"Bush lanz¨® una campa?a organizada de manipulaci¨®n para justificar la guerra de Irak"
Si hay un alto funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos que conoci¨® los entresijos de los servicios de inteligencia en la guerra de Irak, ¨¦se hombre es Paul Pillar. Antiguo oficial del Ej¨¦rcito norteamericano en Vietnam, Pillar trabaj¨® durante 28 a?os en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Fue miembro y director adjunto, entre 1993 y 1999, del Centro Contraterrorista, un organismo creado en 1986 dentro de la agencia bajo el mando directo del director con el ojeto de dirigir, prevenir, desarticular y derrotar a los terroristas con informaci¨®n de todos los servicios de inteligencia del pa¨ªs y en colaboraci¨®n con agencias extranjeras. En el a?o 2000.fue nombrado funcionario de inteligencia nacional a cargo de Oriente Pr¨®ximo y Sur de Asia, donde lleg¨® a ser el principal analista de la CIA en contraterrorismo hasta su retiro, en 2005.
"Tanto con las armas prohibidas como con los v¨ªnculos Sadam-Al Qaeda se repiti¨® el mensaje para ganar el apoyo del pueblo norteamericano"
"Una vez que el presidente Bush decidi¨® que esa era la opci¨®n elegida, su opci¨®n de atacar a Irak, todo deb¨ªa encajar en ese objetivo"
"La presentaci¨®n de Powell en la ONU fue el resultado de una prolongada presencia del secretario de Estado en las oficinas de la CIA"
"La Administraci¨®n de Bush lanz¨® una campa?a organizada de manipulaci¨®n para justificar la decisi¨®n ya adoptada por razones pol¨ªticas de ir a la guerra de Irak. Ni las armas de destrucci¨®n masiva ni los inexistentes v¨ªnculos entre Sadam Husein y Al Qaeda fueron los motivos reales de la guerra", afirma Pillar, por cuyas manos pasaron los principales informes secretos sobre Irak en su calidad de coordinador de los trabajos.
Pillar no dud¨® tras conocer el atentado del 11-M en Espa?a. "Fue un atentado cl¨¢sico de la yihad isl¨¢mica. Puedes encontrar los v¨ªnculos circunstanciales que quieras entre grupos terroristas, pero no conozco pruebas serias de cooperaci¨®n entre ETA y Al Qaeda, como no las hubo entre Sadam y Bin Laden". Pillar, profesor de estudios de seguridad en la Georgetown University, concedi¨® una amplia entrevista a EL PAIS en su despacho. He aqu¨ª el di¨¢logo.
Pregunta: El 11 de marzo de 2004, usted era responsable en la CIA de Oriente Pr¨®ximo y Sur de Asia. ?Qu¨¦ pens¨® cuando conoci¨® la noticia de los atentados en Madrid?
Respuesta: Primero de todo, no en ETA. He seguido especialmente el terrorismo de ETA mientras era miembro del Centro Contraterrorista. Y me hubiese sorprendido mucho que los ataques del 11-M fueran obra suya y mucho menos, claro, que hubiesen sido el resultado de los yihadistas isl¨¢micos. Mire, yo trabaj¨¦ en contraterrorismo durante la mayor parte de los a?os noventa, actividad del Centro Contraterrorista, donde fui responsable de an¨¢lisis durante varios a?os y director adjunto de todo el centro. Y el ataque de Madrid no me sorprendi¨® porque era exactamente el tipo de ataque yihadista contra un objetivo occidental. No era un ataque necesariamente ordenado por Osama Bin Laden o Ayman Al Zawahiri, desde una cueva del sur de Asia, sino una expresi¨®n de lo que siempre ha sido un movimiento descentralizado. Las razones para hacer de Espa?a en particular un blanco tampoco me sorprendieron. El deseo del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de quedar bien con la Administraci¨®n de Bush en Estados Unidos, la guerra de Irak, fueron las razones, claro est¨¢, aunque tambi¨¦n pudieron influir razones hist¨®ricas, como la p¨¦rdida de Al Andalus?
