Los republicanos eligen esta noche a Bush como candidato a la presidencia de EE UU

Con esa sonrisa ilusionada, a medio camino entre la sorpresa y la incredulidad, de quien no termina de creerse que esa estupenda fiesta haya sido organizada en su honor, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se ha dejado caer hoy por el estadio neoyorquino Madison Square Garden, donde el Partido Republicano celebra su Convenci¨®n previa a las elecciones del pr¨®ximo 2 de noviembre. La reuni¨®n —pol¨ªtica, propaganda y espect¨¢culo— termina esta noche (madrugada en Espa?a) con la aclamaci¨®n de Bush como candidato a la reelecci¨®n y un discurso del elegido en el que habr¨¢ de desgranar ante los delegados republicanos, pero sobre todo ante los millones de estadounidenses que lo ver¨¢n en directo por televisi¨®n, sus planes y promesas para los pr¨®ximos cuatro a?os.

Como viene sucediendo desde hace a?os, Bush se encontrar¨¢ con el camino desbrozado cuando suba al estrado entre v¨ªtores y aclamaciones. La maquinaria republicana, dirigida por su principal asesor pol¨ªtico, Karl Rove, se ha encargado de pintarle ante la ciudadan¨ªa con el barniz de comandante en jefe en tiempos de guerra y tribulaci¨®n, un gran capit¨¢n necesario para mantener al pa¨ªs fuerte y unido ante la amenaza del terrorista internacional. No en vano la Convenci¨®n tiene como escenario de fondo la ciudad de Nueva York, un feudo dem¨®crata, s¨ª —como lo prueban las manifestaciones y los actos de protesta que han acompa?ado la reuni¨®n—, pero sobre todo el s¨ªmbolo de los ataques del 11 de septiembre de 2001, que al parecer prueban la fortaleza y capacidad de liderazgo de Bush.

Adem¨¢s, su vicepresidente —que tras meses de incertidumbre y especulaciones fue confirmado anoche como su compa?ero de cartel electoral—, Dick Cheney, se ha encargado del trabajo sucio: en su discurso ante la Convenci¨®n ayer atac¨® al candidato dem¨®crata, John Kerry, al que desacredit¨® como un tipo de ideas pol¨ªticas d¨¦biles y cambiantes, una "confusi¨®n de convicciones". As¨ª las cosas, Bush aparecer¨¢ hoy ante los televidentes como el bueno de la pel¨ªcula, y quedar¨¢ a su albur s¨®lo reforzar esa imagen de l¨ªder en la guerra contra el terrorismo, sin olvidar su papel de garante de que la econom¨ªa vaya viento en popa para todos, flanco en el que no parece tenerlas todas consigo.

El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, ha avanzado hoy que Bush presentar¨¢ "un programa s¨®lido y detallado" sobre la direcci¨®n que quiere dar al pa¨ªs en los pr¨®ximos cuatro a?os. En un discurso de una hora de duraci¨®n, que lleva preparando dos semanas, repartir¨¢ su tiempo a partes iguales entre la pol¨ªtica internacional y los asuntos dom¨¦sticos. Luego caer¨¢n los globos de colores, y habr¨¢ empezado la ¨²ltima fase, la m¨¢s encarnizada, de la campa?a electoral. En dos meses, el mundo tendr¨¢ nuevo comandante en jefe.