M¨¢s de 8.000 presos de 14 c¨¢rceles de Buenos Aires en huelga de hambre
Los reclusos reclaman mejores condiciones en los centros y que se agilicen las causas judiciales
La huelga de hambre de reclusos alojados en la Unidad Penela N 9 de la ciudad de La Plata, en la provincia argentina de Buenos Aires, cuenta ya con la adhesi¨®n de m¨¢s de 8.000 presos, despu¨¦s de que ayer se sumaran los de otras 13 c¨¢rceles que pertenecen al Servicio Penitenciario Bonaerense. Con esta medida de fuerza, que ayer cumpli¨® su duod¨¦cimo d¨ªa, los reclusos pretenden exigir mejoras en las condiciones de detenci¨®n de sus centros penitenciarios, la agilizaci¨®n de las causas judiciales y los medios necesarios para su atenci¨®n m¨¦dica y sanitaria.
Las 39 prisiones de la provincia de Buenos Aires alojan a la mitad de los reclusos de Argentina, es decir, a 25.500 personas, de las cuales el 70% carece de una sentencia firme. En este distrito, de una extensi¨®n similar a Italia, se registra una tasa de 200 encarcelados por cada 100.000 habitantes, una de las m¨¢s altas de Latinoam¨¦rica. Tambi¨¦n es la provincia argentina con m¨¢s presos muertos. Hace un a?o, un incendio en el penal de la localidad bonaerense de Magdalena se sald¨® con 33 v¨ªctimas fatales.
Pese a que la nueva huelga de hambre no ha ocupado las primeras planas de la prensa argentina, ha despertado la inquietud del Comit¨¦ contra la Tortura de la Comisi¨®n Provincial por la Memoria, una organizaci¨®n no gubernamental que present¨® ante la justicia un habeas corpus colectivo para que se garantice a los reclusos "los medios necesarios para su atenci¨®n m¨¦dica y sanitaria b¨¢sica, ya que no se les est¨¢n asegurando las provisiones", seg¨²n un comunicado difundido el domingo. La entidad denunci¨® que los reclusos no reciben sales hidrantes, complejos vitam¨ªnicos o caldos, ni tampoco son sometidos a controles de peso diarios.
El jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Fernando D¨ªaz, admiti¨® ayer, en declaraciones a Radio Am¨¦rica, que ha empeorado la situaci¨®n sanitaria de los 8.000 detenidos en huelga de hambre. "[La medida de fuerza] nos est¨¢ trayendo inconvenientes a nivel de la seguridad, pero todo est¨¢ muy en paz. Lo que s¨ª nos deja un poco intranquilos es si esto se extiende. Mientras lo podamos manejar como hasta ahora, no hay problemas a nivel del sistema, aunque los internos cada vez est¨¢n en peores condiciones por el hambre", reconoci¨® D¨ªaz.
El jefe penitenciario achac¨® el conflicto al crecimiento "geom¨¦trico" de la cantidad de prisioneros entre 1999 —cuando eran 13.000— y 2004 —en que llegaron a los 25.000—.
Sin embargo, aleg¨® que la situaci¨®n ha mejorado en los ¨²ltimos dos a?os por la construcci¨®n de nuevas prisiones. En toda Argentina est¨¢n levant¨¢ndose o reform¨¢ndose 11 penales.
Un juez de ejecuci¨®n penal de la ciudad bonaerense de Azul, Juan ?scar Bergoglio Oyahmburu, ha ordenado que se clausure la c¨¢rcel de esa localidad al considerar que "carece de la m¨ªnima capacidad edilicia para alojar internos", seg¨²n informaron el domingo fuentes judiciales. En 20 d¨ªas, el Servicio Penitenciario Bonaerense deber¨¢ redistribuir a los 250 internos de la prisi¨®n de Azul.
El juez constat¨® que los detenidos carecen de retrete en las celdas: deben defecar en bolsas de nylon y orinar en botellas, y despu¨¦s arrojar los desperdicios por las ventanas de la c¨¢rcel. "Los presos est¨¢n viviendo en peores condiciones que los animales del zool¨®gico de [la ciudad] de Buenos Aires", dijo Bergoglio al peri¨®dico azule?o El Tiempo.
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