P: En alg¨²n momento pens¨® que los ataques pod¨ªan ser el producto de una colaboraci¨®n entre el terrorismo fundamentalista isl¨¢mico y ETA?
R: No he visto ninguna evidencia de ello. Para mi los ataques ten¨ªan una clara filiaci¨®n yihadista. Nunca puedes excluir contactos entre las organizaciones terroristas, pero no he tenido ninguna prueba sobre ello. En el sombr¨ªo mundo del terrorismo internacional se puede llegar a afirmar que pr¨¢cticamente cada grupo terrorista puede ser vinculado a otro si se pone el esfuerzo necesario a la hora de encontrar pruebas de contactos casuales, experiencias. Incluso los datos m¨¢s elementales y circunstanciales pueden ser presentados como una prueba de una pretendida relaci¨®n entre grupos terroristas, ignorando la cuesti¨®n relevante de si un Estado apoya a un determinado grupo terrorista y el hecho de que las relaciones pueden ser competitivas, desconfiadas antes que de colaboraci¨®n. La Administraci¨®n de Bush demostr¨® una voracidad tremenda en que se presentasen v¨ªnculos entre Sadam Husein y Al Qaeda y Bin Laden. Pero no los hab¨ªa.
Guerra de Irak
P: Por qu¨¦ existe resistencia a concluir que la Administraci¨®n de Bush minti¨® al pueblo norteamericano en las razones de la guerra de Irak?
R: En lo que se refiere a las armas de destrucci¨®n masiva que pod¨ªa poseer Irak, hab¨ªa una percepci¨®n err¨®nea generalizada en los servicios de inteligencia de EE UU, el Reino Unido, y otros, de que Irak pose¨ªa algunas de ellas. Est¨¢bamos equivocados. Y lo que dijeron el presidente George W. Bush y el primer ministro brit¨¢nico Tony Blair form¨® parte de ello. Ahora, otra cosa es cuando entras en el tema de las conexiones terroristas entre Sadam Husein y Bin Laden cuando las cosas, definitivamente, son flagrantes. Todav¨ªa me inc¨®modo usando la palabra mentira Estar¨ªa conforme con ella solo en referencia a una afirmaci¨®n concreta dicha por alguien que en el momento de decirla sab¨ªa que era falsa. Y esto vale tambi¨¦n para los argumentos en favor de la guerra. No es tanto que tal o cual raz¨®n era equivocada. Es el mensaje m¨¢s amplio, el intento de transmitir la impresi¨®n de que hab¨ªa una alianza terrorista entre Irak y Al Qaeda, lo que no era el caso. Y tampoco es que la comunidad de inteligencia afirmaba la existencia de esos lazos. Me he preguntado cientos de veces: ?Es esto enga?ar? S¨ª, lo es. ?Es esto enviar un mensaje utilizando parcialmente lo que tus expertos te han dicho? S¨ª. Supongo que bajo ciertas definiciones, puedes llamar a esto una mentira. Yo preferir¨ªa usar esta palabra para una afirmaci¨®n precisa y concreta.
P: Lo que usted describe es una campa?a organizada de manipulaci¨®n del pueblo norteamericano ?lo comparte?
R: S¨ª, por supuesto. Fue una campa?a organizada de manipulaci¨®n.
P: El vicepresidente Dick Cheney, por ejemplo, visit¨® muchas veces el cuartel general de la CIA en Langley, Virginia, en busca de datos para justificar lo que ya hab¨ªa decidido de antemano, ?no?.
R: S¨ª. No estuve personalmente involucrado en estas reuniones. Pero no tengo inconveniente en subrayar que esas reuniones fueron relevantes. Altos cargos de la Administraci¨®n volv¨ªan una y otra vez a la comunidad de inteligencia y dec¨ªan: "Miren esto otra vez, busquen, tiene que haber m¨¢s datos sobre la relaci¨®n Irak y Al Qaeda". Este era el negociado del vicepresidente Dick Cheney. No era que Cheney u otros altos cargos te doblaban la mano y te dec¨ªan "cambia tu punto de vista". Cuando alguien de su nivel vuelve muchas veces a tus oficinas y te sugiere que trabajes m¨¢s, mir¨¢telo una vez m¨¢s, el mensaje es clar¨ªsimo.
