Disparos al aire por la detenci¨®n

El pasado 9 de abril, cuando las tropas estadounidenses se hicieron con el control de Bagdad, cientos de iraqu¨ªes se echaron a las calles para celebrarlo. Las im¨¢genes de la plaza del Para¨ªso, donde se derrib¨®, con ayuda de tanques estadounidenses, la primera efigie de Sadam Husein, dieron la vuelta al mundo. Hoy, la captura del dictador ha sido motivo para nuevas celebraciones en muchas ciudades iraqu¨ªes. El disparo al aire, la forma tradicional de celebraci¨®n que, parad¨®jicamente, Sadam utilizaba a menudo, se ha vuelto a o¨ªr por todo Irak.

El cable de la agencia IRNA que daba cuenta de la detenci¨®n a media ma?ana se ha extendido como la p¨®lvora y cientos de personas se han dado cita en la ya c¨¦lebre plaza del Para¨ªso. Decenas de disparos se han o¨ªdo, esta vez con el cielo como destino, mientras las bocinas de los coches hac¨ªan coro desde tierra. Muchas tiendas han cerrado sus puertas en la capital iraqu¨ª; centenares de hombres y mujeres han salido a las calles en diferentes barrios para expresar su alegr¨ªa. Muchos bagdad¨ªes se han concentrado frente a las sedes de los medios de comunicaci¨®n, las emisoras de radio y televisi¨®n, para asegurarse una informaci¨®n m¨¢s precisa.

Sin embargo, seg¨²n informa Juan Miguel Mu?oz desde la capital iraqu¨ª, la gente se ha echado a la calle, pero de una forma desorganizada. Reina la alegr¨ªa, pero no hay grandes actos de celebraci¨®n organizados que, se comenta, se acentuar¨¢n con la ca¨ªda de la noche en Bagdad. Las manifestaciones han sido espont¨¢neas y controladas por una fuerte presencia policial, aleccionada por el Ministerio del Interior provisional para que la alegr¨ªa no derivara en disturbios.

las celebraciones en la capital se han visto empa?adas con la llegada de la noche. Varias explosiones han causado heridas a 16 personas. Una de ellas se ha producido por el estallido de un coche bomba en las inmediaciones del Hotel Palestina, donde se alojan la mayor¨ªa de corresponsales extranjeros, causando cuantiosos da?os materiales. Otra de las deflagraciones se ha producido en el barrio de Karrada, donde varios bagdad¨ªes que celebraban con sus armas la ca¨ªda del tirano han alcanzado un cami¨®n cisterna repleto

de gasolina, causando varios heridos. La ¨²ltima ha tenido lugar a escasos metros de ¨¦sta y su origen a¨²n se desconoce.

Desde Bagdad, las celebraciones se han extendido al resto del pa¨ªs. Tambi¨¦n en Kirkuk, en el norte petrolero del pa¨ªs, la gente ha salido a la calle para celebrar la segunda ca¨ªda del tirano. Con el a?adido de que aqu¨ª son mayor¨ªa los kurdos, objeto preferente de la represi¨®n de Sadam. De nuevo, el cielo se ha llenado de proyectiles. En el otro extremo del pa¨ªs, en Basora, la ciudad del sur que controla el Ej¨¦rcito brit¨¢nico, tambi¨¦n se ha vivido con satisfacci¨®n la detenci¨®n del ex presidente.

En Diwaniya, sede de las fuerzas espa?olas que colaboran en el mantenimiento del orden en el pa¨ªs, la expectaci¨®n entre los militares espa?oles se mezcla con la alegr¨ªa de la poblaci¨®n, que, de nuevo, ha sacado las armas para apuntar al aire. Desde Base Espa?a en las afueras de la ciudad, se pueden escuchar los disparos.

Alegr¨ªa de los periodistas iraqu¨ªes

Buena muestra de la alegr¨ªa que se ha extendido por el pa¨ªs ha sido la reacci¨®n de los periodistas iraqu¨ªes que escuchaban de labios de Paul Bremer, el administrador estadounidense del pa¨ªs, la noticia de la captura de Sadam. Al tiempo que Bremen clamaba satisfecho "We got him" (lo tenemos), los reporteros iraqu¨ªes han estallado en aplausos y v¨ªtores, mientras gritaban "Abajo Sadam, fuera Sadam, muerte a Sadam". Esta vez no se han o¨ªdo disparos, pero han tenido que intervenir los servicios de seguridad americanos para calmar la excitaci¨®n que ha hecho presa en los reporteros. Ya con la noticia en la mano, las primeras im¨¢genes del tirano vencido, siendo examinado y con un aspecto demacrado, han vuelto a causar el j¨²bilo entre los informadores iraqu¨ªes. La comparecencia de Bremer se ha cerrado con un prolongado aplauso.