Las autoridades paquistan¨ªes permiten la entrada de 500 ni?os y mujeres afganos
El Gobierno de Islamabad decide la acogida de los refugiados m¨¢s "vulnerables"
Las autoridades paquistan¨ªes han autorizado esta ma?ana a cruzar la frontera a cerca de 500 mujeres y ni?os afganos. Sin embargo todav¨ªa son miles los refugiados afganos que se agolpan al otro lado de la frontera huyendo de los bombardeos estadounidenses.
En el puesto fronterizo de Chaman (oeste de Pakist¨¢n) otros refugiados que permanecen bloqueados en la frontera comenzaron a tirar piedras sobre los guardias fronterizos paquistan¨ªes, y un centenar de ellos consiguieron entrar en Pakist¨¢n tras cortar las alambradas.
Las 500 mujeres y ni?os, por su parte, atravesaron la frontera tras haber sido controladas por las autoridades paquistan¨ªes, que se han comprometido recientemente a dejar entrar a las personas "m¨¢s vulnerables".
Las autoridades paquistan¨ªes, que por regla general permiten cruzar la frontera a los heridos de guerra y a los que portan consigo documentaci¨®n, creen que al menos 60.000 afganos han entrado en Pakist¨¢n desde que comenzaron los bombardeos en la vecina Afganist¨¢n.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) eleva esta cifra a 80.000, aunque ha advertido de que s¨®lo una peque?a parte est¨¢n en los campos de acogida preparados por la organizaci¨®n.
Seg¨²n las escasas informaciones que han conseguido recabar los delegados de ACNUR, la mayor¨ªa de estas personas viven en condiciones "extremadamente dif¨ªciles" en casas de la poblaci¨®n local, sin acceso a la ayuda internacional.
Campa?a de deportaciones
Adem¨¢s de mantener cerrada la frontera, Pakist¨¢n emprendi¨® hace aproximadamente una semana una campa?a de deportaciones de afganos sin papeles, sobre todo en la provincia de Beluchist¨¢n, al suroeste del pa¨ªs, y cuna de la etnia past¨²n, de la que proceden los dirigentes del r¨¦gimen talib¨¢n.
El presidente paquistan¨ª, general Pervez Musharraf, insiste en que su pa¨ªs no puede abrir la frontera, ya que si lo hace "alrededor de dos millones de afganos entrar¨¢n en Pakist¨¢n".
Despu¨¦s de tres semanas de bombardeos, los organismos de la ONU dedicados a la ayuda humanitaria, que tras los atentados del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos retiraron a su personal extranjero de Afganist¨¢n, desconocen la amplitud del desastre.
La mayor¨ªa de los afganos que han abandonado la capital, Kabul, y las mayores ciudades de Afganist¨¢n, de acuerdo con las informaciones recogidas por ACNUR, han buscado cobijo en aldeas en las que cuentan con familiares, al carecer del dinero que se necesita para emprender el viaje hasta la frontera.
En la provincia central de Bamiy¨¢n, que de un momento a otro puede quedar aislada por la ca¨ªda de las primeras nieves, cerca de 700.000 personas est¨¢n amenazadas por la hambruna.
Parar los bombardeos
Las organizaciones no gubernamentales, entre estas Ayuda Cristiana y Oxfam, defienden que para evitar una cat¨¢strofe los bombardeos deben parar durante el Ramad¨¢n, el mes sagrado musulm¨¢n que comienza el 17 de noviembre, y que casi coincide con el inicio del invierno.
La pausa de los bombardeos permitir¨ªa a los grupos humanitarios distribuir alimentos, mantas, ropa de abrigo y otras necesidades b¨¢sicas entre los 1,2 millones de desplazados internos, y que de continuar la misma situaci¨®n, podr¨ªa alcanzar los 2,2 millones, seg¨²n los c¨¢lculos de la Oficina para la Coordinaci¨®n de la Ayuda Humanitaria (UNOCHA).
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), seg¨²n dijo su portavoz, Heather Hill, dispone en sus almacenes de la ciudad paquistan¨ª de Quetta de raciones para 150.000 personas durante siete meses.
Similares planes de contingencia llevan a cabo el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros organismos dependientes de la ONU, con apoyo de organizaciones no gubernamentales de ayuda humanitaria.
Pero estos esfuerzos de los organismos, seg¨²n los funcionarios de la ONU, servir¨¢n de poco si Pakistan reh¨²sa abrir la frontera a los afganos para los que preparan los campos.
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