P: En el llamado memor¨¢ndum de Downing Street, sede del gobierno brit¨¢nico, se registra la reuni¨®n del 23 de julio de 2002 de asesores y ministros con Tony Blair se dice que habiendo sido tomada la decisi¨®n de ir a la guerra "la inteligencia y los hechos deben arreglarse en relaci¨®n con esa decisi¨®n". Eso fue casi un a?o antes de la invasi¨®n de Irak, ?Est¨¢ de acuerdo?
R: S¨ª, claro, la decisi¨®n fue adoptada a primeros de 2002. Me ha llamado la atenci¨®n un documento filtrado recientemente en el que se transcribe una reuni¨®n entre Bush y Blair el 31 de enero de 2003. Bush dice all¨ª que estaba pensando en enviar a Irak aviones norteamericanos pintados con los colores de Naciones Unidas para ver si Sadam daba orden de atacarles y as¨ª considerar que estaba en violaci¨®n material de las resoluciones para que el Consejo de Seguridad respaldara la guerra. Esto me record¨® que hace casi cuarenta y dos a?os, en agosto de 1964, una manipulaci¨®n de inteligencia en torno a un presunto ataque en el Golfo de Tonk¨ªn fue utilizado por el presidente Lyndon B. Johnson para justificar la escalada b¨¦lica en Vietnam. Pero, bueno, en lo esencial, estos documentos brit¨¢nicos confirman que la decisi¨®n de ir a la guerra se adopt¨® primero y que luego se busc¨® la justificaci¨®n. La decisi¨®n no depend¨ªa de las armas de destrucci¨®n masiva o de los resultados de la inspecci¨®n de Naciones Unidas. La decisi¨®n fue adoptada mucho antes por otras razones. Una vez que el presidente Bush decidi¨® que esa era la opci¨®n elegida, fue su opci¨®n, todo deb¨ªa encajar en ese objetivo. Los datos de inteligencia sobre los programas de armas de destrucci¨®n masiva de Irak no condujeron a Bush a adoptar la decisi¨®n de ir a la guerra de Irak. Tanto en EE UU como en otros pa¨ªses exist¨ªa la idea de que la disuasi¨®n hab¨ªa funcionado en Irak y de que Sadam estaba encajonado. y de que la mejor manera de solventar el tema de las armas prohibidas era reforzar las inspecciones. El hecho de que la Administraci¨®n de Bush llegase a otra conclusi¨®n y desencadenara la guerra es una prueba de que su decisi¨®n de derribar a Sadam se debi¨® a otras razones, a saber, la de remover estrat¨¦gicamente los cimientos de la estructura de Oriente Pr¨®ximo, por las necesidades de Israel, por el petr¨®leo, por muchas razones. La Administraci¨®n de Bush politiz¨® los servicios de inteligencia, pero le dir¨ªa que lo m¨¢s sorprendente para m¨ª es el poco relevante papel de la inteligencia en una de las decisiones m¨¢s importantes, la guerra de Irak, de EE UU en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Se us¨® la inteligencia para justificar una decisi¨®n tomada de antemano. Creo que en el Reino Unido ha habido un debate mucho m¨¢s abierto que aqu¨ª. Tiene usted a Robin Cook [l¨ªder parlamentario del Partido Laborista], que renunci¨® a su puesto por el tema de Irak. Fue ¨¦l portavoz m¨¢s elocuente de esa denuncia y us¨® exactamente los t¨¦rminos, es decir, que hubo una decisi¨®n de ir a la guerra y luego la inteligencia sigui¨® a la pol¨ªtica antes que al rev¨¦s. Nunca tuvimos aqu¨ª a una personalidad de la altura de Robin Cook diciendo esas cosas en EE UU.
P: Pero, en tiempo real, ?qu¨¦ ve¨ªa usted en el periodo anterior a la guerra?
