EE UU va a armar a las milicias sun¨ªes de Irak para que se enfrenten a Al Qaeda
El proyecto ya ha sido criticado porque las milicias podr¨ªan volverse contra la polic¨ªa y el ej¨¦rcito iraqu¨ªes
El Ej¨¦rcito estadounidense ha decidido cambiar de estrategia en su lucha contra la red terrorista Al Qaeda en Irak, ante los pocos avances logrados hasta ahora, y ha pasado a armar a grupos radicales sun¨ªes que han prometido luchar contra la organizaci¨®n de Osama bin Laden en este pa¨ªs, de la que fueron aliados en el pasado, seg¨²n informa hoy el diario New York Times.
La estrategia es arriesgada pero los comandantes estadounidenses aseguran que ya la han probado con ¨¦xito en la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad, y han mantenido conversaciones con los grupos sun¨ªes en al menos otras cuatro zonas del centro y el centro-norte del pa¨ªs donde la insurgencia es especialmente virulenta.
En algunos casos, los comandantes estadounidenses admiten que los grupos sun¨ªes son sospechosos de estar implicados en atentados contra las tropas norteamericanas o de estar vinculados con los autores de los mismos, pese a lo cual se les ha estado suministrando armas, munici¨®n, dinero, combustible y otras provisiones a trav¨¦s de unidades del Ej¨¦rcito iraqu¨ª.
Seg¨²n las fuentes consultadas por el diario, los grupos sun¨ªes con los que se ha contactado mantuvieron relaciones en el pasado con Al Qaeda en Mesopotamia [Irak] pero luego se desilusionaron de sus t¨¢cticas, en particular de los atentados suicidas que se han cobrado miles de civiles iraqu¨ªes.
Ahora, a cambio del respaldo norteamericano, estos grupos sun¨ªes se han comprometido a luchar contra Al Qaeda y a suspender sus ataques contra las tropas estadounidenses. Incluso, en algunos casos, han prometido alertar a las tropas norteamericanas de la colocaci¨®n de bombas en las carreteras y de otros artefactos explosivos.
Munici¨®n para una futura guerra civil
La estrategia cuenta tambi¨¦n con numerosos detractores, entre ellos altos oficiales estadounidenses, que consideran que equivale a armar a ambos bandos en una futura guerra civil en Irak, seg¨²n el New York Times. Estados Unidos ha gastado m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares en la creaci¨®n del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa iraqu¨ªes, cuyos 350.000 hombres son mayoritariamente chi¨ªes.
Al entregar armas a los grupos sun¨ªes, los detractores de la iniciativa temen que ¨¦stas puedan ser utilizadas en un futuro contra los chi¨ªes, o incluso contra los propios norteamericanos.
Los comandantes estadounidenses sobre el terreno mantuvieron este mes un encuentro en Bagdad con el jefe de las tropas norteamericanas en este pa¨ªs, general David Petraeus, y con su 'n¨²mero dos', teniente general Raymond T. Odierno, quienes dieron su aprobaci¨®n con reservas a que los comandantes negociasen con grupos sun¨ªes en sus zonas, seg¨²n el diario.
Tras el ¨¦xito logrado en Al Anbar, el Ej¨¦rcito estadounidense pretende exportar ahora la estrategia a otras zonas predominantemente sun¨ªes como el basti¨®n de Amiriya, en la capital; el llamado Tri¨¢ngulo de la muerte al sur de Bagdad, en la provincia de Babilonia; la provincia de Diyala, al norte y el este de la capital; y la provinica de Salahudin, tambi¨¦n al norte, donde se encuentra la ciudad natal de Sadam Husein.
Durante la reuni¨®n de los comandantes militares estadounidenses en Bagdad, se fijaron como condiciones para negociar con los grupos sun¨ªes el que sus combatientes se sometan a ex¨¢menes biom¨¦tricos que incluyan la toma de las huellas dactilares y el escaneado de sus retinas. Adem¨¢s, se registrar¨¢n los n¨²meros de serie de las armas entregadas, con el fin de poder seguir el uso que se da a dicho armamento.
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