Los ¨²ltimos segundos del vuelo 587
El accidente de un avi¨®n hace un a?o en Nueva York pudo deberse a la brusquedad del piloto al mando del tim¨®n del aparato
Apenas un mes y un d¨ªa despu¨¦s de los atentados del 11-S, un Airbus A-300 de la compa?¨ªa American Airlines se estrellaba cuatro minutos despu¨¦s de despegar en una zona residencial de la ciudad de Nueva York, desenterrando el p¨¢nico y la confusi¨®n que vivi¨® la ciudad tras el ataque contra las Torres Gemelas. Casi desde el primer momento todos los indicios sobre la tragedia, que cost¨® la vida a 265 personas, reflejaban que se hab¨ªa tratado de un fallo mec¨¢nico, pero ha habido que esperar casi un a?o para conocer las conclusiones definitivas de la investigaci¨®n, que indican que el accidente pudo deberse a la brusquedad del piloto a la hora de manejar el tim¨®n del aparato en una situaci¨®n comprometida.
"?Mierda!", esa fue la ¨²ltima palabra que se escuch¨® en la cabina
El avi¨®n hab¨ªa despegado del aeropuerto JFK con 260 personas a bordo a las 9.17, con media hora de retraso, para dirigirse a Santo Domingo. El cielo estaba despejado, las condiciones meteorol¨®gicas eran inmejorables, pero cuatro minutos despu¨¦s del despegue, cuando sobrevolaba el barrio de Queens, se desplom¨® contra el suelo. Cinco vecinos de la zona murieron por el impacto.
15 segundos originaron la tragedia
Las cajas negras del aparato permitieron saber desde el principio que no se hab¨ªa producido ninguna aver¨ªa en los motores, y que los pilotos avisaron a la torre de que ten¨ªan problemas, tras escuchar "ruidos ensordecedores" en el fuselaje. Seg¨²n las primeras investigaciones, se escuch¨® un fuerte ruido a los 107 segundos de despegar, y luego otro 14 segundos despu¨¦s. Apenas 23 segundos m¨¢s tarde los pilotos perd¨ªan el control y el avi¨®n se estrellaba.
Los investigadores indicaron poco despu¨¦s que el accidente pod¨ªa haberse debido a las turbulencias originadas por otro aparato, un Boeing 747 de Japan Airlines. El avi¨®n hab¨ªa despegado s¨®lo 105 segundos antes que el Airbus, cuando las normas de aviaci¨®n estipulan una diferencia de al menos dos minutos entre despegues. As¨ª, esos 15 segundos provocaron que el otro aparato se metiera en la estela del Boeing, mucho m¨¢s grande. Su cola no pudo resistir los minitornados que se hab¨ªan formado y se rompi¨®, precipitando el avi¨®n contra el suelo.
Las conclusiones del informe definitivo presentado ayer confirman que los pilotos supieron lo que pasaba antes del accidente. "?Donde demonios nos hemos metido!", exclam¨® el piloto Sten Molin, de 34 a?os, poco despu¨¦s de despegar, seg¨²n la transcripci¨®n de las cajas negras publicada por Los ?ngeles Times. "?Estamos atrapados!", grit¨® Molin. Su copiloto, el comandante de la nave, Edward States, de 42, le respondi¨®: "?S¨¢canos de aqu¨ª, s¨¢canos de aqu¨ª!", pero la cola del avi¨®n ya se hab¨ªa desprendido, haciendo imposible manejar el aparato.
Apretar demasiado fuerte los pedales
Apenas hab¨ªan pasado ocho segundos en la estela del otro aparato y se hab¨ªa producido un hecho hasta ahora in¨¦dito en la historia de la aviaci¨®n: la cola del avi¨®n se hab¨ªa desprendido por completo en el curso de un vuelo normal. En esos ocho segundos, los meneos que hab¨ªa sufrido la delicada estructura la afectaron de forma fatal. Este elemento, como ha quedado claro en el informe, no est¨¢ preparado para este tipo de movimientos bruscos. De hecho, hace cuatro a?os Airbus comunic¨® que las maniobras violentas de los pilotos pod¨ªan afectar estas estructuras.
?Qu¨¦ caus¨® entonces el accidente? Pues no est¨¢ claro, porque el informe no concluye las causas del siniestro. Sin embargo las investigaciones se han centrado sobre todo en las maniobras del piloto durante las turbulencias, que pudieron someter a presi¨®n adicional a la cola, facilitando su rotura. Para mover el tim¨®n de cola se emplean pedales, en un sistema especial que obliga a usar m¨¢s fuerza cuanto m¨¢s despacio vuela el aparato. As¨ª, el piloto pudo presionar demasiado fuerte esos pedales, da?ando el tim¨®n y empeorando la situaci¨®n.
De hecho, en 1998 Airbus inform¨® de que un "uso continuado o brusco del tim¨®n de cola pod¨ªa causar la p¨¦rdida de control del aparato". Adem¨¢s, "mover de lado a lado el tim¨®n con violencia puede causar da?os estructurales en la cola del aparato", seg¨²n el constructor aeron¨¢utico.
"?Suj¨¦talo, suj¨¦talo!"... "?Mierda!"
?Qu¨¦ pas¨® entonces durante los ¨²ltimos 144 segundos del vuelo 587? Seg¨²n una reconstrucci¨®n realizada por el organismo que ha realizado la investigaci¨®n oficial, la National Transportation Safety Board, el avi¨®n despeg¨® sin problemas, pero unos segundos m¨¢s tarde se meti¨® en la primera estela de un Boeing 747 que acaba de salir hac¨ªa poco.
Los aviones dejan dos estelas, una por cada ala, que son bastante parecidas a tornados horizontales y cuya intensidad depende del tama?o del aparato. En ese momento, el comandante de la nave dijo a su copiloto, Molin, que era el que la dirig¨ªa: "Unas peque?as turbulencias de estela, ?verdad?". "S¨ª", le respondi¨® Molin, mientras giraba el avi¨®n hacia la izquierda. Entonces lleg¨® la segunda estela, y empezaron los movimientos bruscos.
Las cajas negras permiten escuchar entonces fuertes ruidos, y la voz de Molin que pide "m¨¢xima potencia". "?Est¨¢s bien?", le pregunta States, a lo que Molin responde: "S¨ª, estoy bien". "Suj¨¦talo, suj¨¦talo", le indica States, y al instante se escucha otro fuerte ruido, que seg¨²n los investigadores es provocado por la rotura de la cola.
En la grabaci¨®n se escuchan entonces los sonidos guturales del piloto, y un rugido que va en aumento. "Mierda", dice el copiloto, mientras saltan las alarmas de emergencia que indican que el avi¨®n se est¨¢ desplomando. 14 segundos despu¨¦s el aparato se estrella contra el suelo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.