R: Para mi era evidente que la Administraci¨®n de Bush decidi¨® ir a la guerra a primeros de 2002. Y esta es la raz¨®n por la cual tratamos de ofrecer nuestro punto de visto antes de que la guerra comenzara sobre los probables desaf¨ªos que encontrar¨ªamos en Irak tras la invasi¨®n. Y no porque nos hubieran preguntado sobre ello, sino porque cre¨ªamos que tendr¨ªamos un verdadero l¨ªo caso de invadir. Desgraciadamente hay que reconocer que lo que dijimos result¨® muy v¨¢lido, habida cuenta del desastre que todos han podido ver despu¨¦s. Tratamos de hacer nuestro trabajo lo mejor y ¨²til posible dado que nuestro Gobierno ya hab¨ªa adoptado una decisi¨®n.
P: En octubre de 2002, la CIA aport¨® la Estimaci¨®n de Inteligencia Nacional, que contiene todas las inexactitudes ya asumidas respecto a Irak. ?Influy¨® este informe en la Administraci¨®n de Bush?
R:No, este informe fue solicitado por el Congreso, no por Bush. En octubre de 2002, antes de votar la autorizaci¨®n para ir a la guerra, muy pocos miembros del Congreso tuvieron la oportunidad de leerse el documento entero antes de emitir su voto. Muy pocos. Solo seis senadores y un peque?o grupo de representantes fueron m¨¢s all¨¢ del resumen e seis p¨¢ginas. Cualquiera que hubiese le¨ªdo la totalidad del informe, y a¨²n averiado como estaba, hubiera salido con una idea muy ambigua. Las preguntas hubieran sido obvias.?Estas son todas las pruebas que tienen contra Irak?, era la pregunta m¨¢s leg¨ªtima. El mero hecho de que el resumen que se tom¨® como el asunto fundamental se llamaba "juicios clave" y no "hechos clave" fue ignorado. Y a fuerza de repetir de manera selectiva y sesgada, una y otra vez, por parte de la Administraci¨®n de que exist¨ªan v¨ªnculos entre Sadam y Al Qaeda, el p¨²blico termin¨® por creerse que Irak estaba detr¨¢s del 11-S.
P: La presentaci¨®n del entonces secretario de Estado Colin Powell en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ?fue una pieza esencial en la campa?a de manipulaci¨®n? ?Por eso estaba all¨ª junto a Powell George Tenet, director de la CIA?
R: La presentaci¨®n de Colin Powell fue el resultado de una prolongada presencia del secretario de Estado y su staff en las oficinas de la CIA en Langley. Mucha gente se sinti¨® perturbada por esa imagen de Tenet junto a Powell en la ONU. Ese no es el papel que se supone debe desempe?ar el director de inteligencia. Tenet estaba bajo fuerte presi¨®n y se sent¨ªa muy implicado con la Administraci¨®n de Bush. Aunque esa imagen en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dio la vuelta al mundo, el objetivo de la presentaci¨®n de Powell era tambi¨¦n convencer al pueblo norteamericano y al Congreso. El tema, por tanto, es si era justo que el director de inteligencia, cuando todav¨ªa era materia de debate en EE UU, se alineara de manera tan visible junto a uno de los bandos de la discusi¨®n pol¨ªtica. Es diferente para un funcionario de inteligencia participar en un debate interno sobre la guerra que apoyar a nuestros diplom¨¢ticos en la tarea de persuadir a otros gobiernos para respaldarla. En cuanto a Powell, hay cosas en las que si hubiese sido por ¨¦l, no hubiera entrado a ellas por nada del mundo...
P: ?Como cu¨¢les?
