Cerco y ca¨ªda de Joseph Estrada
As¨ª, Estrada se vio obligado a abandonar la Presidencia en medio de una revuelta popular organizada por la oposici¨®n y la Iglesia Cat¨®lica, cuando estaba siendo juzgado en el Senado por corrupci¨®n. De hecho, ante la sospecha de que fuera responsable de un masiva evasi¨®n de capital, el nuevo Gobierno congel¨® una de sus cuentas corrientes, donde se cree que hay hasta 350 millones de pesetas.
Tras su derrocamiento, tal y como ha sucedido con el tambi¨¦n ex presidente Slobodan Milosevic, los tribunales de su pa¨ªs han abierto un proceso que se prev¨¦ largo y al que se han ido sumando nuevas causas contra ¨¦l, varios miembros de su familia y algunos de sus socios.
El inicio del cerco a Estrada comenz¨® el pasado octubre, cuando un gobernador provincial le acus¨® de dirigir una red de apuestas ilegales que le hab¨ªa supuesto unos beneficios de 10.000 millones de pesetas en dinero negro.
En noviembre, el Parlamento puso en marcha su destituci¨®n, bloqueada poco despu¨¦s por sus adeptos, que ganaron una votaci¨®n en la que se dirim¨ªa la aportaci¨®n de las pruebas bancarias del presunto delito. En los siguientes tres meses se produjo un aluvi¨®n de informaciones que acab¨® por generar un movimiento cuidadano de rechazo.
Los cargos presentados contra ¨¦l hasta el momento van desde malversaci¨®n de fondos p¨²blicos y corrupci¨®n a perjurio, en un pa¨ªs en el que la corrupci¨®n sigue siendo generalizada 15 a?os despu¨¦s del final de la dictadura de Ferdinand Marcos. Los indicios, basados en los movimientos de sus cuentras corrientes, hablan de un desfalco de 60 millones de d¨®lares (m¨¢s de 10.000 millones de pesetas).
El primer acto de esta pugna judicial se desarroll¨® el pasado 4 de abril, cuando el Tribunal Supremo le deneg¨® la inmunidad presidencial, unos privilegios con los que se hab¨ªa escudado hasta entonces para eludir la acci¨®n de la justicia. Esta decisi¨®n abri¨® la puerta a un posible juicio contra el ex mandatario, acusado ese mismo d¨ªa de ocho cargos de corrupci¨®n y malversaci¨®n de fondos, que suman 4.000 millones de pesos (unos 14.800 millones de pesetas).
Despu¨¦s, el 16 de abril, el Tribunal Anticorrupci¨®n emiti¨® una orden de arresto contra ¨¦l por cargos de corrupci¨®n y perjurio. Horas m¨¢s tarde, el ex presidente se entreg¨® voluntariamente, pero qued¨® en libertad provisional bajo una fianza de casi 150.000 pesetas.
D¨ªas despu¨¦s, la justicia filipina retir¨® cinco de las ocho acusaciones, pero los tres cargos que se mantuvieron son los m¨¢s graves de la lista.
Mientras tanto, en el pa¨ªs se iniciaban los movimientos pol¨ªticos para evitar que Estrada llegue a entrar en la c¨¢rcel y que su presencia en el pa¨ªs perturbe al nuevo Gobierno, que apuntan un doble juego: procesarle pero conseguir que se exilie antes.
El pa¨ªs se ha mostrado dividido en torno al derrocamiento y la persecuci¨®n judicial del ex presidente. Si bien medio mill¨®n de personas marcharon hacia el palacio presidencial para pedir su renuncia, gran parte de la poblaci¨®n, sumida en la pobreza, le apoya.
Votado por 11 millones de filipinos, asumi¨® la Presidencia en 1998, en lo que parec¨ªa ser el papel m¨¢s importante de este popular ex actor de 64 a?os, apodado cari?osamente Earp por su p¨²blico.
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