpistas que antes), por los propios errores de los dem¨®cratas que en algunos casos han llevado la defensa de algunas posiciones woke (identitarias) al l¨ªmite y hay votantes que se han convencido de la falacia de que los dem¨®cratas de Harris y Biden son de extrema izquierda, y porque por todo lo anterior una acci¨®n eficaz de la sociedad civil se vuelve m¨¢s dif¨ªcil.
En este contexto la situaci¨®n de la econom¨ªa ser¨¢ m¨¢s determinante que nunca. Un sondeo de The New York Times y Siena College del mes de mayo daba una ventaja de 20 puntos a Trump sobre Biden; esa ventaja se redujo a seis puntos justo antes de la nominaci¨®n de Harris, y otro sondeo del Financial Times de hace unos d¨ªas ya daba a la dem¨®crata por delante y volcaba la tendencia. Los datos macroecon¨®micos contienen de todo: la inflaci¨®n ha bajado al 2,9% despu¨¦s de haber llegado al 9,1% en junio de 2022, pero el precio de los alimentos sigue siendo bastante m¨¢s elevado que hace tres a?os; el d¨¦ficit y la deuda p¨²blica (7,5% y alrededor del 100% del PIB) son muy altos; y el desempleo sigue en porcentajes de pleno empleo, aunque ha subido en las dos ¨²ltimas mediciones, activ¨¢ndose lo que se denomina por los economistas la ¡°regla de Sham¡±, que augura una recesi¨®n cuando la tasa de paro promedia de los ¨²ltimos tres meses supera en 0,5% a su m¨ªnimo en el ¨²ltimo a?o. Esa regla ha predicho correctamente cada una de las nueve ¨²ltimas recesiones en EE UU.
Si se acelera la posibilidad de recesi¨®n en estas semanas o la econom¨ªa contin¨²a en un ¡°aterrizaje suave¡±, tendr¨¢ consecuencias para la elecci¨®n presidencial. Kamala Harris ha sustituido la obsesi¨®n de Biden por el empleo por la de recuperar la calidad de vida para la clase media, en la que se incluye la mayor parte del electorado.
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