R: Estoy pensando en los temas de la guerra contra el terror... Este fue sin duda el tema de mayor discrepancia entre lo que la Administraci¨®n de Bush declaraba y las pruebas y an¨¢lisis de los servicios de inteligencia. En ning¨²n momento, nosotros aportamos evidencias sobre la presunta alianza entre Irak y Al Qaeda. A la Administraci¨®n le interesaba porque era lo que m¨¢s afectaba al p¨²blico norteamericano
y retrotra¨ªa las im¨¢genes del 11-S. y la necesidad de dar una respuesta a Irak. Cre¨¢me que alimentar el apetito de la Administraci¨®n por obtener material sobre esta inexistente alianza nos llev¨® mucho tiempo y trabajo a los altos cargos de inteligencia y a los analistas m¨¢s veteranos de la CIA, lo que supuso abandonar otras actividades antiterrroristas. Y como nosotros no les dimos lo que quer¨ªan, la Administraci¨®n de Bush decidi¨® formar un departamento especial en el Pent¨¢gono, el Grupo de Evaluaci¨®n de la Pol¨ªtica Contraterrorista, que depend¨ªa del subsecretario Douglas Feith. Esta unidad se dedic¨® a encontrar posibles v¨ªnculos entre Sadam y Al Qaeda, y en algunas presentaciones lleg¨® a acusar a la CIA de haber fallado a la hora de ver la pretendida alianza. Y ahora vayamos a Colin Powell. En ning¨²n momento quer¨ªa mencionar el nombre de Al Zarqaui, por ejemplo, pero estaba presionado con fuerza por
la oficina del vicepresidente Cheney, que le urgi¨® a hablar de las conexiones entre Sadam Husein y Al Qaeda. Y lo hizo en los ¨²ltimos minutos...Y si bien se mira no dijo nada relevante. No hay sombra de evidencia sobre una alianza diferente de una coincidencia circunstancial. Que Zarqaui estuviera en Irak no significaba nada que comprometiera al r¨¦gimen iraqu¨ª. En realidad, la informaci¨®n disponible tambi¨¦n daba cuenta de que los iraqu¨ªes se preguntaban por la localizaci¨®n de Zarqaui, lo que claramente implicaba la ausencia de relaci¨®n entre ellos y Zarqaui. Todo formaba parte de esa campa?a organizada de manipulaci¨®n: mencionas este peque?o hecho, subrayas este otro y presentas una situaci¨®n que busca crear la impresi¨®n general de que existe una relaci¨®n. Pero si miras exactamente lo que Powell dijo, no vale para nada.... Algunos de mis compa?eros, implicados en el tema de las armas de destrucci¨®n masiva, trabajaron muy duro con Powell todo el fin de semana previo. Yo no tuve que hacerlo. Pero supe lo que estaba pasando, porque ese mismo fin de semana yo estaba trabajando y ellos ven¨ªan a mi despacho y me contaban las resistencias de Powell y su equipo.
P: ?Cu¨¢n importante es Al Zarqaui en la resistencia iraqu¨ª?
R: El retrato general del protagonismo de Zarqaui puede estar exagerado. La Administraci¨®n de Bush trata de explicar buena parte de lo que pasa en Irak por la presencia de un terrorista cuyo nombre es bastante conocido en lugar de reconocer que a la gente no le gusta la ocupaci¨®n militar extranjera, de que haya inseguridad y de que no funcione la electricidad ni se pueda garantizar el suministro de agua. Todos los motivos que nutren la insurgencia son subsumidos en la violencia y el terrorismo brutal que corta cabezas de Al Zarqaui y que clama contra la democracia. Es el gran enemigo que necesitamos tener. Y en este sentido su figura es objeto de exageraci¨®n. Dicho esto, no hay duda de que Zarqaui es una figura importante que tiene una habilidad organizativa como para que los iraqu¨ªes, en mayor medida que los extranjeros, le apoyen.
'Caso Plame'
P: El nombre de la agente secreta de la CIA fue filtrado por la Administraci¨®n de Bush despu¨¦s que su esposo, Joe Wilson, enviado especial a N¨ªger para averiguar si Irak hab¨ªa comprado uranio enriquecido, desminti¨® la informaci¨®n de que Sadam ten¨ªa capacidad de fabricar bombas nucleares. Usted tambi¨¦n fue desacreditado. ?Son los m¨¦todos despiadados de la Administraci¨®n Bush?
R: S¨ª es un patr¨®n de conducta. La historia b¨¢sica que el fiscal especial, Patrick Fitzgerald, investiga es la siguiente: he aqu¨ª alguien, el embajador Joe Wilson, que dice algunas cosas que van en contra de lo que Administraci¨®n de Bush est¨¢ argumentando para sostener la guerra. Y van y lo desacreditan filtrando el nombre de su mujer, porque aseguran, fue ella quien le envi¨® a N¨ªger. Lo mismo me hicieron a m¨ª. Recuerdo que en 2004, durante la campa?a de reelecci¨®n de Bush, las cosas parec¨ªan empezar a ir bien en Irak. Pero en agosto de ese a?o, elaboramos en la CIA una nueva Estimaci¨®n de Inteligencia Nacional, el documento m¨¢s extenso y profundo en nuestro trabajo.
P: ?A petici¨®n de quien?
R: Bueno, he aqu¨ª otro ejemplo del papel irrelevante de la inteligencia en el caso de Irak. En mi condici¨®n de funcionario nacional de inteligencia a cargo de Oriente Pr¨®ximo y por tanto responsable de la informaci¨®n sobre Irak, la primera solicitud de informaci¨®n por parte de la Administraci¨®n de Bush para elaborar un documento no tuvo lugar hasta un a?o despu¨¦s de iniciada la guerra. en 2004. Lo elaboramos y algunas de sus conclusiones se filtraron a la prensa. No tengo idea de quien fue el autor de esa filtraci¨®n. No fui yo. Se mencionaban all¨ª algunos escenarios. Entre ellos el peor era ¨¦ste: Irak podr¨ªa estar en el umbral de una guerra civil en los siguientes 18 meses, es decir, hasta finales de 2005. Si uno mira lo que ha ocurrido, est¨¢bamos bastante en lo cierto. Mi nombre fue asociado con este informe. Y la Administraci¨®n de Bush que estaba en los ¨²ltimos dos meses de su campa?a electoral intent¨® desacreditarme. ?Y cu¨¢l fue el medio para hacerlo? El periodista Robert Novak, el mismo que hab¨ªa revelado el nombre de la agente de la CIA Valerie Plame en julio de 2003. Fue el 27 de septiembre de 2004 que Novak me nombr¨® en uno de sus art¨ªculos como el responsable del informe y como el probable filtrador. La CIA, seg¨²n dec¨ªa, estaba desarrollando una insurgencia contra la Casa Blanca. En el caso de Valerie Plame no hab¨ªa que prestar atenci¨®n a lo que su esposo Joe Wilson dec¨ªa sobre el uso de informaci¨®n falsa sobre las compras de uranio enriquecido por parte de Irak para fabricar armas nucleares porque ella se hab¨ªa encargado de enviarle a N¨ªger. En otros t¨¦rminos, era una operaci¨®n de nepotismo. La misma historia, el mismo instrumento. He hablado un par de veces con Wilson. Le he dicho que compartimos esta historia de haber sido el blanco de Robert Novak. La mayor¨ªa de los funcionarios de inteligencia saben que se enfrentar¨¢n al problema de ser utilizados. Pero el caso de Valerie Plame va m¨¢s all¨¢. Porque se trata de destapar deliberadamente la cobertura de un agente secreto como parte de un esfuerzo de desacreditar a su marido supera todo lo conocido. Yo no conozco los pasos concretos que se dieron en la CIA para enviar a Wilson a N¨ªger. Pero sabiendo como funcionan me puedo imaginar f¨¢cilmente c¨®mo ocurrieron las cosas. El vicepresidente Cheney solicit¨® a la CIA que estudiara los datos para ver si hab¨ªa alg¨²n indicio de que Sadam quer¨ªa comprar uranio en N¨ªger. La gente del departamento de Contraproliferaci¨®n de Armas Nucleares discuti¨® qu¨¦ hacer. Quiz¨¢ se podr¨ªa enviar a alguien all¨ª para averiguar. Qui¨¦n podr¨ªa estar en condiciones de hacerlo. Entonces alguien dijo, bueno, est¨¢ Joe Wilson, el marido de Valerie Plame. Conoce al primer ministro de N¨ªger y al ministro de Minas. ?Por qu¨¦ no le enviamos a ¨¦l? Debi¨® ocurrir as¨ª. Pero, vamos a ver: c¨®mo se puede decir que es una muestra de nepotismo enviar a alguien a N¨ªger, ?como si fuera un viaje de lujuria! ?A N¨ªger, vamos!
P: Pero fue la CIA quien en octubre de 2002 pidi¨® a Bush que no mencionara en un discurso el tema de N¨ªger y la presunta capacidad nuclear de Irak, ?por qu¨¦ lo hizo despu¨¦s en el discurso sobre el estado de la Uni¨®n, a finales de enero de 2003?
R: A primeros de octubre, la Administraci¨®n nos dijo que quer¨ªan usar este tema. Pero les insistimos en que no hab¨ªa pruebas serias y que era mejor no tocar el tema. A finales de enero, a medida que el plazo de invasi¨®n se aproximaba, la Casa Blanca volvi¨® con la historia de N¨ªger. Les dijimos otra vez que no lo hicieran porque sab¨ªamos que era una patra?a. Entonces dijeron: bueno, vamos a usarlo atribuyendo la fuente a los servicios del Reino Unido. As¨ª fue.
P: Despu¨¦s del primer informe sobre los errores de los servicios de inteligencia en Irak quedaba pendiente un documento del Senado sobre la manipulaci¨®n de la inteligencia por parte de la Administraci¨®n, ?saldr¨¢ alguna vez?
R:No s¨¦ si este informe ser¨¢ finalmente elaborado. A mi me han interrogado varias veces. Y nada. La Comisi¨®n que investig¨® los errores de los servicios de inteligencia respecto a Irak se?al¨® que no hab¨ªa pruebas de que los analistas de la CIA hubiesen modificado sus informes por presiones pol¨ªticas. Al mismo tiempo dej¨® constancia de que los analistas trabajaron en un contexto influenciado por un gran inter¨¦s de los pol¨ªticos. Como le he dicho, yo fui llamado a declarar al panel. Te preguntaban si te hab¨ªan torcido el brazo, es decir, si la Administraci¨®n te hab¨ªa persuadido para informar sobre lo que deseaba. Este m¨¦todo de investigaci¨®n solo hubiera detectado los m¨¢s groseros intentos de politizaci¨®n. Y estos son m¨¢s raros. Aunque es verdad que han existido. El ex subsecretario de Estado y actual embajador de EEUU ante Naciones Unidas, John Bolton, intent¨® sin ¨¦xito que la CIA suscribiera su punto de vista de que Cuba y Siria pose¨ªan armas de destrucci¨®n masiva. Pero es muy dif¨ªcil que un analista reconozca ante un panel que sus informes son politizados. Esto ser¨ªa peor que admitir errores en la valoraci¨®n de los datos.
Alto el fuego de ETA
P: ?C¨®mo ve usted ahora la decisi¨®n de alto el fuego permanente de ETA en Espa?a?
R: He visto la declaraci¨®n del alto el fuego permanente de ETA, s¨ª. Es una declaraci¨®n parecida a la del IRA irland¨¦s. M¨¢s all¨¢ de los posibles leg¨ªtimos contactos que han precedido a esa declaraci¨®n, hay dos hechos que explican la nueva situaci¨®n del terrorismo etarra. La primera es la firmeza de la lucha policial y judicial contra la banda terrorista durante los ¨²ltimos a?os, lo que ha llevado a su virtual derrota. Pero el otro hecho es la aparici¨®n del terrorismo fundamentalista isl¨¢mico, con el cual es imposible competir. En otros t¨¦rminos, en estas nuevas circunstancias ya no es posible sostener las acciones violentas como justificaci¨®n de presuntos objetivos pol¨ªticos.
![Entrevista a Paul Pillar, jefe de la CIA para Oriente Pr¨®ximo entre 2000 y 2005.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DICEIBJXZREGHJQJPJHENAGKZQ.jpg?auth=671e9f498c1e05c98e157dc62fd1231f0a0d127e19ee1bf19697c396c75e1ea6&width=414)
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